Capitulo 7

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Celoso...

DAMON

Le doy a la mujer estocadas profundas y certeras, ella gime mordiendo sus labios, aprieto su cuello viendo como sus ojos se blanquean.

La chica se retuerce sentada en el lava manos, aprieto mas fuerte su cuello y ella gime, la siento llegar a su orgasmo pero yo simplemente no puedo.

Raparo sus ojos negros los cuales se convierten en un marrón brilloso, sus cabellos ahora son rojos y solo veo a Aitana con sus mejillas sonrojadas.

En vez de parar al sentir que tengo a mi virgen debajo mío comienzo a dar estocadas mas profundas y rápidas, beso los senos como un poseso.
La chica llega a otro orgasmo y me arrastra con ella, al terminar veo nuevamente a la insípida señora que entró al baño.

--Amor...

--Guarda silencio, no me digas así, que no eres nadie. -salgo de ella y quito el condon, cuando baja del lava manos cae al suelo por los temblores de sus piernas.

En vez de sentir dolor por la caída me mira desde el suelo con una sonrisa radiante, debe tener unos cuarenta años, pero folla bien.

Salgo del baño acomodando mi pantalón, miro a la chica que hubiera deseado tener en ese baño, habla sonriente con uno de sus guardias, el gay para ser exacto.

--Maxim no puedo creerte, me estás mintiendo... -dice Aitana sin darse cuenta de mi presencia, Yura se posa firme al verme mientras que Maxim al darme la espalda no capta mi presencia.

No entiendo porqué todos los hombres se le acercan, ahora hasta los homosexuales y no puedo ponerle mafiosas de guardias porque seguro me las cogí a todas y querrán matarla.

--¿Por qué tantas risas? --Maxim se aleja dejándome ver a Aitana la cual repara mi aspecto.

--Le estaba contando anécdotas... -responde el guardia, Aitana inclina su cabeza mirando detrás de mí.

Volteo a ver que llama su atención, observo a la mujer que me folle salir del baño acomodando su vestuario, se sienta en la mesa con muchas otras mujeres y comienzan a reír mientras miran a mi prometida.

--Ya me quiero ir... -dice lavagirl esquivando la mirada de las mujeres, miro su cuerpo cuando se levanta.

Ese conjunto de ejercicio me tiene deseoso desde el puto momento en el que entró al comedor, ¿Como mierda tiene ese cuerpo si solo comía porquerías?

--¿Por qué? -cuestiono mirando como se cruza de brazos sin mirarme.

--Me siento incomoda... -las risas de las chicas se vuelven mas escandalosas y Aitana derrama una que otra lagrima.

Que hermosa se ve cuando llora, en su labio se forma un puchero el cual deseo morder hasta que sangre.

--Tengo una última cosa que hacer pero primero te mostraré tu oficina... -agarro la mano de Aitana y la beso en los labios haciendo que las risas se callen, muerdo el delicioso puchero y siento como gime por el dolor.

--No puedes simplemente robar mis besos...

--Claro que puedo... Mi bebé. -hago énfasis en la última palabra cuando pasamos por la mesa de las entrometidas.

Aitana calla mientras subimos las escaleras, la dejo que suba primero para mirar su hermoso, grande y repingon culo.

--¿Hacia donde? -cuestiona cuando termina de subir.

--La tuya está a mi lado. -la guío hacia una oficina que tiene la puerta de color blanco, todo lo contrario a la mía la cual es toda negra- Tu huella.

THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora