Harry es un omega refunfuñón al que no le gustan los mimos.
Louis también es un omega, que siempre busca darle cariños.
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— Hazz — Rio el omega menor, sosteniéndose de la camilla para que su inquieto novio no lo tumbara sobre él — Solo te falta el suéter, por favor.
Harry no pareció interesado en escucharlo, y siguió aferrado del cuello de Louis mientras buscaba su boca, estaba especialmente mimoso y gruñón y a Louis le encantaba.
— No lo quiero — Murmuró sobre sus labios.
Louis lo alejó un poco con la mano y apretó sus rizos de enfrente en un puño para verlo a los ojos.
— Hace diez minutos tuvimos que haber salido de aquí.
— Que esperen, supongamos que aún me siento mal — Apretó sus piernas alrededor de la cintura de Louis, tumbandolo sobre él.
El menor no le quedó de otra que subir por completo a la camilla y besar a Harry, sobando sus muslos y alejándose de su boca para olerlo en su cuello, suspiró y cerró los ojos, gruñendo bajo.
— ¿Quieres gomitas? — Dijo el menor, interrumpiendo los besos — Podemos pasar a comprar antes de llegar a tu casa — Prometió como ultima esperanza de que su novio se dejara poner el resto de la ropa.
— ¿Panditas?
— Manguitos también, omega.
Harry suspiró y su interior se removió feliz al escuchar ser llamado omega.
No le quedó opción que terminar de vestirse, y aunque se sentía un poco mareado por el suero y comenzaba a renegar por querer llegar a casa, tuvo que aguantarse hasta que salieron del hospital.
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Harry soltó un suspiro cansado cuando por fin pudo recostarse en el nido de su habitación, calientito y fresco, familiar, con su olor y el de Louis en él, simplemente perfecto.
Jadeo somnoliento cuando sintió al menor quitarle los zapatos con delicadeza y retirarle el pants para cobijarle las piernas con las mantas frescas antes de perdirle permiso para tomarse una ducha.
Harry aceptó, esperando a que Louis saliera con una pijama puesta o simplemente ropa cómoda, pero no fue así, en cambio traía una de sus faldas nuevas, reluciente sobre su marcada cintura y dejando a la vista sus piernas rellenitas.
— ¿Cómo te sientes, pooh? — le preguntó con cautela, gateando sobre el nido hasta llegar a su rostro y besar su nariz, él jadeo al olerlo fresco.
— Estoy muy cansado — Murmuró — Pero quiero tenerte más cerca antes.
Louis sonrió de lado y arrastró los paquetes de gomitas que el mayor estaba comiendo lejos de ellos para tener más espacio libre en el nido y subir sobre el cuerpo del mayor para besarlo.
Harry se permitía soltar algunos gruñidos bajos y jadeos cuando el ojiazul se presionaba contra él, buscando sentirse, apretó los muslos regordetes del menor y puso sus manos en su trasero por dentro de la falda.
