—Si vuelvo a escuchar algún otro ruido durante la semana, te voy a acusar —soltó Margarita, mi vecina de sesenta años y quien siempre camina con un bastón a pesar de que ayer la vi caminando en el parque sin él.
—Señora —digo con una amplia sonrisa bastante forzada —. Me disculpo... no... volverá a pasar.
Me remuevo incómoda. Ella está al otro lado de la puerta de mi apartamento y yo lo único que deseo es cerrarle la puerta en la cara.
¿Quién me mandará a utilizar el aparato pequeño que Josué me regaló por mi cumpleaños y que se encuentra vibrando en mi interior?
O, ¿por qué soy imbécil y atendí la puerta así?
El vibrador es pequeño con forma de mariposa que funciona a control remoto. ¿Por qué dejé el control encima de la mesa? No sé si pueda prevenir el orgasmo que estoy a punto de tener frente a ella.
«Dios, no permitas que me corra», rezo.
—Oye, ayer vi a tu madre, se veía muy bien de salud —dijo cambiando el tema, cosa que yo no quería. Necesitaba que se largara. Sentí mi cuerpo entero tensarse. Intenté parpadear, por la frente me bajaba una gota de sudor y mis ojos casi se ponen en blanco.
—Sí, ya está...mejor —dije, ella soltó un suspiro, yo casi suelto un gemido.
—Ah, que bien —dijo e hizo un silencio y temí que escuchara la vibración, pero no, ella me miraba esperando a que la invitara a un café. Cosa que siempre hacía cuando ella llegaba a mi propio apartamento a regañarme. ¿Por qué yo era tan buena con la gente que me trataba mal?
—Tengo un compromiso —le dije soltando un jadeo.
El compromiso de masturbarme hoy, pero no iba a decirle eso. ¿Por qué me excita más hablar? Ay, Dios, tengo que cerrar la puerta pero ya. Esto es muy incómodo, vergonzoso y doña Margarita no tiene que verme así. Mis ojos casi se giran al sentir el gustito entre mis piernas incrementar.
—No te preocupes —me dijo restándole importancia —, ¿ya viste a tu vecino?
Señaló la puerta al otro lado de la mía. Ese apartamento había estado vacío por casi dos meses, ni me había enterado de que alguien se había mudado.
—Ayer me saludó, es muy educado, me parece que es profesor de ciencia. Tiene un perro y está soltero porque no vi anillo —volvió a decir la señora.
—Me aseguraré de saludarlo —le dije entrecortadamente y me tensé.
—Y a darle una buena impresión—me acusó—. Porque tú causando impresiones eres un peligro.
Y lo decía porque una vez le lancé un jugo de zanahoria pensando que era mi mejor amigo disfrazado de señora. Era octubre, entiendan. Josué siempre me hacía bromas pesadas. Una vez vino vestido de asesino serial y casi le llamo la policía.
Mi vagina se apretó. Oh, no. ¿Qué era esto?
¡¡¡Iba a correrme frente a ella!!!
Pasé la vista entre ella y el control remoto que estaba detrás de mí. Se me acumuló toda esa presión en las piernas, me resbaló otra gota de sudor, diosito me dio la espalda y los chakras se me desalinearon.
Pero la suerte estaba de mi lado porque la vi darse la vuelta para perderse por el elevador. Mis manos se quedaron aferradas al marco de la puerta mientras giraba los ojos y mordía los labios. No me podía mover. El orgasmo era, definitivamente, inminente.
En cuanto solté un gemido y mi rostro hacía una mueca de placer, la puerta de mi vecino se abrió de repente.
Un Goldem Retriever y su amo me vieron tener un orgasmo.
El calor de la vergüenza me arropó en su santo manto.
¿Hola? ¿Por qué estamos callados? ¿Todo bien?
¿Creen que doña Margarita se dió cuenta?
¿Podrá nuestra querida Fátima alinear sus chakras?
¿El nuevo vecino será lindo?
F por Fátima en el chat :(
Les mando un abrazo, nos leemos pronto.
El vecino de Fátima cuando abrió la puerta:
ESTÁS LEYENDO
Chica Peculiar (+21)
RomansaFátima es una chica peculiar. Además, de que tiene muy mala suerte para mantener un trabajo. Sus ambisiones se resumen en, vivir la vida al máximo, equilibrar sus chakras cada viernes y mantener su nuevo trabajo. Pero las cosas cambian cuando algui...