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Una noche de películas. Al final terminaron a las ocho y cincuenta, iban a ver una más pero te percataste de la hora.

Ambos salieron corriendo de la casa, Miya no llevo ropa solo un cargador y su celular, tu siempre le prestaste ropa y se acostumbro a tomar prestada tu ropa. Antes de irse siempre le pedias la ropa, el se quedaba con una que otra prenda y a ti nunca te molestó. Es como un acuerdo mutuo.

Ambos llegaron sudados y cansados, pero un minuto antes de las nueve, la hora acordada. Tu y el chico gato entraron a la casa, fueron cuidadosos en no hacer ruido, aunque estuvieran a tiempo les gustaría no despertar a nadie.

Masae los estaba esperando en la sala, bien despierta una de las gemelas también los esperada amabas llevaban su cabello recogido y pijamas.

La expresión sería de Masae desvaneció al momento de ver a Miya. El hijado favorito, aunque ella aún no lo sabe. Lo más probable es que hasta les dé una bendición.

"Justo a tiempo, gracias por traerlo Miya." Ella dijo con una sonrisa, fue a abrazar a Miya con mucho amor.

Tu suspiraste, más bien debería agradecerte a ti por traer a Miya. El chico gato te amaba y haría todo por ti, pero si estaba cómodo en su cama, con aire y tu estabas en la cama, muy difícil que se levante y te deje ir.

La gemela te sonrió, ella lo sabía y a sido una tortura intentar que siga siendo un secreto. Ella es muy consentida y le gusta serlo, lo crean o no.

Después de todo, Masae los dejo ir al cuarto, no sin antes un beso de buenas noches para ella de tu parte. La gemela y Masae se fueron a dormir.

Cuando entraron al cuarto, Miya cerró la puerta lo mas silencioso posible. En el momento en el que se cerró, suspiro.

"¿Por qué madres voy a querer un colchón si tengo a mi novio?" Respondió Miya a la pregunta anterior de Masae. Él te abrazó y te dio un beso en la mejilla.

"Ella no lo sabe y posiblemente nos haga dormir en cuartos diferentes."

"No.. Yo quiero dormir con mi futuro esposo." Comentó Miya sin pensar.

Hubo silenció.

Futuro esposo..? Pensaste, sentías tus mejillas arder.

Le tocó un tiempo, pero Miya eventualmente se dio cuenta de lo que dijo.

Mierda, no, no, no, no. ¡Mierda! Lo presione demasiado, no.. Pensó Miya. El dejó de abrazarte.

"Yo-" Tus labios interrumpieron sus palabras. El no dudo en corresponder al beso.

"Futuro esposo suena bien, pero me gustaría que me llamas esposo dentro de un futuro, ¿okay?" Dijiste con una sonrisa y tu mano en la mejilla del chico gato.

"Okay, mejor aún.." Miya corto el tacto y busco algo en su mochila. "Planeaba dártelo mañana en un picnic, pero parece el momento indicado." Miya sacó algo de la mochila, pero el lo cubrió muy bien y no lograste ver nada.

Tu miraste al pelo negro con confusión, lo miraste de arriba a abajo y funciste el ceño. No sabias que estaba ocurriendo, pero lo que sea que fuera te iba a gustar, de eso estabas seguro.

"¿Aja?" Respondiste esperando una respuesta.

"Mierda, okay." Miya suspiro. "T/N Ayato, eres una persona super especial para mí. Siento que de una forma u otra siempre lo fuiste, te amo. De verdad te amo con todo mi corazón y aunque no te lo diga todos los días que hablamos quiero que lo sepas.."

¿Me va pedir matrimonio? Eh- ¿por qué lo hice sonar como algo malo..? Lo diré de nuevo, ¡¿me va pedir matrimonio?! ¡Oh por dios! ¡Sí a todo menos al divorcio! Pensaste con una sonrisa en los labios.

"Yo, quiero preguntarte algo que se que lleva tiempo y es una decisión que cambiará el resto de nuestras vidas.. Y se que somos menores de edad y todo eso, pero.." Miya te mostró dos anillos en sus manos, eso fue lo que ocultaba tanto. "¿Querrías algún día, no hoy, no mañana, ni el próximo mes, incluso en años, pero en un futuro te casarías conmigo?" Preguntó Miya.

Estabas paralizado.

"Son anillos de promesa, entiendo si no lo qui-"

Tu lo besaste. No hay una forma de describir lo que sentías en ese momento, había muchas emociones, aunque ninguna de ellas era negativa. De algo que estabas seguro es que si querías.

El beso tenía muchas emociones de ambos, sentías los brazos de Miya rodearte de la cintura y acercarte.

Tus manos fueron al cuello de Miya, empezaron a subir para jugar con su cabello.

Era especial, un momento especial. Uno de los momentos más especiales de sus vida posiblemente.

Miya sonrió en medio de los besos, no necesitabas tener los ojos abiertos para saberlo.El besó se detuvo, pero ninguno abrió los ojos juntaron sus frentes y se quedaron así por un momento.

"¿Eso es un sí?" Pregunto Miya en medio de los suspiros.

"Sí, ¿creí haberlo dejado claro?"

"Bueno, a veces ocupo varias veces aprender algo para entenderlo."

"No abuses gatito." Te sentaste en la cama.

Miya no perdió el tiempo y se sentó enfrente tuyo.

"Ahora que dijiste que sí," él saco el anillo y tomó tu mano con delicadeza. "¿Me darías el honor de ponerte este anillo de promesa para demostrar nuestro amor hasta el fin de nuestros días?" Preguntó Miya, en su mano se encontraba tu mano, él le dio un beso como de "príncipe".

"Si me das el honor de ponerte el tuyo, gatito." Dijiste con una sonrisa.

Miya sonrió y te coloco el anillo, él te dio su anillo y notaste tus iniciales y las de Miya. Sonreiste, ese era un pequeño y lindo detalle en el anillo.

Le pusiste el anillo a Miya. "Yo, T/N Ayato, prometo estar contigo hasta el fin de mis días." Con eso dicho le diste un beso en la mejilla.

Ambos sonrieron, en especial Miya que sus mejillas sonrojadas lo hacía ver más adorable que de lo usual, según tu. Ambos tenían sueño. Si te dormías tarde, pero sentías cansancio de tanto caminar, besar, abrazar, de todo en general. Además que Miya te traía demasiada comodidad y calma.

Ustedes dos se acostaron en la cama, Miya amaba ser el "big spoon" y tu no te quejabas, al contrario tu te acurrucaste en sus brazos. Ambos se traían calma y amor.

"T/N.." Murmuró el chico gato.

"¿Hmm?" Estabas casi dormido.

"Te amo," susurro Miya y con eso dicho te dio un beso en la nuca.

"Yo también, no sabes cuanto." Sonreiste, cerraste los ojos y suspiraste. Con eso dicho, ambos se dedicaron a dormir.

Ninguna relación es perfecta, todas tienen problemas y sus defectos, pero cuando sabes comunicarte de forma adecuada esa relación se convierte en amor sano y puro. Si las personas en esa relación pueden comunicarse esa relación será duradera y aún si llegara a terminar con la comunicación se puede llegar a terminar en buenos términos.

Amas a Miya y el te ama de esa manera o más, ambos amaban lo atractivos que eran en los ojos del otro, estaban siempre para celebrar y se amaban. Ustedes tienen defectos, pero cuando de verdad sientes amor amas los defectos de las otras personas, esos defectos le hacen especiales y los hacen seres humanos.

El amor puede llegar a ser una mierda, pero puede llegar a ser algo lindo y especial. Incluso ambos al mismos tiempo, pero es real y nunca dejes de creer en el.

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Hasta aquí llega esta historia. Me gustó mucho escribirla para ustedes. Le puse bastante corazón a esto, also agradecimiento a mi amor platonico/imposible por darme inspiración en escribir escenarios de amor <3

Todos agradezcanle a Pablo <333

Recuerden, el amor propio es mejor a todos los tipos de amor que existen, porque cuando lo obtienes muy difícilmente te lo llegan a quitar. Consigan amor propio y luego pareja.

Bueno, ¡este es el final de esta historia, les amo a todes! <333

Dos DesconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora