Capítulo 18

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Capítulo 18

Los días trascurrieron lentamente pero con muchos sobresaltos, el vivir en una casa con siete maridos no era tarea fácil ya que cada uno tenía una personalidad muy dispar y eso a menudo constituían las mayorías de las peleas. Hermione muchas veces funcionaba como mediadora y se pasaba los días yendo de un lugar a otro intentando calmar los ánimos. Hermione a menudo tenía la sensación de estar otra vez en el colegio. La bomba estalló el jueves cuando Draco, Harry, Cormac, Lestrange, Bill y Hermione estaban desayunando distendidamente cuando llegó una lechuza con el sello del ministerio en el regazo de Hermione.

Hermione cogió la carta con la esperanza de que fuera del ministro ya que apenas lo veía pero lo que leyó, la dejó patidifusa y con la cara blanca como la cera. Los chicos que estaban allí reunidos se preocuparon y fue Draco quien cogió la carta y después de leerla y soltar un taco le pasó la carta a Harry.

— ¿Qué coño haces en tu trabajo, Potter? —dijo Cormac al leer la carta.

Hermione estaba en blanco, nunca en toda su vida había supuesto que pasaría esto.

A los miembros de Granger Manor:

Les comunico que por orden del tercer escuadrón de aurores se hará un registro en su hogar hoy jueves a las 10:00 a.m ya que se ha notificado la presencia de artefactos malignos y oscuros en dicho hogar.

Cordiales deseos.

Dolores Umbridge, subsecretaria de Recursos Internos.

— ¿Me echas la culpa acaso? Se supone que estoy de vacaciones. Nunca llegó una notificación oficial a mi despacho ni al despacho de mi jefe. Voy a hablar con él ahora mismo. Avisad a Snape y a Kingsley, esto es algo muy serio. —dijo Harry saliendo pitando hacia la chimenea.

Bill fue el que reaccionó primero y mando sendas lechuzas a Snape y al ministro con la carta adjunta. La situación era alarmante. Si esto llegaba a noticias de la prensa podía ser muy perjudicial para la carrera del ministro e incluso para las de Harry y Cormac.

Snape llegó rápidamente a la habitación en donde estaban todos menos Bill y Harry.

— ¿Qué ha pasado aquí? Espero que esto no sea una broma Señorita Granger. —dijo Severus Snape muy enfadado por ser interrumpido en su maravilloso mundo de las pociones. Al ver la cara de los chicos y de Hermione quiso haberse comido sus palabras.

— ¿Crees que bromearía sobre esta temática? ¡No me conoces en absoluto Snape! —dijo Hermione con altanería ya que las palabras que había dicho Severus le habían dolido.

—En mi trabajo no saben nada de ninguna orden, no hay una segunda copia, y mi jefe dice que no ha firmado nada, pero es cierto que algunos aurores de la tercera escuadrón vendrán por aquí dentro de 20 minutos, aunque mi jefe no ha dado la orden, ésta ha llegado a recursos internos. —dijo Harry Potter muy enfadado.

— ¿Qué van a hacer? ¿Van a registrar toda nuestra casa? —dijo Hermione sentándose de nuevo en la silla triste sin saber qué hacer ni como actuar.

—Si Hermione, mi familia y yo tuvimos varios registros, lo revisan todo, no quedará sitio en la casa sin que esos sepan lo que hay. —dijo Draco Malfoy mientras envolvía en un abrazo a una Hermione compungida.

Siete para mí (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora