¿NOSOTROS?

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Sé que perdí la batalla en ese momento, y me seguía resistiendo, desde ese momento el objetivo de Dimitris era formalizar lo que teníamos, pero me resistía, no podía. Pero no dejó de intentarlo, no dejó de luchar, no dejó de hacerlo. Mis exámenes llegaron y los de él también, así que nos veíamos de frente menos, pero nuestras interminables pláticas por skype y kik no dejaban ni un segundo, de hecho, tuve que solicitarle que nos habláramos por horarios, yo comencé estaba terminando con mis tutorías y todo lo que conllevaba el semestre, 1 mes importante en relación a Universidad venía. Él aceptó, pero no dejó de provocarme.

Mi estrés por no saber cómo llevar esta relación me hizo tomarme 1 copa de vino tinto cada día, así que todos los jueves que tenía que ir a tutorías con la Maestra Fabiola yo compraba una nueva botella de vino.

Fechas importantes se acercaban y dentro de todo esto me sentía un poco más perdida. No hablaba de algo más, de hecho, creo que di demasiados detalles a personas que no debía, y estoy segura que más de alguno me escuchó por mis intentos de ocultarlo. Ahí comprendí que la frase de "quererse en voz baja" realmente tenía sentido.



El semestre estaba por terminarse, era necesario pre-agendar materias, buscar referencias de nuevos maestros y en mi caso, leer más porque se debía entregar el protocolo de tesis. Así que comenzaba a estar cada vez más llena de actividades, le informo de todo porque creo que ya llegamos a un punto tanto de dominante y sumisa en el que yo deseo decirte todo lo que estoy haciendo, y no solo en ese tipo de relación, sino en general, ya necesito decirle todo lo que está pasando y me pongo toda tonta cada que veo una notificación suya en mi teléfono.

Todo sigue en secreto, no he comentado nada a mi familia, esto sigue solo entre mis amigas, nada más. En este punto siento que haberlo hablado tan abiertamente también ha estado mal, saben del tipo de relación que tenemos y las preguntas no se han hecho esperar. He respondido a todo de la mejor manera posible, pero creo que también he abierto demasiado mi privacidad.

Sophie me mira mientras estamos en una clase, estoy demasiado perdida, no de lo que dice el maestro, eso lo llevo bien, sino de todo lo demás, no paro de ver el celular esperando un mensaje suyo, algo que ya se volvió costumbre.

-Te aseguro que, aunque veas la pantalla, no hará que llegue el mensaje más rápido -dice sonando seria, no chistosa-. Debería de confiscártelo.

-¿Se nota demasiado? -ella asiente.

-Necesitas relajarte, sé que es tu primera relación importante en muchos aspectos, pero necesitas bajarle.

Mi tocaya, así le decimos en México a las personas que se llaman de la misma manera, se une a la plática, a ellas dos es a quien más les he platicado de esta relación.

-Te vemos feliz y emocionada, pero también un poco angustiada, de que algo de lo que hagas o digas a él no le parezca y que digas que es por la naturaleza de tu relación. Is, estas con nosotras no con él.

-¿Suena demasiado dañino? -dije al momento de escuchar esas palabras, ellas asintieron-. ¿Pero cómo me estoy haciendo mal? ¿Está tan mal como suena?

-No te estás haciendo mal en el sentido literal de la palabra, estas perdiendo muchas cosas por estar pendiente de él, solo, deja que fluya, pon horarios, límites, vamos a estar en lista en pocos días para el servicio social, ¿cómo va a pasar cuando te encuentres todo el día fuera de tu casa?

-Lo he pensado, lo he meditado y hay algo, no solo es esta parte un tanto sexual.

-¿Te enamoraste, cierto? -yo asentí.

Mi historia con el griego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora