Harry es un omega refunfuñón al que no le gustan los mimos.
Louis también es un omega, que siempre busca darle cariños.
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El nuevo nido que habían decidido hacer en la antigua casa de Louis era mejor de lo que hubieran imaginado.
Y es que tardaron cerca de una semana para terminarlo y poder llevar algunas cosas de un lugar a otro sin ser descubiertos en el intento, así que era valioso. Era grande, muy suave y bastante acolchonado a petición del omega rizado.
— Hazz, ¿Puedes taparlo? Creo que ya terminé.
Harry asintió y corrió a tapar el pequeño panel que estaba en la ventana, en el sol, para ver si las lucesitas se iluminaban, ambos chillaron emocionados cuando funcionó y dejarían que el panel se recargara durante todo el día en el sol para cuando oscureciera las luces prendieran.
— ¡Funcionó! Por la Luna es tan genial — Harry dio brinquitos y se quitó la sudadera para entrar a su nido y hundirse en él.
Louis sonrió al ver la actitud del rizado, pocas veces lo veía así de feliz y le gustaba que se pusiera así por algo que le involucraba a él, mejor aún, a su pequeño nido seguro.
Se bajó del banquito donde estaba y se quito los zapatos para entrar también, todo desde dentro se veía mejor, era muy espacioso y sus cuerpos se hundían un poco entre tanta cobija y almohada, pero aún faltaba lo más importante.
— Ya, hay que marcarlo, Lou — Insistió el mayor, poniéndose sobre sus rodillas para comenzar a frotar algunas mantas en su cuerpo.
— ¿Estás muy feliz, no? — Preguntó, haciendo lo mismo.
— Ujum, este es perfecto, es una obra maestra.
Louis dejó la almohada que él traía y se abalanzó encima de su novio, siendo atrapado por las manitas suaves y delicadas que se pasaban por su cintura libremente.
— Es nuestro, Hazz, claro que es una obra maestra — Le besó el cuello cerca de su fuente de olor, estremeciendo al omega rizado — Podemos marcarlo de otra forma, ¿No crees? Más fácil.
— No lo sé, ¿tú que piensas? — Harry Murmura sobre sus labios, sin besarlo del todo mas que simples roces.
— Pienso que me encantas demasiado, y que hay que darle la bendición a este nido como se debe.
Harry simplemente rió y comenzó a dejarse llevar por los toques de su omega sobre su cuerpo y deleitandose de lo bonito que era.
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El nido estaba totalmente cubierto por los olores de ambos, que si pegaban su rostro a cualquier parte de él sus aromas juntos estarían ahí, suaves y bien impregnados.
Harry estaba dormido sobre el cuerpo de Louis, abrazándolo y descansando su mejilla en su pecho, Louis estaba algo somnoliento, miraba simplemente el cuello del omega, donde estaba una nueva marca rosita temporal creada por él.
Le acariciaba la espalda y conectaba con líneas imaginarias ciertos lunares pequeños de ahí. Se removió un poco solo para acomodarse y fue ahí donde Harry despertó, con un suave murmullo.
