Aquella habitación parecía totalmente normal, era prácticamente una sala de espera de alguna empresa común y corriente, habían dos sillones grandes y una mesa en medio de estos cubierta por papeles y una que otra cosa sin importancia.
— Si esto es un juego o lo que sea, debe ser como las escape room ¿no?, Fuí a muchas esto será fácil — Ellie quien era experta en acertijos y escape rooms se acercó a la mesa y comenzó a revisar los papeles pero no había nada, ni pistas, ni absolutamente nada que le diera una idea, vió el celular de nuevo y notó que había un reloj que corría el tiempo, quedaban 15 minutos.
— Niña, no sabes lo que esto conlleva, no es un jueguito y ya — El hombre volvió a hablar y entonces se acercó a una pequeña ventanilla que había allí donde se suponía estaban las secretarias pero estaba cerrada, el la golpeó hasta que logró abrirla y dejó a la vista de todos que allí solo había un maniquí con un teléfono de plástico y una taza de café sobre la mesa, por otro lado uno de los chicos intentó salir bastante asustado pues eso no le gustaba nada y cuando giró la perilla esta se rompió dejando ver una especie de manija de caja fuerte.
— ¡Necesitamos un código! — Exclamó emocionado pues creyó que tal vez habían encontrado la primera pista para vencer ese juego, entonces Ellie miró a su alrededor y recordó...no había nada dentro de esa habitación que le indicara algún código, pero.
— ¡460!, ¡Ese es el código! — Tenía una memoria increíble y recordó perfectamente que en el ascensor había un póster pegado, había una persona tomando agua y aunque no leyó todo si vió unos notorios números en grande entre el texto, seguro esa era la pista, debía ser.
El chico sin entender como Ellie lo sabía confío y entonces giró la manija hasta marcar el número 460, pero no pasó nada...esperaron unos minutos y de la nada en el techo aparecieron una especie de placas que empezaron a emitir calor, esto estaba mal...¡Ese era el código!, Ellie entonces se sintió amenazada cuando todos al ver que se había equivocado la miraron molestos y ella intentando encontrar la solución se desesperó, 30 segundos después las columnas de la habitación también empezaron a emitir calor mientras se ponían de un color rojo llamativo.
—Ese póster no estaba allí por casualidad...lo sé...— En ese momento vió a una de las chicas ya ansiosa tomando agua de un vaso y pensó, si no era el número...¡debían ser los vasos o el agua!, Corrió a la mesa y comenzó a tirar los papeles encontrando un posavasos, metió sus dedos y lo hundió, este bajó hasta el fondo y rápidamente al ver eso todos corrieron a la mesa dándose cuenta de que había 5 más.
— ¡ hay seis vasos, debemos llenarlos de agua! — Las ventanas de la habitación se cerraron y eso poco a poco se convirtió en un horno, varias chicas entraron en pánico y comenzaron a llorar, pero Ellie no podía perder tiempo, corrió tomando los vasos y se acercó a dónde estaba el agua comenzando a llenarlos, dos chicos le siguieron y cuando estaban 5 llenos, se dieron cuenta...una chica se había tomado el agua de el 6.
—¡Salgan!, ¡Me encargaré, solo largo! — Exclamó la chica y varios salieron por el conducto que se abría cuando Ellie presionaba el posavasos libre, se quemaría allí adentro si no pensaba en algo, entonces antes de salir el último hombre, el anciano que la había molestado antes se acercó a ella y le extendió una pequeña botella de licor que tenía en su bolsillo.
— Date prisa y sal — Sin más el hombre salió por el conducto dejando a Ellie allí, ella abrió la botella con las manos sudadas y temblorosas, solo rezaba para que fuera suficiente, el calor le estaba llegando a los huesos, apenas podía respirar, se sentía tan agitada, no sabía si su hermano había pasado por esto, solo esperaba que estuviera vivo.
— Vamos...vamos...vamos —El reloj en el celular comenzó a sonar cada vez que un segundo pasaba, el corazón de Ellie estaba tan acelerado que podía sentirlo saliendo de su pecho, tenía un nudo en la garganta y mientras echaba el licor en el vaso sentía que el tiempo pasaba más rápido de lo que el líquido caía, 20...19...18...17.
