¿ESTO ES UNA RELACIÓN?

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Pensé que aquel acto fue lo que nos llevó a durar casi 3 años, a pesar de la distancia que después se formó entre nosotros, pero me equivoqué, ese momento fue un regalo Dios y de la vida y que no supe aprovechar, fue un momento para que recapacitara, para que me alejara de él, pero yo sentía en ese momento algo que no podía expresar, algo que no sabía cómo decir, pero me estaba comenzando a enamorar, es por eso que me encantaba ver sus mensajes en la mañana y quedarme horas hablando con él. Tuve la oportunidad no solo una vez, se me presentó tantas que es por eso que escribo esta historia, al final él no era para mí y yo no era para él. Pero ese septiembre fue el que marcó el rumbo de todo lo que tuvimos juntos.



Mi educación como sumisa continuó, casi a diario, apenas llegaba de la Universidad y me encerraba en mi habitación, las videollamadas se hicieron presentes todos los días, sentía que a pesar de ser casi finales de septiembre estaba por perder una clase, cosa que, por supuesto nunca me ha pasado, nunca en toda mi vida estudiantil ha pasado. Así que hablaré con él, además no es el único punto que quiero tratar. No me puedo quedar con él después de las tutorías, esto me está complicando.

Como punto neutro le pido que vaya a mi lado del campus, es decir nos veremos en aulas amplias, podremos hablar tranquilamente. Llego con bastante tiempo porque me quiero poner a estudiar, saco mi amada iPad y su teclado, hoy la computadora se quedó en casa. Repaso algunos temas de auditoria administrativa y de promoción y publicidad, sobre todo de la segunda, que al parecer no soy la mejor en la materia.

Me distraigo cuando el perfil griego de más de 1.80 metros se sienta en la banca que afortunadamente está sola. No me quito los audífonos inmediatamente, con la mano le hago una señal y le pido que me de unos segundos. Termino mi idea del resumen, bloqueo el iPad y lo miro.

—¿Estás bien honey?

—Sí, estoy estudiando, gracias por preguntar.

—Bien, ya estoy aquí, si prefieres deseo que sigamos en inglés.

Y así lo hacemos, y aunque no sé qué tan bien me voy a expresar en mí no lengua madre acepto, porque estoy consciente que no me entenderá del todo si seguimos en español.

—Necesito que pongamos horarios, estoy cansada, siento que le fallo y sobre todo, estoy por llevarme una materia y yo no puedo con ello. Eso no puede pasar.

—¿Vas a ordenar ahora tú honey?

—En nuestro contrato establece que se preocupará por todos y cada uno de los aspectos de mi vida. Bueno, yo estoy preocupada por la Universidad, y no quiero llevarme ninguna materia, no es lo que deseo.

—¿Qué horarios son los que quisieras manejar?

—¿Pueden ser como había dicho al inicio? Viernes en la tarde, y sábado. ¿Por favor? No estoy diciendo que cortemos comunicación solo para esos días, sino que lo reduzcamos, es septiembre y no soy de las que a los últimos días del semestre lo salva. Este tipo de materias me cuesta más a mi, así que necesito darles prioridad, es por eso mismo que le pedí unos segundos para terminar la idea. De verdad necesito que me apoye con esto, porque es importante para mi.

—Si lo es para ti lo será también para mi honey —dijo tomando mi mano con ternura.

—Gracias, Señor —dije sujetando su mano también—, ¿puedo hacerle una pregunta? —él asintió—. ¿Por qué no me llama por mi nombre cuando estamos en público?

—Me gusta más llamarte honey, me dice mucho más de ti, porque eso eres, dulce.

—¿Podría yo decirle de alguna otra manera cuando estemos solos?

Mi historia con el griego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora