Capítulo 11

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¡Aquí está el capítulo! Ando un poco floja y no he estado escribiendo pero ya le ando echando ganas.

Gracias por el cariño que le dieron al maratón<3
Si sigue así en los capítulos puede que venga otro...

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POV Narradora

Tiempo después

Había pasado un tiempo desde que Dulce por fin sacó a la basura de su vida pero eso no impidió que esa basura siguiera apareciendo.

Ambos Christopher y Sabrina seguían intentando contactarla. Aparecieron en ocasiones separadas a la empresa pero rápidamente fueron botados con la advertencia que la próxima vez sería la policía quien los sacaría.

Sabrina seguía yendo a la casa de Dulce pidiéndole otro chance pero esta nunca le daba la luz del día. Aparecía tanto que Dulce comenzó a ir a casa menos y menos hasta que la casa solo estaba colectando polvo.

Se la pasaba en la casa de Anahí, en la que le había comprado.

Aunque la rubia al principio se siguió negando al fin la aceptó siendo convencida por el encanto de la pelirroja.

La casa vino con muebles que la pelirroja había escogido y aunque no eran de su gusto eran del gusto de la rubia y eso es algo que Dulce aprendió con solo algunas conversaciones.

Anahí ya iba para su séptimo mes de embarazo. Su vientre estaba grande y precioso.

Paula pateaba mucho y eso llenaba a ambas chicas de felicidad.

La familia y los amigos de Anahí le habían organizado un baby shower donde los que aún no sabían se enteraron que la bebé era de Dulce.

Todos se llevaban muy bien. Christian aún estaba un poco a la defensiva pero en el fondo al igual que los demás comenzaba a querer a la pelirroja.

La familia y Anahí por fin pudieron conocer al padre de la pelirroja. Este al igual que ella era serio. Parecía que no podía formar una sonrisa. La pelirroja asustaba pero aquel hombre alto y apuesto hacia a los demás esconderse. Lo que los demás si notaron y lo que les traía ternura es que cuando miraba a su hija en sus ojos se notaba una adoración. Amor que se notaba con una mirada.

Ahora mismo ambas chicas se encontraban en una ferretería intentando decidirse en qué color deberían pintar el cuarto de Paula.

-¿Qué piensas de este?-preguntó Dulce pasándole una tarjeta con el color.

-Es muy oscuro-dijo la rubia mirando el color.

Dulce suspiró.

-No entiendo. Es el color rosita y todos son oscuros. ¡Es rosita, siempre se usa el clarito!

Anahí se rió.

-Tal vez tenemos que ir a otro lugar-se encogió de hombros.

-Pero esto es una ridiculez. Ósea ¿como no tienen un rosita claro?

Negó con la cabeza y siguió buscando entre los colores.

-¿Segura que no quieres otro color? ¿Azul? ¿Blanco? ¿Un verdecito? ¿¡Morado!?

-¡No! Solo rosita y bueno si agarra un blanco para pintar los marcos.

Dulce rodó los ojos divertida y agarró una de las cartas blancas.

-Iré a pedirla, no te me pierdas-advirtió.

Anahí enarcó una ceja.

-No me voy a perder.

La Madre De Mi HijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora