TIEMPO DE PONER LÍMITES

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Después de aquella plática pensamos en donde podríamos vivir. Yo proponía España o Londres, tanto él como yo tendríamos que perfeccionar alguno de los dos idiomas, pero en España yo podría ayudarlo mucho más. Y sin que yo lo deseara la propuesta de matrimonio se hizo nuevamente presente, tenía 21 años en ese momento, ¿casarme tan pronto? ¿De verdad esto funcionaría? Mis pensamientos ya no se encontraban donde debían, me estaba centrando mucho más en él, que en otra cosa. Mucho más en él.

El tema se hizo más y más presente también con mis amigas, Sofia me dijo que sería algo bueno, tal vez podría cumplir la tradición de romper los platos en la boda. Pero eso en lugar de tranquilizarme me aterraba. No estoy lista, no puedo... Necesito alejarme.

Dimitris y yo llegamos a un acuerdo y en esta época de exámenes finales estamos hablando cuando los dos estamos en casa y libres, él me pregunta y yo le pregunto y los fines de semana estamos saliendo, la única que medio sabe de este asunto es mi hermana. A mis padres aún no puedo contarles. No es una opción a menos hasta que yo misma sepa a dónde va todo esto. No diré nada hasta que sienta que existe algo real.




Diciembre llegó, con eso su cumpleaños, no sabía cómo debíamos de tratar eso ya que es del 26 de diciembre, 1 día después de Navidad, y sobre todo porque sería una navidad un poco más solitaria a la que conoce. No quiere ir con mi familia, yo por supuesto que podría presentarlo como una relación o simplemente como un amigo, así como con Víctor, pero se niega y hemos hablado demasiado de esto, he intentado negociar, pero siempre es un no, y por supuesto que no voy a actuar de la misma manera que él al olvidar mi cumpleaños, o darle importancia a algo más, pero no quiere festejar, así que preparamos una comida y pastel, solo él y yo, inventamos como salir para tener ese momento juntos. No tuvimos mucho ese día como pareja, pero pude pasar con el su cumpleaños, él se retiró a su casa y yo a la mía y no platicamos hasta el 31, había cosas que terminar y sobre todo yo tenía programado unos estudios para que me extrajeran una muela del juicio, así que hablamos poco, solo lo necesario.

Ya el 5 de enero que fue mi cirugía de la muela hablamos temprano, deseándome suerte en el proceso, dado que me encontraba muy nerviosa, tengo un miedo terrible a ese tipo de procedimientos, mi mamá fue quien me acompañó y quien manejó de regreso, ya que me encontraba demasiado hinchada por la anestesia para poder manejar, y ya horas después un mensaje por kik de él, fue lo que me despertó.

—No quiero hablar, me duele todo.

—Entonces enciende tu cámara y solo mírame.

—No quiero levantarme de la cama.

—Un poco, ¿por favor? Solo para poder verte antes de irme.

—¿Antes de irte? ¿A qué te refieres?

—Me iré a finales del mes honey.

—¿Estás bromeando, cierto? —dije levantándome y abriendo la aplicación para hacer videollamada, él contesta inmediatamente.

—Te ves divina.

—Estoy hinchada y no me cambies el tema. ¿Cómo es que te vas y apenas me estás diciendo?

—Pasó, tengo que regresarme, y pude terminar con todos los detalles de la universidad, solo regresaré a terminar el último semestre y tesis.

—¿Esto es broma, cierto? —él negó, me estaba doliendo terriblemente la muela, pero me estaba doliendo mucho más lo que me estaba diciendo.

Mi historia con el griego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora