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Cuando logró enfocar la mirada se encontró con unos resplandecientes iris color sangre. Unos fuertes y fornidos brazos le rodeaban, sosteniendole a solo unos cuantos centímetros del suelo.

Se apartó de un empujón aún aturdido, lo que le hizo caer soltando una sonora maldición. Se incorporó adolorido, observando al extraño frente a él.

—¿Qué mierd...?

—Perdona por entrar. —Le interrumpió. —Pero te desmayaste, quería asegurarme de que no te hubieses golpeado la cabeza.

Tardó un poco en procesar aquello y tan pronto lo hizo fulminó con la mirada al no muerto, quien abandonó su cuerpo sin previo aviso. Will solo se encogió de hombros.

—¿Pasa algo?— Preguntó el pelirosa dirigiendo su mirada al lugar que Schlatt observaba.

—¡Nonono! ¡Nada, no es nada! No he dormido bien, solo estoy algo cansado. 

—Debería preocuparte más tu salud, se nota que te has descuidado.

Schlatt frunció el seño ante este brutal comentario a su apariencia, escuchando una risilla espectral en el fondo. Algo molesto se puso de pie con ayuda del extaño.

—Así que ¿Tú eres...?

—Technoblade Craft, hermano de Wilbur.

—...Oh.— Dijo, con fingida sopresa.

Aunque diferían en todo lo demás, sus rasgos faciales eran idénticos. Tal vez la abrupta salida de Wilbur no era lo único que hizo que se le bajase la presión, el azúcar y hasta el alma.

—Tengo entendido que eres Schlatt, Thomas nos habló de la caja... ¿Tú y Will estaban en una banda?

—¿Qué? ¡No, No lo conocí! Solo encontré sus cosas cuando me mude, ni siquiera soy bueno con la música.

—... —Blade entrecerró sus afilados orbes carmín enviando un escalofrío por su columna. —Tienes una buena voz.

—¿... ª?

—Estabas cantando antes de abrir. Tienes una buena voz. —Se acercó a él a paso calmado, firme y amenazante. —Y tocas la guitarra, con bastante destreza cabe agregar. —Se detuvo, justo en frente del desaliñado hombre.

—Eso no es...

—¿Cómo.? —Su voz retumbó en el piso haciéndolo callar. —¿Cómo se supone que eso no es ser bueno.?

Estaba arrinconado sin saber que responder, por suerte Wilbur se dio cuenta de la situación y tiró un vaso de la encimera que se hizo añicos contra el suelo, Technoblade volteó en su dirección.

Por su lado Schlatt estaba horrorizado, era el último maldito vaso que quedaba en toda la maldita casa, empezó a hacerle gestos al fantasma quien se los regresó ofendido. Schlatt  a penas tuvo tiempo de esconder su dedo de en medio cuando Technoblade volvió a mirarle.

—¿Qué fue...?

—Corriente de aire. Las ventanas no cierran bien.

Tras esta distracción dejó de interrogarle, permitiendo que volviese a respirar. El hermano del fallecido caminó hasta la cocina rodeando los vidrios rotos y comenzó a rebuscar en los cajones.

El castaño estaba por increparlo cuando el hombre sacó de uno de los muebles una bonita taza de cerámica. Una tierna oveja de un brillante color azul, La favorita del inquilino.

—Recuerdo esta, era de Will.

Schlatt se tragó su palabras, dando un suspiro a la vez que realizaba un gesto con la mano, indicandole qué podía quedarsela.

—Toda tuya, y llévate cualquier cosa que haya sido de él.

El más alto asintió con la cabeza a modo de agradecimiento. Abrió un par de cajones pero tras tantos años aquello era lo único que quedaba, eso y las cintas que, egoístamente, Schlatt no mencionó.

—De casualidad... ¿Sabes como falleció?

Schlatt apretó los labios y disimuladamente dirigió su mirada al difunto, quien le observaba con sus ojos opacos cargados de inocencia. Centró su atención en los horrendos moratones azules al rededor de su cuello, junto a las marcas de asfixia causadas por una soga más que prieta, apartó la mirada. Debió juntar toda su fuerza de voluntad para responder.

—Tengo entendido que se... se colgó, lo lamento. 

La taza hizo un tintineo agudo al golpear contra el platillo, Technoblade la había dejado caer. No sabía bien qué hacer ahora así que, solo se quedó allí, observando la espalda del hombre que no movía ni un solo músculo.

—Gracias.

Schlatt pegó un salto al su voz romper el silencio, sonaba sereno, demasiado para la noticia que acababa de recibir. Hubiese preferido oirlo gritar, llorar o maldecir, Aquel tono monótono y frío le ponía los pelos de punta.

—¿Por qu...?

—Por no decírselo al niño, se que te interrogó. Gracias por ahorrarle eso.  

Tras esas palabras no tenían mucho más que hablar, Technoblade se despidió disculpándose por las molestias y salió del departamento. Schlatt cerró la puerta tras él con un suspiro de alivio, estaba sudado en lugares que no sabía que tenía.

—Así que ese era tu hermano. Escalofriante sujeto.

—Technoblade... —Wilbur bajó la mirada hacia sus dedos, con un profundo dolor en su mirada. —No puedo... recordarlo...

Phantom voice [Schlattbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora