Advertencias: Este fic contiene descripciones explícitas de tortura, ideaciones suicidas, depresión, entre otros temas. Si eres sensible a algunos de estos, por favor, abstente de leer esta historia.
Bien, antes de comenzar, quiero disculparme por mi ausencia, estoy en época de exámenes finales, mis otras dos historias que tengo, tanto "Secreto a voces" como "Juegos de seducción" serán actualizadas en unas dos semanas más, si tengo suerte tal vez actualice "Secreto a voces" antes, pues estoy quedando con algunos días libres, esto ya lo había avisado hace un tiempo por twitter, pero vuelvo a decirlo por acá.
Respecto a este fic, no tengo problema con actualizarlo porque ya está escrito y terminado, sólo lo estoy trayendo a esta plataforma para aportar al fandom. Bien, sólo eso quería comunicar.
Disfruten su lectura!
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Haruka quería vomitar, podría ser por el repugnante hedor o tal vez por el nerviosismo, no lo sabía muy bien, sólo sabía que tenían que salir de ese infierno. Oyó unas pisadas que venían del piso de arriba haciendo que su corazón se acelerara aún más si era posible, el asesino debía estar merodeando en las habitaciones; podrían escapar sin que se diera cuenta si eran lo suficientemente rápidos. Susurró el nombre de su amigo mientras lo sacudía levemente, pero el adolescente no reaccionaba, sólo estaba ahí, mirando más que aterrorizado la bestial imagen que tenía frente a él. Los pasos se seguían escuchando en el asfixiante silencio, y contrarrestaban a los fuertes latidos de su propio corazón; el pelinegro estaba desesperado, la distancia entre donde estaban y la salida, era muy poca, pero Makoto no quería moverse. Sin saber que más hacer, obligó al más alto a levantarse, con un brazo afirmó fuertemente la cintura y con el otro, tomó el de éste para pasarlo por sus hombros. Makoto pesaba y apenas tenía voluntad para mover sus pies, aun así, el mayor hizo todo su esfuerzo para sacarlo de ahí, tratando con la poca luz que le brindaba su teléfono, de no tropezar con nada que interrumpiera el silencio.
La puerta estaba frente a ellos, pero para el nadador de orbes oceánicos parecía que estaba a millas de él, siguió con su paso lento, estaba a punto de pasar por al lado de las escaleras cuando se detuvo en seco, manifestándose dentro de él un sentimiento entre la inquietud y el miedo. Una fuerte pisada retumbó por toda la casa, y unos cinco segundos después se escuchó otra; el rechinar de los escalones delataban al homicida que bajaba lenta y tormentosamente las escaleras. El pelinegro retrocedió, tenían que esconderse antes de que se encontraran cara a cara con el asesino, ya no podían salir por la puerta porque los vería, así que sólo les quedaba la puerta de atrás, pero considerando el estado del menor, era imposible que llegaran a ella antes de que el sanguinario animal terminara de bajar, de repente recordó; un especie de armario que se encontraba justo debajo de las escaleras, los pequeños hermanos de Makoto lo usaban para esconderse cuando jugaban a las escondidas, esta era una situación parecida, sólo se diferenciaba del juego por el hecho de que si los encontraban, estarían muertos. En fracción de segundos encontró el armario y se metió dentro de él junto a su amigo, las pisadas se detuvieron, ahora lo único que escuchaba era la agitada respiración de él y la de Makoto ¿Dónde estaba el carnicero?
Haruka se dio cuenta de que la puerta del armario había quedado mal cerrada, rozó la madera para poder cerrarla mejor cuando las pisadas volvieron, ahora más fuertes y mucho más rápidas, todo decía que estaba bajando las escaleras corriendo, pero el sonido de sus pisadas no era lo más desesperante, sino el ruido que provocaba algún objeto metálico que estaba arrastrando. Trató de controlar su respiración para pausarla lo más posible, sentía como el cuerpo del más alto temblaba por completo, el asesino estaba caminando entre los pasillos de la casa, tal vez buscando al de orbes esmeraldas al ver que no estaba donde lo dejó; no lo sabía ya que no lo podía ver, pero lo presentía. No podían hacer ruido, si lo hacían se acababa el juego; tomó la mano del menor en un agarre fornido queriendo tranquilizarlo, pero no era capaz.
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Dolor de Pérdida
FanfictionMakoto toda la vida había cuidado de Haruka, velando por su bien, preocupándose por su futuro, pero ahora todo era diferente. Ahora era Haruka quien debía cuidar de Makoto como nunca lo había hecho antes. Advertencias: Este fic contiene descripcione...