Despierto temprano, esta semana he estado durmiendo poco porque me he quedado despierta hablando con Dimitris, el martes cumplimos récord, 6 horas, cerca de las 11 de la noche fue cuando por fin colgamos, pero era porque de verdad no podía más, yo tenía que levantarme a las 5:30 de la mañana del siguiente día para poder llegar muy a tiempo a la Universidad. En estos días he conocido un poco más de él y me sorprende, no sabía que era militar y que había pasado una temporada en concentración. Es demasiado nacionalista y me preocupa, sé que se enlistaría en el ejercito nuevamente, si es que Grecia entrara en guerra, no sé cómo me sentí cuando me lo dijo, pero no puedo hacerlo cambiar de parecer, aunque decir que no sentí dolor cuando me lo dijo, es mentira. Me preocupó mucho, no quiero que le pase absolutamente nada, creo que me he estado acostumbrando no solo a su presencia, sino a que esté en mi vida y eso me gusta, me está gustando más hablar con él y conocerlo, porque siento que me entrego a él de una manera mucho más especial, que me conecto con él, siento mi sumisión mucho mayor. Pero no solo eso, sé y estoy consciente que hay una atracción, posiblemente sexual, pero sonrió cada que veo un mensaje de él, adoro cada vez que me llama honey y aunque suene exagerado, ya no puedo hacer mis días sin escribirle, sin pasar horas hablando, sé que algo le han dicho en la Universidad, y por supuesto que a mí también, así que tuvimos que establecer algunas reglas, y aunque cada día tengo menos tiempo para hacer otras cosas, tampoco es que quiera no estar con él, o conversar con él. Todos los días me pregunto si es que estoy comenzando a enamorarme.
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Es sábado y hoy es el acto académico de mi prima, iremos bastantes y debemos de acomodarnos en los autos, es muy temprano y debemos arreglarnos, ponernos vestidos y maquillarnos. Otro sábado que me levanto a las 5 de la mañana.
Le informo a Dimitris que iré, él siempre dijo que los de familia no los controlaría, pero debo de informarle a donde es que iré. Me pregunta a qué hora regresaré y le doy un estimado, su siguiente pregunta es directa, quiere saber si podemos ir por algo en la tarde, me da la opción de ir a caminar, parece demasiado apurado por verme, así que le digo que hay donde caminar cerca de mi casa, que llegaré cansada, pero caminar si podría. Así que quedamos a las 5 de la tarde, yo saldría por algo y lo encontraría, así mi familia no lo vería.
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El evento estuvo lindo, aplaudí demasiado, me tomé algunas fotos y desayunamos o mejor dicho comimos muy tarde, pero en familia, entre buenas pláticas. La misa de acción de gracias que pasó después fue también bella, y me dejó reflexionando, supongo que acercarme a Dios y después pensar en lo que hago con Dimitris me pone un poco mal. Me hace sentir un poco conflictuada, aunque intento no pensar mucho en ello, aunque claro que lo hablaré con él.
Llegamos y comemos un poco de lo que hay en casa, es necesario para poder aguantar a la cena, me subo y me quito el vestido negro que traía, el día se veía algo nublado así que tuve la mala idea de ponerme medias, soy bastante buena en los tacones, así que con ello no tuve problema, pero si fue mucho calor gracias a esas medias. Apenas me pongo mi ropa de casa y me siento otra. Me hago una coleta y me acuesto algunos minutos en la cama, no son las 5 y él es quien vendrá así que cierro mis ojos tranquilamente, de pronto pasaron cuarenta y cinco minutos, me está marcando por skype, un poco adormilada le respondo.
—¿Bueno? —digo con voz poco despabilada.
—¿Estabas dormida? —pregunta él risueño.
—Sí, yo... me levanté a las 5 en sábado y eso nunca sucede.
—Bueno, me alegra que hayas descansado, ¿puedes salir? Estoy en la esquina de tu casa.
—¿Me requiere muy arreglada?
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Mi historia con el griego ©
RomanceEditando y escribiendo. Próximamente su final. En la vida existen amores que se aferran a tu corazón, sin importar cuánto daño te hayan causado, simplemente porque los recuerdas con cariño. Dimitris Papadopoulos fue uno de esos amores que se adentra...