El sol estaba puesto y radiando como suele hacerlo.
Kira, Mike y Mio te llevaron al parque donde solías patinar con Reki, Miya, Langa y a veces Tsuhiki. El parque estaba mejorado y parecía bien cuidado, aunque amabas como se veía antes, aceptabas que no era feo.
El segundo que te bajaste de tu patineta, Kira tomó tu patineta y se fue corriendo con ella.
Tu la seguiste, ni en broma dejarías que ella la anduviera por ahí, no eres idiota, sabías bien que ella suele romper y perder las cosas rápido. Tu patineta era algo preciado para ti y no querías perder esa patineta por nada del mundo.
En un momento, de la nada, ella se detuvo, pero estaban lejos del parque. Tu te acercaste a ella y tomaste tu patineta, ella te sonrió y miró a un edificio de color blanco y alto.
"Vamos." Dijo caminando, tenía una gran sonrisa en sus labios y actuaba extraño, bueno, más de lo normal.
"¿Y que pasa con Mike y Mio?" Miraste para la dirección contraria, ¿estabas soñando? No reconocías ese edificio y te sentías perdido.
"Ya estan dentro." Respondío Kira. Ella se acercó a ti, te tomó de la mano y te llevó a dentro del edificio.
No te opusiste al tacto, pero si mirabas para la otra dirección. No reconocías el edificio, tal vez si habías estado dentro pero hubo mejoras.
¿Qué mierda esta ocurriendo..?Pensaste, mientras abrías la puerta del edificio.
Kira te dio una señal con su expression que tu entraras primero. Aunque estabas confundido entraste de todos modos. Había una que otra persona que entraba y otra que salía, nada especial excepto que todas tenían una patineta ya sea en la mochila, mano o estaban en ella.
Mientras más te adentrabas, más empezabas a reconocer el lugar. Era el lugar donde practicaba Miya, no necesitabas ser un sabio para darte cuenta de lo que iba hacer Kira.
Tu suspiraste y formaste una pequeña sonrisa en tus labios sabiendo lo que planeaba.
Kira estaba a tu lado y paro en frente de una puerta, había varias puertas para los entrenamientos y ese no era donde siempre practicaba Miya, todos los años era la misma, la sala de los prodigios.
Decidiste entrar, pero esta vez Kira no entró, ella en realidad movió la mano en forma de despedida.
Él debe estar aquí. Pensaste, mientras a sentías.
Cerraste la puerta en silencio, ya que la mayoría del tiempo necesitaban silencio en el lugar para concentrarse.
El cuarto no estaba oscuro, pero tampoco muy iluminado solo había una luz blanca de una bombilla colgando.
Sentiste dos brazos a tu alrededor que te rodearon y una cabeza recostada en tu hombro. Tu correspondiste al tacto.
"Hola gatito," sonreiste. Y le diste un leve beso en la cabeza a tu novio.
"Te extrañe, demasiado." Él te dio un leve beso en el cuello.
Sentiste tus mejillas quemarse, puede que hayan salido por un gran lapso de tiempo, pero aún no te sentías acostumbrados a ciertos tipos de besos.
"Yo también, no sabes cuanto." Respondiste con una sonrisa, sentías paz y tranquilidad.
Miya dejó de abrazarte, pero de un momento a otro lo tenías en frente tuyo, sus manos en tus caderas y sus labios a centímetros de los tuyos.
Sentías mariposas en el estómago.
"¿Puedo besarte?" Él preguntó con una voz suave y baja, además de una pequeña sonrisa en sus labios.
Sonreiste, siempre te pareció muy adorable cuando preguntaba. "Sí, y no tienes que preguntarme siempre, ya te lo había dicho." Respondiste colocando tus manos en el cuello del chico gato.
"Aún así, me gusta preguntarte." Con eso dicho, te besó en los labios.
Tus dedos empezaron a jugar con el cabello del ojiverde. Miya te acercaba a él cada vez más, el besó de boca se corto y sentiste como los labios de Miya bajaban por tu cuello. Tu estómago no para de dar vueltas.
"No, no-" Dijiste con una sonrisa, mientras sentías cosquillas.
Miya se detuvo, pero no sé alejo de ti, sus ojos estaban puestos en tu cara. Su expresión era de preocupación.
"Me das cosquillas," terminaste la oración con una sonrisa.
Miya suspiro en alivio.
"Mierda T/N, creí que te había lastimado. Me asustaste." Murmuró tu novio, el recostó su cabeza en tu hombro. Sus brazos aún estaban en tu cadera.
"Aw, ¿el chico gato se preocupó?" Dijiste con un tono de burla. Si te pareció muy lindo y dulce, pero no quita la buena oportunidad de bromear.
"Sí, y mucho." Murmuró.
Tu lograbas sentir su respiración en tu cuello. Empezaste a jugar con sus cabellos.
Miya sonrió y te abrazó. "Mi vida," murmuró Miya, él siempre te llamaba por apodos. "¿Te puedes quedar a dormir en mi casa, por favor?"
"Voy a preguntar si me dejan, aunque dudo que lo hagan."
Miya levantó su cabeza y te miró a los ojos. "Si no te dejan, ¿puedo dormir contigo en tu cuarto?" Pregunto Miya, pero antes que te dejara responder el continuó. "No tiene pasar nada que no quieras, solo quiero dormir contigo, por favor."
"Claro, cariño." Sonreiste.
Miya miró la puerta y te besó la mejilla. El agarró su mochila, donde se veía que sobresalía la patineta, agarró tu mano con gentileza y abrió la puerta.
Ustedes dos salieron del edificio con una sonrisa. Después de caminar un buen rato, Miya tomó un camino que no era para ir a tu casa.
"¿Se puede saber a dónde me vas a llevar?" Preguntaste, paraste de caminar.
"¿Quieres ir a tu casa?"
"No, pero no sé a dónde vamos." Respondiste.
"Vamos a mi casa, ¿quieres ir?" Preguntó Miya, estando más cerca tuyo. El colocó su mano en tu mejilla con delicadeza.
"Sí, me gustaría ir a tu casa, chico gato." Sonreiste, soltaste la mano de Miya y caminaste hacia la derecha.
"Es el otro lado, idiota."
"¡Ya lo sabía!"
"Seguro.." Dijo sarcásticamente Miya mientras rodó los ojos.
Su relación seguia siendo la misma, solo que a distancia. Ambos de ustedes sabían que el otro lo amaba demasiado; su amor se denomina "puppy love", un amor de niños o de adolescente, suele ser un amor puro y nuevo.
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Dos Desconocidos
Fanfiction"¿Por qué el amor estan complicado? En las películas de adolescentes lo hacen ver tan dramático e irrealista. En las películas de las princesas ni se hable, ellas se casan con el primer hombre que ven. Aunque ame los mangas y animes, solo son amore...