Buenas noches mis preciosas criaturas, lamento mucho la demora, me he sentido frustrada por durante mucho tiempo y no me he ordenado. Lo siento mucho.!!!!
Este es el último capítulo, al fin lo publiqué. Espero se pueda entender el mensaje que quise dejar con este fic, que es uno de mis favoritos.
Perdonen mis errores.
Disfruten de su lectura.
Muchas gracias por leer!
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Haruka empujó nuevamente su cuerpo contra la puerta para tratar de abrirla, pero no lo conseguía, lo intento una y otra vez, desesperado por salvar a su amigo, ¿Cómo podría llegar hasta Makoto? Estaba tan cerca pero lejos a la vez. Se mordió el labio inferior, temblando por completo, estaba aterrado, su mente no era capaz de pensar en algo. Makoto necesitaba su ayuda.
El de orbes esmeralda respiraba de forma pesada mientras veía cómo el asesino se reía por los intentos de su amigo por entrar, un total monstruo. Con su cuerpo totalmente adolorido por los golpes y heridas, desde el fondo de su garganta y con todas sus fuerzas, gritó.
—¡Haruka, llama a la policía! ¡Pide ayuda! —El hombre al ver el accionar del adolescente, molesto, le puso un pie sobre las costillas lastimadas, presionándolas para que dejara de hablar, ocasionando un grito desgarrador de dolor.
El chico de orbes oceánicos en cuanto escuchó el grito del de hebras olivas, se paralizó por completo, era una tormentosa tortura. Los latidos eufóricos de su corazón y el pánico en sus pupilas no lograban describir el intenso miedo que estaba sintiendo, pero no podía permitirse dominar por esto, tenía que pedir ayuda. Se tocó los bolsillos en busca de su celular, encontrándolo en el de su pantalón, se había acostumbrado a llevarlo consigo. Miró la pantalla, sin embargo, temblaba tanto que sus manos eran incapaces de teclear, debía calmarse de alguna manera.
Lagrimas cayeron de aquellos orbes esmeralda, que miraban directamente a los del asesino, sentía que su cuerpo simplemente iba a explotar del dolor, ¿Podría dar la pelea un poco más? ¿Podría dar un último esfuerzo? Lentamente vio como aquel monstruo tomaba el bate entre sus manos, preparando su próximo golpe.
En la estación, uno de los policías miraba atentamente una de las fotografías del departamento del profesor de historia. Había algo en aquella foto que no le encajaba para nada, y es que en la imagen se veía una pared, adornada por distintos tipos de bates de béisbol ordenados por tamaño y material, sin embargo, había algo que no cuadraba, pues parecía que faltara uno, ¿Se trataría de aquel bate de metal? O ¿Era otro? ¿Por qué le era tan incómodo ver aquella fotografía? Se sentó para mirarla con más observación. Los bates estaban colgados en fila, empezando desde los de madera, hasta los de metal, todos perfectamente alineados, a excepción de un espacio... ¡Por supuesto! Faltaba un bate, uno de los más grandes y de madera ¿Se lo habría llevado el asesino? ¿Para qué? ¿Por qué sólo un bate? ¿Cuál era el motivo?
—¿Encontraste algo, Fukuzawa? —Preguntó uno de sus compañeros.
—No estoy muy seguro... ¿Dónde está Ozaki-san?
—Está afuera fumándose un ciga... —Se quedó sin palabras cuando volteó para ver a su superior, que supuestamente estaba afuera de la estación, pero que ya no lo estaba— ¿Dónde habrá ido?
El asesino se apretó fuertemente la herida de su pierna después de que Makoto le diera una patada en ella, el chico se arrastró de espaldas hasta llegar a la pared, tomando nuevamente el bate entre sus manos, abrazándolo de tal manera, que Arashi no pudiera quitárselo. Haruka rodeó la casa, las dos puertas estaban cerradas, buscó desesperadamente una forma de entrar, hasta que dio con ella, las ventanas de la cocina, no eran unos ventanales, pero su cuerpo perfectamente podía caer por ellas; el problema es que no podía abrirlas por fuera, así que no quedaba más remedio que romperlas. Buscó entremedio de la oscuridad de la noche, alguna piedra que le ayudara a romperlas, a pesar de que sólo habían pasado cuestión de minutos, para él parecían horas. Lo último que escuchó fue el grito del asesino, pero no tenía idea de lo que estaba pasando, por lo que frenéticamente buscó y buscó, pero no encontró nada con que romper la ventana, la penumbra en que estaba envuelto no lo ayudaba para nada. Aún con el cuerpo temblando y actuando un poco torpe, decidió que lo mejor sería simplemente aventarse contra la ventana con todas sus fuerzas, le daba igual si salía lastimado. Respiró hondo, era ahora o nunca.
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Dolor de Pérdida
FanfictionMakoto toda la vida había cuidado de Haruka, velando por su bien, preocupándose por su futuro, pero ahora todo era diferente. Ahora era Haruka quien debía cuidar de Makoto como nunca lo había hecho antes. Advertencias: Este fic contiene descripcione...