Me quedé poco más de media hora en el mismo sitio, revisé parte de lo que me había dejado y de lo que pensé que tocaríamos después. Mi cabeza sigue revuelta, sigo con demasiadas emociones encontradas, estoy confundida, dispersa, me siento rara y muy excitada.
Leí un poco del contrato, necesitaba estar enterada de lo que venía ahí, de lo que yo también iba a negociar, y de lo que supuse, hablaríamos esa noche. Una llamada me regresa a la realidad, es Víctor, mi mejor amigo, se encuentra en Boston, es médico y hace una residencia de su especialidad, lleva 2 meses y lo extraño mucho, no me dijo que prácticamente solo volvería por vacaciones.
—¿Ya estás en casa?
—Sigo en la facultad, estoy esperando unos papeles para ir con la Maestra Mariscal —dije mintiendo y levantándome, necesitaba ya irme—, no se ha terminado lo de la tutoría.
—¿Ya le dijiste lo de tu idea para la tesis?
—Ya, por eso hacemos este papeleo —por unos segundos me quedé callada, estaba por llegar al área de aulas amplias—. ¿Te puedo hacer una pregunta?
—¿Pasa algo pequeña? Te noto extraña.
—Estoy bien, tranquilo, solo tengo algo en la cabeza.
—Suéltalo, estoy en descanso.
—¿Crees que es bueno hacer algo aunque te mueras de miedo?
—El miedo es normal pequeña, los cambios son parte de la vida, no todo quedará siempre igual, pero no puedes dejar que el miedo te gane, sobre todo si no lo haz intentado.
—No sé si funcione.
—Entonces inténtalo, y así lo descubres, pero alza la voz, sí es un trabajo o un proyecto despeja todas tus dudas, que sea lo que deseas hacer, al final es mejor arrepentirse por lo que hiciste que por lo que no.
Suspiré, aún tenía cosas que pensar pero escucharlo me hace bien y se que aunque no sabe del todo de lo que le estoy hablando, sus palabras son ciertas.
—¡Gracias! Ahora tengo otra pregunta —dije mientras me ponía los auriculares—. ¿Que pasa con Karina? Tú mamá me dijo que está contigo.
La plática continuo, desde que se fue Víctor me marca rigurosamente, primero porque me pide que lo mantenga despierto después de su turno y otro porque me hizo prometerle que le marcaría para no perder la comunicación, no por mí sino por él, a veces pierde la noción del tiempo si se encuentra en el hospital.
Llego hasta el departamento de Administración y pido el formato para tutorías, la Maestra que los entrega no se encuentra, es la tercera vez y apenas inicia el semestre, supongo que apenas se están acomodando ellos también en horarios.
Le mando un mensaje a la Maestra Fabiola, le confirmo que aún no tengo los documentos, que la Profesora Ruth no se encuentra, así que intentaré otro día. Marco a casa y le digo a mi mamá que voy en camino. Me iré en autobús, pocas veces manejo para venir a la Universidad, solo cuando es muy necesario por alguna actividad.
* * * * *
Llego a casa, estoy unos momentos con mi madre y comemos, le cuento que comenzaré a ir a tutorías con la Maestra Fabiola y los días tentativos de esto, será mucho después de mis horarios de clase, a ella siempre le platico todo, por eso comienzo a sentirme extraña al no poderle decir de Dimitris, ¿pero que puedo decirle? ¿Que su hija aceptó ser sumisa de un casi desconocido? Y ahora que lo digo en mi cabeza, suena peor. Aún ni siquiera se porque acepté, supongo que su seguridad y lo que me hizo sentir fue el principal motivo.
ESTÁS LEYENDO
Mi historia con el griego ©
Storie d'amoreEditando y escribiendo. Próximamente su final. En la vida existen amores que se aferran a tu corazón, sin importar cuánto daño te hayan causado, simplemente porque los recuerdas con cariño. Dimitris Papadopoulos fue uno de esos amores que se adentra...