Advertencias: Este fic contiene descripciones explícitas de tortura, ideaciones suicidas, depresión, entre otros temas. Si eres sensible a algunos de estos, por favor, abstente de leer esta historia.
Buenas noches preciosas criaturas, sí, he vuelto a actualizar este fic que lo tenía abandonado, o sea no, está terminado, pero simplemente no lo he actualizado acá. Un millón de disculpas. Voy a darles datos informativos para que aprendamos juntos más sobre la cultura japonesa.
Los funerales japoneses tienen tradiciones como los de los sobre con dinero que son las condolencias de los cercanos a la familia del fallecido, las condolencias pueden ser de mucho o poco dinero dependiendo de la cercanía que se tenía con la persona.
El Sutra son las frases u discurso dichos por Buda (En el budismo han existido varios budas, ya que son personas terrenales) se usan mucho en los velatorios, el sacerdote comienza a cantarlo y los asistentes le siguen.
Las urnas son los recipientes donde depositan las cenizas del fallecido.
Aclarado esto, les dejo el capítulo.
Perdonen todos mis errores.
Disfruten de su lectura!
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Makoto salió de la consulta del psicólogo y vio a su mejor amigo esperándolo paciente, quien le dio una muesca que parecía una sonrisa deprimida, sus esmeraldas decaídas y cansadas comprendían el gran esfuerzo que estaba haciendo Haruka al ayudarlo y dejarlo quedarse en su casa, pues a la suya ya no podía volver ni aunque quisiera. El chico de cabello negro se levantó y en palabras suaves le dijo que era hora de irse, el más alto sólo asintió y prosiguió a caminar junto al nadador de estilo libre; mañana se venía un día pesado y definitivo para él, "El término de un ciclo" según le había dicho su psicólogo, pero él en su mente no estaba de acuerdo, si bien sus padres y hermanos merecían un funeral digno, para Makoto le era imposible terminar el ciclo de toda su vida ahí, sincerándose con su alma, él también quería ser parte del funeral y estar muerto, para él, ese sería realmente "El término de un ciclo". Ensimismado en su despedazado y oscuro mundo, se cegó por una luz que brillaba intensamente, estrechó un poco los ojos y queriéndose esconder de aquella luz, alzó su mano para cubrirse el rostro, dentro de unos segundos se daría cuenta que ya habían salido del hospital y que aquella cegadora luz, sólo era el sol que intentaba tapar; miró hacia abajo pensando en lo molesto que era cuando amanecía, pues se había acostumbrado a las pesadillas de noche y al dolor que era casi un consuelo para él. Se sobresaltó un poco al sentir la mano de Haruka en su espalda, lo entendía, lo estaba preocupando porque no había emitido ninguna palabra desde que había salido de su cita con el psicólogo.
—Está bien... Haru —Contestó casi automáticamente, tratando de conectar su mirada con la del más bajo, pero fallando rotundamente, ya no lograba conectarse con nada, ni siquiera con él mismo.
—¿Te dijo algo malo el psicólogo? —El muchacho de orbes oceánicos miró a su amigo, anticipando la respuesta que le daría, mañana era el funeral de su familia después de todo, por lo que Makoto estaría mucho más perdido en sus pensamientos y actuaría más melancólico, sin embargo, la respuesta sin vida que le dio, fue suficiente para removerle toda idea dentro de su mente, provocando algo de gran inquietud.
— Quiero ir al mar...
Haruka no comprendía el porqué de aquel extraño pedido, ¿Habría un motivo detrás de esto? Con un poco de inseguridad, aceptó el pedido de su amigo, y juntos se encaminaron por el camino que los llevaba directamente al mar. Era un día muy silencioso, al menos así lo sentía el mayor que mirando de vez en cuando al de preciosos y apagados orbes verdes, se preguntaba una y otra vez, qué es lo que había en su mente. No había que caminar mucho para llegar a la playa, sintiendo la brisa marina más cerca, recordó lo encantador que era nadar y disfrutar del agua las veces que quisiera, esa sensación de libertad... de paz, que había perdido, y es que no era culpa de Makoto, él no le arrebató su libertad; cruel era el destino que les provocó sufrimiento y mala fortuna, y es que estaba seguro, que esto no era todo lo que les traería, podía presentir la venida de algo peor. Se detuvieron y ambos atrapados en sus propios pensamientos, observaron la magnificencia de aquel océano que tranquilamente oscilaba a la par del viento, tan sereno, tan hermoso, pero también temible; temible para aquel chico de hebras olivas que, sin entender sus razones, por decisión propia quiso acercarse al gran monstruo marino que tanto le aterraba, o es que como ya lo había perdido todo ¿Su miedo se volvió insignificante a lo que era ahora su más grande dolor? Sin titubeos, ni quejas, Makoto se sacó sus deportivas para luego comenzar a caminar por la arena que con su temperatura tibia no hacía daño, Haruka parpadeó un par de veces sin entender, rápidamente hizo lo mismo que el menor y lo siguió; dio un pequeño salto, había olvidado la sensación de sentir la arena debajo de sus pies.
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Dolor de Pérdida
Fiksi PenggemarMakoto toda la vida había cuidado de Haruka, velando por su bien, preocupándose por su futuro, pero ahora todo era diferente. Ahora era Haruka quien debía cuidar de Makoto como nunca lo había hecho antes. Advertencias: Este fic contiene descripcione...