— ¡MIERDA! — cuando puso el vaso aún no estaba lleno, creyó que moriría allí pero entonces recordó algo más...en dónde estaba el maniquí había una taza de café...¡Eso es!, Rápidamente se puso de pie corriendo a toda prisa y tomó la taza, tiró el café dentro de el vaso y al fin el posavasos se hundió y el conducto se abrió.
— 5...4...3...2...— Una voz femenina empezó a resonar en la habitación contando los últimos segundos, Ellie corrió con toda la fuerza que sus piernas le permitían y en el último segundo saltó entrando al conducto, viendo como en ese instante la habitación explotaba totalmente encendiéndose en llamas, sintió que su estómago daba un vuelco total al darse cuenta de lo cerca que estuvo de terminar allí.
Aún no terminaba, tenía que salir de allí, así que intentó retomar el aire y gateó rápidamente saliendo de aquel conducto luego de unos segundos callendo directamente al suelo pavimentado de un callejón, dolió, pero el frío de el aire nocturno le recordó que por suerte estaba fuera...y viva.
Nunca se había sentido así...fué aterrador, pero, algo dentro de ella fué diferente, como si por primera vez se diera cuenta de que morir no era lo que quería, como si su vida por fin tuviera algo de intensidad...nunca sintió ese tipo de miedo y adrenalina, no sabía porque o quién hacía esto, pero cuando se sentó viendo a todos los demás retorciéndose en el suelo sin respirar bien, notó también que había una mesa pequeña a pocos metros, entonces se levantó y se acercó esperando algo bueno por pasar ese puto juego demente, pero lo que vió fué una carta, suspiró y la tomó metiéndosela en el bolsillo, ahora tal vez parecía una tontería, pero talvez más tarde con la cabeza fría, podría ser alguna pista de que pasaba y como podía encontrar a su hermano y salir de este mundo tan extraño.
Entonces miró el celular y vió que la pantalla se iluminaba con un mensaje y la misma voz femenina esta vez proveniente de el dispositivo en su mano le daba la "buena noticia".
— Felicidades, a completado el juego, su visa es de 3 días —Ellie estaba muy confundida, ¿Visa?, ¿Que era eso?, ¿Dónde estaban los demás?, ¿Quien era el que hacía todo esto?.
— La visa...es...— Entonces el mismo hombre que se encontraba recuperando el aliento, se levantó y se acercó a cortos pasos mientras le explicaba a Ellie de que se trataba, pues era evidente que ella no tenía ni la menor idea de que era la visa.
— Cuántos días te quedan de vida...consigues más días, jugando — La piel de Ellie se puso del tono de el papel al escuchar aquello, ¿¡Debía volver a jugar algo así o moriría?!, ¿¡Que clase de demente hizo esto?, Entonces mientras intentaba entender lo que estaba pasando todos vieron como un hombre bastante mayor se acercaba a ellos, estaba cojeando y cuando estuvo lo suficiente cerca pudieron ver que estaba todo lastimado y su ropa estaba manchada de sangre.
— Al fin...Al fin seré libre...la única forma de salir de aquí es...esta...¡Hoy por fin se vence mi visa! — Luego de gritar eso una especial de láser cayó de el cielo atravesando su cabeza y cuerpo y de un segundo a otro el hombre cayó al suelo sin vida, el láser lo había matado.
— exactamente eso es lo que pasa si no juegas y te quedas sin días de visa...— Dijo el hombre y comenzó a alejarse caminando como si lo que acababa de ver fuera algo normal para el. Ellie estaba totalmente petrificada y solo caminó de regresó a el departamento de su hermano intentando pensar en que demonios estaba pasando.
Al llegar se recostó en el suelo y comenzó a mirar la carta, estaba oscuro así que apenas por la luz de la luna que entraba por la ventana fué que podía divisar que era la misma carta que había visto en el celular al empezar a jugar el juego, era la "dificultad"...3 de picas, no sabía si esto la llevaría a su hermano, pero sabía que no moriría sin encontrarlo, eso no.
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|| 𝗗𝗲𝗮𝗿 𝗡𝗶𝗿𝗮𝗴𝗶 ||
AçãoEllie no tenía la mejor vida, una chica sensible e ingenua, dentro de una familia disfuncional y llena de agresividad y abusos, no podía ser feliz, sumándole a esto que Ellie tenía años sin encontrar un sentido a su vida, sabía que sentía a menudo c...