Avanza

10 2 0
                                    

Capituló 36
Daphe

Después de mi discusión y gran pelea con James me había ido de esa casa, y solo tuve poco tiempo para disfrutar de mi libertad, ya mi cabeza tenía precio, sabía que irme y recuperar mi vida saldría bastante caro y la agencia no puede dejar un cabo suelto andando por ahí. Me mandaron a matar y ha duras pena pude escapar, creo que sufrí un fuerte accidente, solo se que todo se volvió negro.

Abro mis ojos de manera lenta y me duele la cabeza bastante, giro mis ojos y comienzo a recordar mi accidente, ya comenzaron a cazarme solo por desobedecer órdenes, me levanto de la cama para quitarme la intravenosa que me colocaron, trato de colocarme algo de ropa para después tratar de caminar, me mareo cuando me levanto.

Busco algo de agua para tomarla y alguien abre la puerta de manera rápida, trato de moverme rápido pero el dolor me detiene.

- Tranquila, estás herida, volvamos a la cama - escucho la voz de Damián y sigo su consejo, toco mi cabeza y veo que está vendada.

- ¡¿James?! Donde está - pregunta de una vez.

- Tú esposo, se encuentra afuera y ni lo dejaré entrar - dice mientras anota algo en su libreta.

- Tuve un accidente, déjalo entrar - afirmo y el niega para acariciar mi rostro.

- Nosotros no podemos volver a lo que tuvimos antes, pero quiero todo lo mejor para ti, abandona esta vida y regresa - llega a mi lado tratando de cambiar lo que ya soy, pero niego y el solo besa mis labios.

- No entiendes, no puedo regresar, ya es tarde, estoy muerta - afirmo alejándolo de mi lado.

- Decidí casarme, estoy en edad y ya no puedo seguir aferrándome a un fantasma, todos siguieron su vida sin ti, yo seguí sin ti y estoy bien sin ti - susurra algo molesto y solo me rio.

- Sigue viviendo, soy un fantasma que volverá a irse, ya no te amo, tengo un tiempo sin sentir nada por ti - le miento en la cara y veo cómo se limpia una lagrima traicionera.

- Solo necesito saber que seguirás viva, aunque no estés conmigo, solo quiero que estés bien, entiéndelo yo si te amo, pero se que somos lo suficientemente tóxicos para seguir juntos - dice y se acerca para colocarme la intravenosa, sigue revisándome y me aferro a su mano.

- Envíame una invitación, iré a tu boda, quiero que seas feliz Damián - murmura bajo mientras siento que caigo dormida.

Cuando vuelvo a recobrar la conciencia ya es de noche, me levanto de la cama y busco algo de ropa, me apresuro a tomar un baño para quitarme esa intravenosa, cepillo mis dientes, me coloco la ropa para salir de ese lugar, camino buscando una salida para irme lejos de aquí. Alguien toca mi mano y por instinto lo arrojo lejos, Damián gime de dolor en el suelo.

- Mierda Damián - susurró algo molesta.

- Huyendo del hospital Erin - murmura levantándose para limpiarse la ropa.

- Debo irme, vendrán muy pronto por mi - trato de explicar ya que debo desaparecer para que pueda estar seguro.

- ¿Es tan grave? Digo el no haber matado a ese hombre - agrega bajo y lo obligó a caminar hasta su carro.

- No entiendes, ellos ya me quieren muerta, esa muerte era la mía, así que ahora ellos enviarán a alguien a que me elimine - afirmo subiendo al vehículo - arranca y llévame a un lugar seguro - agregó indicándole el lugar que había encontrado.

- ¿No fue un accidente? - murmura mientras conduce.

- Estaba huyendo, mate a dos de los que enviaron pero acabé así, creo que cada año los jóvenes están mejor entrenados - digo pero el se asusta así que corto la conversación.

- Solo quiero que me ames una última vez antes de que te vayas - susurra y algo dentro de mi se rompe.

- Una ultima vez, después de eso vivirás tú vida y te olvidaras de mi - susurró mientras me coloco una gorra que cubra mi rostro y busco una mascarilla en su guantera.

Llegamos a mi casita con flores que pude comprarme, no quería volver aquí pero solo la compré por capricho, nadie nos buscará aquí ya que la compré con un nombre falso, abro la puerta para que entre y camino hasta la habitación para buscar algo de ropa, me apresuro a tomar un baño para ver mis heridas más de cerca, llego hasta el espejo de cuerpo completo que poseo y me veo muy mal, mis ojos tienen moretones, mi cuerpo está lleno de cicatrices; me duele el costado, como alguien en este estado sigue gustándole. Ya no puedo seguir siendo egoísta, mis demonios me han alcanzado, asesinar gente inocente solo por el bien mayor, ser utilizada toda mi vida por otros, solo por un poco de amor.

Creí que estaba seca por dentro, pero mis lagrimas brotan por si solas, estoy rota y al único hombre que he amado lo he arruinado lo suficiente, lo estoy envenenando con mi amor, siento unas manos que acarician mis hombros, suaves besos que me demuestran lo mucho que me ama, me giro para besar sus labios.

- Estás lastimada, solo vamos a dormir - trata de frenarme pero ya no puedo seguir ocultando lo mucho que lo amo.

- Soy buena soportando el dolor - es lo único que digo antes de arrastrarlo hasta la habitación.

Sus manos recorren mi cuerpo mientras yo solo me aferro a su cuello, me gira dejándome recostada en la cama, sus labios descienden hasta estar en mi entrada y siento como su lengua hace su trabajo. Acaricio su cabezo para obligarlo a seguir en ese lugar, siento espasmos mientras gimo fuerte, levantó su cabeza para obligarlo a verme, terminó de quitar su ropa para aferrarme a su espalda, ya quiero que me penetre.

El solo me mira como si de una estatua se tratara, sus ojos están impregnados de admiración y amor, el me trasmite todos sus sentimientos sin necesidad de gritarlo al aire, siento como me penetra y suelto el aire que retenía.

- Hazlo suave - gimo bajo y el solo hace movimientos certeros que me hacen suspirar por más.

- Si mierda, extrañe esto - gruñe alto mientras siento su aliento en mi oreja - sabes lo que más amo de ti - agrega mientras saca su miembro - cuando gimes cada vez que entro en ti - lo dice suave mientras gimo fuerte.

Sus caricias hacen que olvide todo, sus labios se volvieron mi manantial, no quiero alejarme del hombre que amo, no quiero dejarlo, no es justo que solo sufra, con esos pensamientos en mi cabeza comienzo a llorar.

- Te amo tanto Damián, no imaginas cuánto - digo mientras acaricio su cuello para susurrar cerca de su oído - te amo - gritó cuando consigo mi orgasmo y siento algo viscoso dentro de mi dándome a entender que el tuvo su orgasmo también.

- Saldremos de esto juntos, no me abandones, yo también te amo - trata de decir pero sus ojos se aguan y veo como sus lágrimas descienden.

- Estoy aquí ahora - exclamo para quedarme acariciando su cabezo mientras llora.

.

MalignaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora