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—¿Sabes? La idea de ayudar con una mudanza es, de hecho, AYUDAR con la mudanza.

—¡Pero te estoy ayudando! Te doy todo mi apoyo moral.

—Largate. 

Schlatt caminaba por las escaleras de su nuevo departamento cargando varias cajas bastante pesadas, tras él a paso ligero venía Connor, revisando su teléfono.

—Los de la universidad dicen que mañana hay examen.

—Me lleva la...

Schlatt dejó la caja en el suelo con un bufido. El lugar era bastante pequeño pero funcionaba bien para una sola persona.

El solo había cargado todas sus cosas hasta el décimo tercer piso, se merecía una recompensa por su arduo esfuerzo. Fue hasta la cocina y abrió el refrigerador.

—Si sacas una cerveza te voy a golpear.

—No iba a sacar una cerveza. —gruñó Schlatt—. ¿Quieres un refresco?

—No gracias, Estoy a dieta.

—Pues ya te venía haciendo falta.

Connor miro hacia todos lados y agarró lo que tenía más cerca, un cojín del sofá. Se lo lanzó a Schlatt quien apenas si logró esquivarlo.

—JA ¡Que puntería de mierda!—Schlatt no pudo reír por mucho ya que un segundo proyectil lo golpeó en la cara.

—Que reflejos de mierda.— Ahora era el turno de Connor de reír.

Schlatt recogió el cojín y se dispuso a golpear a su amigo con él pero se detuvo tan pronto le vio. Tenía la mirada perdida observando un punto fijo de la habitación en completo silencio. Estaba totalmente petrificado con una expresión que no supo interpretar. 

—¿Connor? —Preguntó Schlatt acercándose a él, no hubo respuesta—. Connor? ¿Te drogaste o algo?— Agitó su mano frente a la cara del chico, ninguna reacción.

Lo tomó de los hombros haciendole saltar del susto. Se veía tenso y alerta, cosa extraña en alguien tan relajado como el de mechas azules.

—¿Sientes... sientes eso...?

—¿Sentir que?— Preguntó Schlatt cauteloso, preocupado de que estuviera drogado y se fuera en pálida, de nuevo.

—Hay algo extraño en este lugar... es frío aunque estemos en verano, y esta sensación de presión y asfixia es desesperante... ¿Y si está embrujado?

—... Ya vas a empezar con tus cosas sobrenaturales.— Suspiró perdiendo todo el interés

—¡Oye hablo en serio! Sabes que soy sensible a esas cosas ¿Nunca te preguntaste porque el arriendo es tan barato?

—Si, si, lo que digas. Colocaré ajo y cruces por el lugar ¿Eso te deja más tranquilo?

—... Eso es para vampiros Schlatt.

—Quizás es un vampiro fantasma.

Connor negó con la cabeza, sabiendo que no lograría que la conversación se moviera de allí, agarró su mochila y caminó hasta la puerta del departamento.

—Yo ya me voy, nos vemos en la Uni. 

—Perfecto, fuera de mi propiedad.

—Schlatt— Se detuvo en la puerta y se giro a mirarlo, parecía preocupado—. Porfavor... cuídate.

—Lo que tu digas mamá.

Connor rodó los ojos para luego soltar una risilla, se despidió del mayor y se fue del lugar. Schlatt se quedó observando a la puerta varios segundos hasta asegurarse de que no volvería. Regresó al refrigerador y agarró una cerveza, no pensaba estudiar sobrio.

Le dio un largo trago y suspiró de satisfacción luego de sentir el alcohol deslizarse por su garganta. Fue a beber un segundo cuando se fijó en el suelo despejado, levantó su mirada y vio los cojines otra vez en el sofá

¿En que momento los levantó?

Phantom voice [Schlattbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora