Entrenamiento...
AITANA.
El mafioso lanza a la cama una vestimenta de mujer.
--¿Qué es? -le pregunto al ver que me mira.
--Tu ropa de entrenamiento, pontela, quiero ver como te queda antes de irme... -comienzo a desnudarme, Damon me coloca nerviosa así que me cubro más con la toalla.
El me arrebata la toalla y me hace señas para que siga vistiendome, por lo menos ya tenía sosten y pantis.
Al terminar me acerco al espejo para mirar mi reflejo, no parezco la misma.
Me encuentro vestida con un pantalón de color negro tiro alto, un buso de lana negro ancho que me llega a la cintura y una botas de tacon negras.--¿Porqué tengo que aprender a disparar con esta fea ropa? ¿No puedo ir con mi estilo? -niega y se acomoda a mi espalda, aprieto mis labios al ver que le llego al estómago.
--Necesito que impongas poder mientras entrenas, cuando sean citas y salida puedes vestirte como quieras pero esos son los uniformes de trabajo de las mujeres de la mafia... -acomodo mejor mi cabello rojo, sigo agradeciendo que sea dócil.
No me veo tan mal, la ropa me hace lucir mis curvas.
Damon sale de la habitación y yo lo sigo, me frustra ver que nadie me mira al rostro.--Hoy tendremos una fiesta, te pido que por favor no hagas nada extraño, vienen personas peligrosas. -mis brazos tiemblan presa del miedo.
¿Y si no les agrado y me matan?
--¿Porqué tengo que asistir? -le pregunto jalando su camisa para que me preste atención.
--Porque te presentaré como mi futura esposa... -se agacha mucho y aprieta mi mandíbula robándome un beso.
Maldito mafioso.
--Damon, tengo miedo. -le digo algo temblorosa.
Salimos del castillo y a pesar de la ropa abrigadora, siento cómo el frío taladra mis huesos de una manera dolorosa.
--Pues no lo tengas, él único que puede hacerte daño soy yo... -me dice agarrando mi mano y llevándome a la parte trasera del castillo.
Un señor tan alto como Damon me espera, está lleno de tatuajes y serio, moriré de un paro cardíaco.
--Damon no quiero... -me suelto de su mano y trato de correr pero el me sostiene de la cintura llevándome cargada hacia el señor- ¡Auxilio! ¡Auxilio!
Grito con la esperanza de qué alguien me escuche, cosa que obviamente no pasa.
--Callate bebé, el no te hara nada... -me coloca de pie al lado del señor.
Miro al frente tratando de no mirar al señor, estoy como una pista de tiro al blanco al aire libre, hay muchas armas en una mesa frente a mí, diagonal hay un establo y hay guardias retirando la nieve del jardín.
No puedo alzar la mirada, siento a dos poderosos hombres a mi espalda.--¿Tienes una hija? Me dijiste que entrenaría a tu futura esposa. -escucho que el señor le dice al mafioso.
--Ella es mi futura esposa. -un jadeo de asombro sale de los labios de kim kong.
--Porque me secuestró... -digo en voz baja pero siento que me miran, seguramente escucharon.
--Entrenala igual que a mí solo que sin los castigos, no me la maltrates que está pequeña... -el mafioso le exige, hipócrita.
Me dejó dormir amarrada y ahora pide que no me maltraten.
--Niñita, ¿Alguna vez has peleado? -el señor tatuaje se arrodilla para poder mirarme.

ESTÁS LEYENDO
THE QUEEN
ActionHay personas que son indispensables en la vida aunque nos neguemos a aceptarlo o lo aceptemos con solo verlas. Aitana Cassano es la única necesidad del Boss de la mafia Rusa, él la describe así; cómo el aire que respira y los latidos de su corazón. ...