Estoy secuestrada...
AITANA
Camino por todos los salones de este gigante castillo tratando de encontrar el gimnasio pero todo es perdida de tiempo, entro a una habitación y resulta ser otro salón de baile.
Siento el horroroso sabor del jugo verde en mi lengua, maldito mafioso me hizo comer porquerías.
Grito pataleando, el mafioso me dijo que no llegara tarde al entrenamiento y aquí estoy, más perdida que un anillo en el mar.
--¿Que se te ofrece? -volteo a mirar de donde viene esa voz, encuentro a la señora Antonela reparando mi vestuario.
No entiendo que me miran, no es como si fuera la primera mujer en ropa de hacer ejercicio.
--Señora Antonela no encuentro el gimnasio. -le respondo tratando de no recordar lo sucedido la noche anterior.
--¿Señora? -cuestiona con impotencia, retrocedo.
--Si señora... -respondo sin saber en qué me he equivocado, estoy siendo respetuosa.
--El gimnasio está en la zona sur, saliendo del castillo, está lejos... -me responde sonriendo.
--Gracias por su amabilidad. -respondo correspondiendo su linda sonrisa.
Salgo del salón y comienzo a dirigirme a la puerta principal, salgo del castillo y siento como el frío taladra mis huesos.
--Tengo que seguir caminando, no puedo llegar tarde. -me abrazo fuerte, la nieve cubre mi cabello y veo como los guardias me reparan.
Llevo minutos caminando y no logro encontrar el gimnasio, debe estar por aquí, la señora Antonela me dijo que caminara lejos.
--¡¿A dónde vas?! -giro lentamente y veo como Franchesco corre hacia mí con enojo- ¡¿Planeas escapar?!
Grita como histérico, siento mi cuerpo débil por el frío pero aún así sonrío.
--La señora Antonela dijo que por aquí es el gimnasio. -mi repuesta lo hace bufar, golpea su mano contra su frente en señal de desesperación.
--Claro, ¿Después de todo porqué no confiar en la amante de tu prometido y la que además es la mujer que trató de golpearte? -callo al darme cuenta de lo que insinúa.
Que horrible mujer, quería que muriera de frío, yo simplemente no sirvo para esto de desconfiar de todos, estudio derecho porque todas las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
--Tapate. -Franchesco me cubre con su abrigo- Gracias a Dios los guardias me avisaron.
Caminamos hasta entrar al castillo, me quito el abrigo de Franchesco de golpe al ver a kim Kong mirándome con enojo.
--¿Por qué no llegaste al gimnasio a la hora que te ordené? -cuestiona mirándome con su ceño fruncido.
Juego con mis dedos sin pronunciar palabra, él me da miedo.
--Se ha perdido, ella no sabe dónde queda el gimnasio. -responde en mi lugar Franchesco.
Asiento frenéticamente dándole la razón al mafioso secundario.
--Yo... Yo... Yo... -las palabras se me cortan y no sé que decir, no quiero que le diga a Damon, me castigará.
--Llevala a su entrenamiento y no le menciones nada a Damon, no quiero tener que decirle que no le explicaste a Aitana donde queda el gimnasio... -dice Franchesco con una sonrisa.
Aprieto mis labios dándome cuenta como lo amenazó, sé que Kim Kong es malo pero no creo que merezca que lo amenacen.
--Bueno, sigame señorita. -me pide Kim al verme paralizada.

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THE QUEEN
ActionHay personas que son indispensables en la vida aunque nos neguemos a aceptarlo o lo aceptemos con solo verlas. Aitana Cassano es la única necesidad del Boss de la mafia Rusa, él la describe así; cómo el aire que respira y los latidos de su corazón. ...