Respiración agitada, gotas de sudor y terror era todo lo que había en aquellos cinco chicos que corrían a todo lo que sus piernas les permitían huyendo de aquella bestia hambrienta que amenazaba con alcanzarlos.
Ellie por su parte procuró no separarse de Alice y correr cerca de este asegurándose de que sin importar que el no corriera un peligro mayor, nunca había visto un animal como ese así de cerca, era enorme, a simple vista de notaba lo hambriento y molesto que estaba y ella sabía que dentro de ese pelaje espeso y colmillos afilados se encontraba la muerte de todos si no lograban perderlo de vista...era obvio, no podía ser tan fácil como correr y ya.
Uno de los chicos que apenas había conocido pereció en el camino, se esforzó por huir, cómo todos, pero aquel animal se abalanzó sobre el en un descuido y antes de que pudieran hacer algo todo lo que quedó fueron sus gritos de desesperación y el dolor en el estómago de todos los demás presentes, no había nada que hacer y así creyendo que la bestia estaba distraída continuaron corriendo, pero Alice se descuidó por el miedo y lo agitado que estaba, no solo él, sinó todos.
Cuando un estruendo a su lado se hace presente, sobre la parte superior de una de las camionetas que llenaban la autopista subterránea apareció otra bestia negra dispuesta a devorar cualquiera a su paso el más cercano era él, los reflejos de Ellie fueron casi sobrehumanos y se arrojó frente a Alice empujándolo detrás de su cuerpo, gracias a esto aunque el puma no lo atacó si que casi logra caer sobre ella y estirando una de sus garras llegó a la cara de la menor.
Todo fué en cuestión de segundos y aunque tuvieron que jalarla y llevarla arrastrada llegaron a una zona con luz de nuevo, estaban libres de peligro por ahora y entonces ella los miró, el shock seguía apoderándose de su cuerpo y no sentía dolor, tampoco se daba cuenta de lo que estaba pasando pero cada mirada que recibía de sus compañeros en aquel juego eran cada vez peor, estaban aterrados o tal vez ¿Horrorizados?
— ¿Q...que? — Preguntó en un casi murmullo mientras los miraba pero ninguno respondía, entonces Alice quien había sido la persona por la que la menor se arriesgó se dió la vuelta como si no pudiera mirar seguido de Usagi que intentaba darle una especie de apoyo.
— Tu...tu ojo — Él tercero del grupo, uno de los desconocidos, de echo, el único que quedaba allí en ese momento se acercó a pasos lentos esta vez cambiando su expresión a una que intentaba dar apoyo o tal vez no alterar a Ellie mientras le decía aquello, pero ella rápidamente se llevó la mano a la cara y se dió cuenta de que no veía nada por su ojo izquierdo, un dolor punzante la atacó en el preciso momento en el que tocó esa zona y se dió cuenta de lo horrible que era la situación.
Creyó que tal vez tenía un rasguño grave y por eso su ojo no se abría, pero esto era...mucho peor.
Un grito desgarrador salió de lo más profundo de su garganta, no solo porque ahora dolía, ya se había dado cuenta y dolía, sinó también porque era una situación horrible y no sabía que hacer, el tiempo corría y el pánico se apoderó de ella al darse cuenta de que...aquella bestia negra le había arrancado el ojo de cuajo.
Para cualquiera era una bendición seguir vivo en esa situación pero ella no podía pensar con claridad y cayó hacia atrás sentada sobre el asfalto aún con una de sus manos en aquella zona donde antes estaba su ojo izquierdo, era imposible, ¿cómo no se había dando cuenta antes?, No sabía que hacer, no podía llorar, no podía seguir gritando y después de cierto punto solo estaba allí, ni siquiera recibía alguna especie de mirada por parte de los demás, solo por este chico Yamane, que se agachó a la altura de la menor, se había quitado la camisa que llevaba abierta sobre la camiseta y arrancó de esta un pedazo de tela que prosiguió a amarrar detrás de su cabeza cubriendo la cuenca de su ojo izquierdo, no era lo más higiénico pero lo hizo solo por decoro.
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|| 𝗗𝗲𝗮𝗿 𝗡𝗶𝗿𝗮𝗴𝗶 ||
AcciónEllie no tenía la mejor vida, una chica sensible e ingenua, dentro de una familia disfuncional y llena de agresividad y abusos, no podía ser feliz, sumándole a esto que Ellie tenía años sin encontrar un sentido a su vida, sabía que sentía a menudo c...