Capítulo 20

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¡Este capítulo se los regalo temprano!
Ya quiero empezar a escribir otra historia y como ya tengo todo listo para esta mejor publicar y no hacerles esperar.

En el fin del epílogo podrán escoger algo de la próxima historia así que por favor no se lo pasen.

Publicaré el epílogo en la mañana.

Sin más... ¡disfruten!

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POV Narradora

Algunos meses después

El tiempo estaba pasando demasiado rápido.

Paula ya se acercaba a los ocho meses y cada día se parecía más Dulce, bueno si eso era posible. Crecía con cada día que pasaba y las chicas estaban más enamoradas que nunca.

Nunca se detenían en mostrar su amor la una por la otra. Ya sea en la casa, en la empresa o en el público.

En la empresa todos ya conocían a Anahí y la adoraban. Se había vuelto la reina del lugar. Es la héroe que corrió a la serpiente y salvó al reino.

Con tanta atención y pendientes las cosas entre las chicas se habían enfriado.

Anahí se había graduado y Dulce estaba demasiado orgullosa de ella y feliz cuando consiguió un puesto en una de las mejores clínicas para niños. Lo que no le gustaba eran los colegas de la rubia.

Dulce tiene claro que Anahí es una mujer demasiado hermosa y que hay muchos que se mueren por ella y sabe que no puede hacer nada sobre ello. Últimamente se había vuelto insegura.

Anahí era increíble en su área de trabajo y tenía muchos ojos puestos encima de ella y eso molestaba a Dulce especialmente porque esos ojos no eran inocentes.

Para evitar palabras feas y la amargura Dulce comenzó a tomar el turno de noche mientras Anahí trabajaba por el día.

La rubia notó la distancia de inmediato pero no había echo nada sobre ello porque estaba demasiada ocupada.

El tener el trabajo de sus sueños la tenía sobre la luna.

Ahora nada era especial o por lo menos así se sentía. Los besos eran cortos sin sentido, la intimidad ya no era más, las palabras no se pasaban mas de un simple "hola".

Ya cuando la rubia se iba a trabajar, la pelirroja ya se iba a dormir.

Ambas se extrañaban, no era secreto. Extrañaban los besos llenos de pasión, las caricias cálidas y los abrazos de seguridad que trasmitían paz.

La rubia comenzaba a sentirse sola. ¿Será que el amor se fue? ¿Por qué tan rápido? Ella sabía que esto podía pasar pero no así. La pelirroja le seguía moviéndole el mundo entero y ya no iba aguantar sus tratos.

Se asomó desde la cocina y vio a la pelirroja en el mueble jugando en su Xbox.

-Dulce-la llamó.

La pelirroja la miró y luego volvió al televisor.

-Mande-respondió en una voz apagada.

-Necesito que dejes el juego y vengas.

Dulce no la miró y siguió con su mirada en el televisor.

Anahí frunció el ceño.

-Dulce-la llamó al ver que la pelirroja no dejaba el control del Xbox.

Anahí suspiró molesta y fue hacia donde estaba la pelirroja. Tomó el control del televisor y lo apagó.

La Madre De Mi HijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora