Advertencias: Este fic contiene descripciones explícitas de tortura, ideaciones suicidas, depresión, entre otros temas. Si eres sensible a algunos de estos, por favor, abstente de leer esta historia.
¡Buenas tardes preciosos amores! Prometí actualizar el sábado, pero los fin de semana no me quedo en casa y se me olvidó llevar mi note conmigo. Me sentí culpable por ese descuido.
Ahora que estoy en casa, actualizo inmediatamente, como siempre, muchísimas gracias por los comentarios, votos y lecturas. Sin más que molestar, los dejo con este nuevo capítulo.
Perdonen mis errores!
Disfruten de su lectura!
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Makoto se quedó viendo al hombre frente suyo, creía haberlo visto alguna vez en su desdichada vida, pero no lo recordaba. El detective Ozaki se presentó amablemente con él; el chico de hebras oliva supuso de inmediato que el hombre más alto estaba ahí por la tragedia de su familia, sin embargo no quería hablar de ello, si lo hacía los malos pensamientos vendrían de inmediato, y él un su estado de lucidez no quería que sucediera. Al parecer el detective se dio cuenta de esto y no le hizo absolutamente ninguna pregunta, cosa que agradeció internamente. Estaba perdido en sus pensamientos, no supo en qué momento salió del hospital ni cuando se subió al auto del mayor, pegó su vista en la ventana, en lo que podía ver a través de ella, las personas se hallaban felices, regocijándose en su amada monotonía; sentía envidia, demasiada para alguien como él. Sabía que esas personas no tenían la culpa de lo que le había pasado, pero aun así no podía evitar sentirse herido por la alegría ajena. El camino que estaban recorriendo no era el mismo que siempre usaba, era uno donde se podía llegar a la casa de Haruka sin toparse con la suya, tenía algo de miedo, ¿Qué pasaría si lo estuvieran esperando para terminar con él? Apretó fuertemente sus manos hasta que sus nudillos comenzaron a ponerse blancos, su mente estaba jugando con él de nuevo, pero no caería... Haría lo imposible para no hacerlo, aunque sabía que sería en vano. Sintió un leve apretón en su hombro derecho, se volteó a mirar encontrándose con unos tormentosos mares preocupados, sin darse cuenta, sin siquiera tener la intención y como si su cuerpo estuviera acostumbrado a hacerlo de forma automática, le entregó una sonrisa a su amigo.
— ¿Estás bien? —Susurró, sin siquiera molestarse en ocultar la inquietud en su voz. Makoto desvió la mirada nuevamente a la ventana, realmente no sabía qué responder a esa pregunta— Makoto... —Insistió, porque no le gustaba el silencio, no cuando venía de parte de él.
—Estoy vivo... —Contestó agrietado. Haruka no sabía si esa respuesta era buena o mala, pero se conformó con eso.
Otra vez el silencio estaba entre ellos, convirtiéndose en un invitado frecuente, el auto se detuvo a pocos metros de la casa del pelinegro, los dos adolescentes se bajaron de él siendo acompañados por el mayor. Makoto caminaba por inercia y porque el más bajo lo llevaba del brazo en un férreo agarre, pero evitando tocar los hematomas de sus antebrazos. En un pensamiento retorcido, el chico de hebras olivas anhelaba que el agarre de Haruka fuera en sus moretones para provocarle dolor, quería que su agarre fuera aún más fuerte y terminara por reventarle todas las venas, se preguntaba si ese tipo de dolor se asemejaría al que había sentido su familia, pero de inmediato supo que no lo era. El dolor que ellos sintieron, era diez mil veces peor, con tan sólo recordar los gritos agonizantes de sus pequeños hermanos al ser golpeados de esa forma, lo hicieron sentirse enfermo. Dejó de sentir el agarre del más bajo y se dio cuenta de que estaban parados frente la casa de Haruka, miró por unos instantes al nadador para luego mirar hacia la dirección dónde se encontraba su casa, si llegaba a ella, ¿Sería recibido por los brazos de sus hermanos? ¿Estaría su madre haciendo la cena y su padre preparando la mesa? ¿Se volvería todo oscuro de nuevo para darle la bienvenida a la muerte? El adolescente de orbes esmeralda no paraba de hacerse preguntas como esas, estaba recordando otra vez, la sangre salpicada, el olor a carne recién expuesta, las desgarradores suplicas de piedad, la fría y sádica sonrisa... La amenaza detrás de él.
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Dolor de Pérdida
FanfictionMakoto toda la vida había cuidado de Haruka, velando por su bien, preocupándose por su futuro, pero ahora todo era diferente. Ahora era Haruka quien debía cuidar de Makoto como nunca lo había hecho antes. Advertencias: Este fic contiene descripcione...