Capítulo 2

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Recordatorio: Bill Weasley nunca fue atacado por Fenrir y Snape no está muerto. Todo lo demás es como en los libros, sin contar el epílogo.

Capítulo 2.

Hermione estaba demasiado sorprendida para ver a sus otros candidatos a maridos.

Esto no podría estar en lo cierto. Bill era joven e interesante pero él era viudo, había estado casado con la belleza de Fleur y estaba devastado por la muerte de ella y de su hijo no nacido. Apenas habían tenido relación, ni siquiera sabía cuál era su color favorito e iba a tener que hacer el amor con él. Se sentiría indefensa estando desnuda con él, pensando en que él la estaría comparando con Fleur. No podía competir con una muerta, diablos, no podía competir con la belleza exótica y veela que había sido Fleur.

No era de extrañar que el Ministerio estuviera recomendando ciertas pociones de lujuria.

Su hoja de información contenía una foto reciente de Bill, así como su edad, fecha de nacimiento, residencia y trabajo. Nació el 29 de Noviembre de 1970, esto hacia que él tuviera 30 años, 10 años más que ella.

Bill siempre le había gustado, era muy guapo y además muy inteligente, pero solamente lo había visto como el hermano de Ron.

Las lágrimas amenazaron con derramarse, pero ella las contuvo. Perder la cabeza no lo haría mejor. Ella era una bruja lógica y racional. Ella podía manejar esto. Tenía que manejarlo.

Después de su breve charla mental, pasó a la siguiente hoja de su siguiente candidato.

—De ninguna manera. — dijo Hermione apartándose de la mesa con rapidez, derribando su silla.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Harry, levantando la vista de su propia carta.

— Draco Malfoy.

—Por favor, dime que es una broma.

Hermione estaba temblando y respirando muy rápido, todo pensamiento lógico se había esfumado.

— ¿Por qué demonios no pude dejarlo cuando tuve la oportunidad? No puedo casarme con ese. ¿Qué demonios voy a hacer? — preguntó Hermione mientras caminaba de un lugar a otro y sus ojos se llenaban de lágrimas.

Ella caminaba de un lado a otro, con los dedos tirando de su pelo mientras consideraba opciones para evitar su destino. Cuantas más ideas descartaba, más desesperadas se volvían. No podía huir ya que el Ministerio la rastrearía; matar a Malfoy, lo odiaba mucho pero no se veía asesinándolo; aludir una enfermedad mental…

— ¿Crees que podría morir sin dolor tomando "Filtro de Muerte en Vida" en cantidades industriales?

— Hey — dijo Harry mientras se levantaba y pasaba su brazo alrededor de su cintura, atrayéndola a su pecho— Ni siquiera lo menciones, no me puedes dejar, ¿qué haría yo sin ti?

—Lo siento, Harry. No lo decía en serio, pero la idea de dejar que ese hombre me toque es repugnante. —Su estremecimiento transmitió su disgusto mejor que sus palabras.

—Todo irá bien. Él no puede hacerte daño. No lo dejaré. —Harry le besó en la sien. Sus labios rozaron su piel mientras él continuó—Además, ya sabes lo cerca que estuvo de volver a la cárcel. Todavía está en libertad condicional. No puede usar su varita, excepto en defensa propia, y menos contra ti, si lo hace, su libertad condicional será revocada e irá a Azkaban.

Hermione resopló y asintió con la cabeza, dejando que Harry la guiara de vuelta a su silla, acomodándose él junto a ella.

—Entonces, ¿a quién más tienes? — preguntó.

Siete para mí (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora