Capítulo 11

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Atención LEMON, si no te gusta no lo leas.

Capítulo 11

Una vez que terminó el brindis, los diversos camareros se dispersaron por el lugar llevando canapés, ponche, mini sándwiches y demás aperitivos mientras Hermione se echaba fotos con cada uno de sus maridos tanto individuales como colectivos.

Después de las fotos pertinentes, el oficiante de la ceremonia les pidió ir adentro para poder firmar los papeles del matrimonio para hacerlo totalmente legal, mientras hacían el camino, números magos y brujas los pararon para felicitarles mientras otros le echaban pétalos de rosas y granos de arroz a la vez que comentaban lo guapa que estaba la novia.

Una vez dentro del castillo se dirigieron a una de las aulas en donde el oficiante les hizo firmar siete pergaminos, uno por cada uno de sus maridos, entretanto Kingsley sellaba los pergaminos para hacerlo oficial. Por cada firma que daba Hermione, ésta sentía la magia del enlace, y cada vez se sentía más y más acalorada.

Luego de haber terminado de firmar el oficiante los dejó a solas llevándose consigo todos los papeles dejando a Hermione en el punto de mira. Hermione sintió los ojos de cada uno de sus maridos en ella, mientras que ella sintió como si un fuego interno y cálido la devoraba por dentro. Sentía un deseo irrefrenable de sentir a cada uno de ellos.

Hermione miró a Lestrange que era el marido que estaba más cerca y tímidamente le tocó el brazo mientras que éste con una mirada ardiente comenzó a acariciarle el pelo llegando a su cuello desnudo. La respiración de Hermione se entrecortó y el mago siguió pero siendo cada vez más audaz, desplazando su mano por la curva de su cadera, Hermione podía sentir sus dedos por la fina tela de su vestido.

Los demás maridos se quedaron estáticos dándoles una mirada de ansiedad, celos y lujuria.

—Me siento diferente, creo que el champán se me ha subido a la cabeza. —dijo Hermione, encontrando una pobre excusa a su comportamiento.

Lestrange fue ahora más audaz y empezó a besarle el cuello mientras que Hermione empezó a respirar entrecortadamente y gimió.

—Es el efecto de haber firmado nuestra unión. Antiguamente la consumación se hacía después de la ceremonia. Normalmente los efectos no son tan inmediatos, pero el haber firmado siete veces habrá hecho que el efecto se multiplicará. —dijo Severus Snape con su voz monocorde aunque sus ojos fijos en la figura turbada y caliente de Hermione lo delataban.

—Yo… Creo… No sé. —Hermione no podía hablar ya que las manos de Lestrange estaban en sus caderas y podía sentir su erección en su culo.

— ¿Hay algo que podamos hacer? —dijo Draco Malfoy mientras se acercaba a Hermione.

Hermione miró a Draco, estaba tan cerca pero a la vez tan lejos. Lo necesitaba y en un acto de valentía cogió a Draco del brazo y empezó a besarle con ahínco. Draco no perdió la oportunidad y empezó a acariciarle las mejillas mientras sus lenguas batallaban por el control.

Lestrange no perdió el tiempo y cuando Draco rompió el beso con Hermione, él la besó con fuerza, Hermione se colgó de su cuello saboreando su sabor mientras Draco besaba ahora su cuello dejándole un fino rastro de saliva.

—Voy a ir a por una poción relajante, eso hará que la señorita Granger se tranquilice. —dijo Severus Snape viendo como Hermione volvía a besar a Draco mientras Lestrange jugaba con la cremallera de su vestido. —Le sugiero Potter, que se lleva a la señorita Granger y consume la unión para que la poción funcione mejor.

Siete para mí (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora