"Despedida de soltero parte 1"

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Nunca me había pasado esto. Bueno, la verdad si, pero no a este nivel.

Sin embargo, solo fue ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizada.

—Mart... ¿Me estás escuchando?— la voz de Exe me saco del limbo en el que me hundieron sus ojos. Asentí repetidas veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándolo. Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermoso que se veía con el ceño fruncido escarbando página tras página para hacer su tarea.

—Tendrias que estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mi pelo— dijo sin apartar la vista del libro.

—Y vos leyendo en vez de estar pendiente de lo que hago y lo que no— le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba con él para que no se diera cuenta de lo estúpida que me dejaba con solo estar a mi lado.

—Mart... nos vamos a casar este fin de semana podrías dejar de pelear al menos, ¿No lo crees?— replicó. Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana, por eso estaba así: tan cambiante. Podía lucir dulce y de repente enojona. Los nervios me comían viva.

—Bueno— no tenía caso discutir, además, con la mirada de cachorro que tenía Exe sería imposible negarme.

Estos últimos días él también lucía nervioso: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó una prueba. Pero eso no pareció importarle, ahí lo tenía muy preocupado y estaba segura de que no era por la boda.

Iba a averiguarlo.

Llame a Abi para que fuera a casa, ella llamo a Mel y Mel a Ana. Después de media hora, estábamos las tres en mi habitación pensando que podría tener tan afligido a Exe.

—¿Y si ya no se quiere casar?— dijo Abi.

Una parte de mi se alarmó muchísimo, era la oerte que ansiaba estar con Exequiel.

—¿En serio lo pensás?— le preguntó Mel.

Abi lo pensó unos segundos y refunfuñó.

—No, pero solo era una idea.

—Pues se aleja mucho de la realidad— agregó Ana.

Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, las chicas terminaron por ver Titanic en la tele. Yo las observé mientras ellas le gritaban al capitán para que no chocará contra el iceberg, extrañaría formar parte de este grupo. No quería decir que dejaría de ser amiga de ellas, nunca me separaría de las mejores amigas que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no serían lo mismo: ellas van a poder tener novios y salir sin preocupaciones, mientras que yo voy a estar casada. Sin mencionar que cuando acabe el año solo vamos a quedar Mike y yo en la escuela. Crecer apestaba.

Eso me recordo al libro de Peter Pan que Exe me regaló. Me levanté para buscado en mi estantería, pero no estaba. Pase por alado de las chicas, que ni siquiera notaron mi presencia ya que estaban ocupadas viendo cómo Jack besaba a Rose, y salí de la habitación.

Seguro se me había quedado en el cuarto de Exe y había olvidado traerlo cuando me cambié.

Toque la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Entre de todas formas, las luces estaban apagadas, pero del baño se traslucía un débil resplandor. Y también se escuchaba el sonido de la ducha.

Prendi la luz y empecé a buscar mi libro, tenía que estar por alguna parte. Revise abajo de la cama, en los muebles, en el clóset, en el velador e incluso en la mochila de Exe. Y esta última fue la que llamó mi atención.

Casate conmigo (Exequiel zeballos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora