¿JUGAMOS?

41 1 0
                                    

Entendí después no solo de vivir sin él, sino con terapia, que lo podía amar demasiado y haber marcado una diferencia profunda en mi vida, pero sino tenemos los objetivos puestos en el mismo camino, lo demás por supuesto que no estará bien. Y tal vez eso era lo que necesitaba en ese momento de mi vida, aprender a soltar, por que aquí fue que apenas comenzó una batalla, donde el entender que no eres tan importante para tu persona especial, te cambia la vida.



Dimitris se comienza a preocupar por todo lo que tiene que entregar, honestamente sé que no terminará el semestre y yo comenzando el servicio por supuesto que me pierdo de lo qué pasa en su vida, apenas salgo de las oficinas de la Secretaría de Hacienda, le marco, son cerca de las 6 de la tarde, es complicado el horario, por que estoy saliendo de mi casa a las 6 de la mañana, brevemente lo veo en la facultad, dado que tiene horarios que llevar y ahora está más juicioso; ya quiere irse.

En algún momento llego a pensar en que volveremos tocar el tema, sobre todo una vez que está todo tranquilo, por lo menos es necesario que sea un tema a conversar, pero ahora lo evita, me plática detalles, me dice que tiene que estar preparado para la guerra porque nuevamente Turquía amenazaba con el tema de la isla de Chipre, inclusive tuve que leer el contexto histórico para entender si de verdad era un tema nacionalista o solo es que se dibujaban más pretextos para poderse ir sin culpa.

Ahora solo me queda despejarme a través de los libros y mi diario, donde comienzo a tener temas relacionados con él, con lo que siento, pero sobre todo donde continuamente me cuestiono si de verdad lo que siento por este hombre es amor.

—¿Cómo te fue hoy?

—Con mucho papeleo y cosas por hacer, ¿sabes? Me llamó hoy mi mamá, me pidió fechas para saber cuándo voy a regresar porque quiere presentarme a alguien.

—¡Qué padre! ¿Por trabajo?

Escucho que detiene todo, yo estoy caminando con la persona que trabajo, es una persona un poco mayor, pero vivimos relativamente cerca y nos hacemos compañía.

—No honey, me la quiere presentar de una manera romántica.

—¿Tú mamá te está consiguiendo novia? ¿Y es que no le has dicho acaso nada de mi?

—No, no he podido tocar el tema, porque claramente me va a hacer preguntas que no puedo responder.

Respiro, no quiero llorar por esta avenida, no quiero ser yo la que dé su brazo a torcer tan pronto, cuando apenas hace semanas me acaba de proponer que seamos novios. ¡Carajo! Se me acaba de declarar.

—Ya veo, bueno, te dejo un rato ¿sí? Tengo que llegar a casa y apenas voy a tomar el bus.

Dimitris no dice nada, yo sigo caminando, no sé que tanto está escuchando Roció, pero me da el consejo que yo no quiero escuchar.

—Vete con él, total, míralo como vacaciones, te quedas, estás, checas todo y si al final te gusta bueno, te casas, sino, te regresas como si nada hubiera pasado.

—Pero falta contemplar todo lo que pasa en medio para que yo tome cualquiera de esas dos decisiones.

—Estando en otro país serás su obligación, tiene que cuidarte, mantenerte, serás su mujer pero sin el título hasta que tú decidas que pase.

—Si claro, pero de la misma manera tengo que depender de él de todo a todo, inclusive para comunicarme.

—Bueno, eso se tendrá que solucionar de alguna manera favorable para ti.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi historia con el griego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora