Mierda

12 2 0
                                    

Capítulo 23
Erin

La habíamos pasado bien en todo nuestro viaje, pero la molestia de ver cómo te escribía y insistía, ver cómo tú ignorabas todo comenzó a molestarme, creo que amo a alguien que podría romper mi corazón.

Eres una persona que ya no me conoce,  quiero alejarme pero quiero que me obligues a quedarme, quiero ser tuya, pero porque siento que con cada paso más me alejas de ti, quiero aferrarme pero no tengo fuerzas.

No respondes, solo sigues pensando en ti, soy egoísta por querer que te preocupes por mi, quiero amor de alguien que solo me está lastimando. Después de lo sucedido el solo ignoró lo que había sucedido y me expulsaron de la facultad, tuve que largarme del dormitorio, aunque me han dado días para mudarme y tratar de estudiar en otro lugar, pero ya todos saben que no puedo controlarme.

Nos miramos a la cara mientras cenamos, él cree que disfruto de estas cenas vacías, sin ningún tipo de compromiso, como si fuera una obligación estar aquí conmigo, no soporto más pero de un momento a otro exploto.

- Tu no eres la mejor persona, siempre me haces sentir de esta manera, todo por culpa de ella, siento que no soy suficiente y que no podré llenar expectativas, estoy sintiendo que estoy luchando por algo perdido - grito molesta y de mí comienzan a brotar lagrimas - que he hecho mal, solo quería amor, es mucho pedir - le arrojo el primer golpe, mis lagrimas no me dejan ver el camino y mis pensamientos están nublando mi juicio.

- Deja de vivir en el pasado, te elegí a ti - suelta levantándose de su asiento.

- Este es el problema, jamás tuve que elegir, siempre haz sido tu, pero tu si tuviste opciones y solo te quedas conmigo porque te amo - susurró llena de dolor.

- Creo que necesito un tiempo para pensar - el solo dijo esas palabras y algo dentro de mi se rompió.

- Siempre es lo mismo, nunca tendré mi final feliz - me alejo de su lado para sentarme en la sala.

- ¿Que quieres que haga? Te dije que necesito mi espacio, no te estoy abandonando - dice y mi llanto arruina todo.

- Cuando vas a entender que lo que he amado me termina abandonando, solo tengo miedo de que corras también, todos corren como si de una plaga se tratara - trato de reír pero el sentimiento que tengo en el pecho no me deja, esta puede ser la primera vez que me muestre como soy, una humana.

- Solo déjame pensar - suplica pero su manera de tratarme me está matando.

- Crees que siempre estaré aquí para ti, no estoy contigo por tu dinero, no me considero esa clase de persona, quise creer en el sentimiento que poseo dentro de mi pecho, llámame loca por no querer alejarme del hombre que amo - toco su pecho y él trata de tocar mis manos.

Comienzo un juego de fuerza y no se en que momento pero siento unas esposas que aprisionan mis manos, el solo susurra que me calme, trato de sacármelas y al final lo consigo pero mis manos se han vuelto rojas por la presión.

- Tranquilizante - grita y me freno para romper lo que está a mi paso.

- Solo quiero una relación estable, quiero lo que me hiciste soñar, quiero que cuando tengamos una discusión acabe en tener sexo, pero tus ojos ya no me miran como antes, ella solo tuvo que plantar una semilla de duda y tu dejaste que creciera, quien es el culpable de los dos - me alejo llena de furia de ese lugar y mientras bajo las escaleras el sentimiento que tengo en el pecho se vuelve cada vez más doloroso.

Ya no puedo más, me siento en el lugar y mis lagrimas siguen su curso, siento como me abrazan por detrás y no quiero girar mi rostro, se que vino a buscarme pero ya no quiero que siga huyendo.

- No es mi deber arreglar todo lo que arruinas, que excusa vas a dar esta vez, no estás cansado de decepcionarme cada vez más, no sé qué hacer con nosotros - lo alejo de mi lado - ¿alguna vez me amaste? - pregunta pero el solo se queda callado - debiste engañarme y quedarte con ella, solo así no hubiera sufrido por estar contigo, me haz vuelto una estupida que solo sabe llorar y preguntarse el porqué de todo esto - me levanto de ese lugar más que decidida a acabar con todo esto.

- Quédate - suplica pero eso no funcionará esta vez.

- Quise creerte pero no soy lo que necesitas, este es el final de lo nuestro - me alejo y con cada paso mi corazón se rompe un poco más.

Ni se como pude llegar a mi dormitorio solo recuerdo abrazar a Violet y llorar todo el tiempo, a la mañana siguiente recojo mis cosas y decido irme, ya no tengo un futuro aquí, se que es cobarde pero sé que él nunca vendrá a buscarme, llego a la oficina del decano para informar de mi retiro, el pobre hombre acepta ya que los rumores sobre mi desagradable vida están por todos lados, soy un genio que no sabe controlar sus propias emociones, de esa manera me describe.

Trato de luchar con mi tristeza y al final solo corro lejos de todos, me voy sin despedirme de nadie ya que nadie me extrañará, recuerdo tomar las pastillas que el psicólogo de la universidad me recomendó para calmar un poco mi ansiedad.

Mis manos truenan mientras veo el mar al frente de mi, suelto todas mis cosas para caminar hasta la helada agua, pero no logro hacerlo, camino buscando un lugar donde quedarme, al final pude quedarme en una habitación de hotel, me estoy prohibiendo llorar.

Desde que lo conocí me volví alguien diferente, cambie y no se a quien beneficiaría mi cambio. En la noche salgo a caminar y el mar sigue diciéndome que entre, si está es la forma en la que acabará todo espero que nadie me recuerde, no sé qué pensamiento me hizo entrar al agua, solo sé que después de un rato solo sentí paz, observé la luna y justo esta noche se veía tan hermosa.

Sentí paz y quise quedarme aquí, pero sentí un fuerte tirón y alguien me obliga a salir de este hermoso lugar, pero todo cambia cuando veo lo que estuve a punto de hacerme, me comienzo a marear y solo puedo mirar la tranquilidad del agua.

Acabo de tener miedo de algo que siempre ame.

Me despierto sofocada y no me asusto al ver que estoy en su departamento, me levanto de manera rápida al notar que no estoy en la playa.

- ¿Que sucedió? - pregunta y alguien a mi lado murmura incómodo.

- Esa es mi pregunta, tu vida es preciada, yo no valgo lo que trataste de hacer - trata de calmarse y puedo ver la preocupación en sus ojos, lo que daría porque esos ojos me volvieran a mirar con amor.

- Mate a mi padre, lo amaba y lo maté, aléjate de mi, te estoy haciendo un favor y yo no concedo eso - me levanto de la cama para buscar mis cosas - ¿como me encontraste? - pregunto molesta.

- Tu tarjeta de crédito, siempre dejas un rastro y es fácil conseguir información por ser hijo de un conde - suelta tratando de llegar a mi lado, trata de tocarme pero lo alejo.

- Ya no soy tu problema, decidí salir de tu vida, así que regresa con ella y jamás vuelvas - me alejo para salir de ese lugar.

Voy hasta el hotel para recuperar mis cosas y en mi camino a casa voy recordando cuales son las cosas que me atan a esta relación y no encuentro una respuesta, así que solo quiero estar sola.



.

MalignaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora