Un extraño toca a mí vida

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Agosto, 2014.

Siempre creí que el primer amor sería diferente, uno por el cual se lucha hasta el final y cuando no hay más, te alejas. Pero esto no sucedió, Dimitris llegó de lleno a mi vida una semana después de conocerlo, por un mensaje, con una propuesta, una a la cuál no pude decir que no a pesar de no estar preparada, de no estar convencida del todo.

Alguien me había dicho que con el amor sentías muchas "mariposas" en el estómago, que eso te hacía descubrir que esa era la persona correcta. Hoy después de otras experiencias y vivencias, estoy segura que ese sentimiento, solo era una alerta; NO LO DEJES ENTRAR, pero ¿quién me puede culpar? Sus palabras me ganaron, su voz, su mirada y esa fama de Griego que me hizo aceptar su solicitud en el Facebook que uso para la Universidad, su mensaje fue muy breve y directo al punto, ¿quieres ser mi sumisa?

Volteé a todas partes, ¿se encontraba aquí? ¿En la Universidad? Estaba cerca de eso estaba segura. Una vez que me dijo dónde nos conocimos, lo dejé continuar.

-Tengo un horario muy difícil, no sé si podamos acomodarnos.

-Esto no es diario y para iniciar, deseo controlarte de manera virtual -respondió él.

-¿Virtual? ¿Controlarme? ¿Me puedes explicar? Estoy confundida.

-La sumisión no se basa sólo en bondage, o en castigos, mucho menos en follar duro, la sumisión o esclavitud que es lo que deseo de ti, es distinto.

Leer ese mensaje me provocó piel de gallina, ¿esclavitud?

-He hecho investigación, he leído algunos libros al respecto, sé que la esclavitud es 24/7 -le respondí nerviosa.

-Sí, lo es, te repito, de manera inicial esto es virtual, deseo controlar tu mente, quiero me cedas todo lo que puedas cederme y lo hagas de manera voluntaria.

-Eso suena como a un diálogo de mi libro favorito -reí sola, al teléfono-. Necesito pensarlo, no te conozco, solo te vi en una clase en verano, cuando nos mandaron a un salón equivocado.

-Lo sé. Te vi, me cautivaste, por eso te busqué, necesito tenerte.

-Suena más a un capricho, ¿porque debería aceptar?

-Te escuché hablando por teléfono y leyendo un libro muy interesante, sé que quieres explorar este mundo y yo puedo dártelo.

-Necesito pensarlo.

-Si aceptas platicar más a fondo, te veo en el área de posgrados, el viernes de la siguiente semana a las 2:30. Confirma tu asistencia, ven con una mente abierta.

Mandé otros dos mensajes, uno pidiendo más detalles y otro preguntando por él, ninguno fue respondido, es claro que desea que vaya, que ese sea nuestro contacto, pero yo... ¿deseo hacerlo? ¿Deseo convertirme en su sumisa? Tengo mucho en que pensar.

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Regresé a mi casa, es lunes y termino clases a las 1, no tengo hambre, así que salgo a caminar. Tengo su propuesta en la cabeza, sus palabras, me he planteado buscar un dominante por algún tiempo, he deseado explorar mi sexualidad en ese aspecto, ni siquiera puedo negar que he fantaseado un poco y me he reprimido. Mi parte religiosa me dice que estoy haciendo mal, no debería de pensar solo en el placer, en hacerlo parte esencial de mi vida, la Universidad me está consumiendo para tener otra preocupación. Pero no puedo sacarlo de mi cabeza, ni siquiera me dijo, ¡Hola! Su propuesta fue clara y consisa, no desea una relación y de inicio esto sería virtual, es decir no necesitaremos estar en la misma habitación, ¿cierto? ¿Será que sí? ¿Qué es lo que puedo perder sí acepto?

Mi historia con el griego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora