"¡¿Ustedes, qué?!"

466 24 0
                                    

Cuando bajamos del avión, agarre la mano de Mart con fuerza. Estábamos devuelta en Buenos Aires, desde ese momento empezaría nuestra vida juntos.

Cuando salimos, un grupo de personas con carteles coloridos nos esperaban, allí vimos a Enzo, Agus, "Ricardo", Mike, las chicas, mi madre, mis suegros, Luis y Lara. Corrimos juantos a abrazarlos, sin soltarnos de las manos.

—¡Ya están acá!— gritó Lara—. ¡Van a amar la sorpresa!

—¡Lara!— gritaron todos al mismo tiempo.

Mart y yo nos miramos y reímos, estábamos devuelta en casa.

Tuvimos que irnos en dos autos separados porque eramos muchas personas. Sin embargo, cuando estábamos cerca de casa Lara empezó a desdeperarse y a verse muy ansiosa. Agus la retaba y le decía que no servía para guardar secretos.

Estaban todos muy raros, escondía algo. Y me acordé que Enzo había mencionado en la luna de miel que nos tenían algo preparado.

—Espeten, la casa queda en esa dirección— dijo Mart de pronto. Mire por la ventana y le di la razón, habíamos tomado una dirección contraria.

Frenamos en frente de un edificio, al frente había un parque y los edificios vecinos eran una tienda y una pizzería. Aunque este parecía sin habitantes, pero con un jardín muy bien cuidado.

—¿Qué es esto?— pregunté.

—¡Sorpresa!— gritaron todos en coro. Mart me apretó el brazo y me miró profundamente, estaba pensando lo mismo que yo.

—¿Nos... regalan una casa?— pregunté aturdido.

—Solo para ustedes, para que hagan todas sus perversiones con intimidad...

—¡Enzo, no quería saber eso! ¡Podía vivir sin imágenes en mi mente!— exclamó Lara.

Le dedique una mirada amenzadora a Enzo, para que se callada y no metiera la pata. Pero terminamos riéndonos.

Entramos y tenía todo preparado. Había muebles, las paredes pintadas, decoración, de todo. Incluso ya habían mudado a Nana y a Asesino, que se miraban celosamente casa uno desde un ángulo de la casa.

—Gracias, está... no sé cómo describirlos...— suspiro Mart. Seguimos sin soltarnos las manos.

De a poco se fueron despidiendo, para que nos adaptamos a nuestro nuevo hogar. Agus prometió venir a visitarnos mañana, Luis iba a venir a la noche a dejarnos unas cosas que nos compro y Ricardo tenía una cita con Mel.

Todos se fueron, menos Enzo y Brit.

—¿Qué pasa?— le pregunto Mart a Enzo, lo conocía mejor que yo, a pesar de que jodiamos todos el tiempo. Se veía distraído y pensador, al igual que en Miami. Algo buenos no podría ser, se veía muy asustado.

—Les quiero contar algo— nos dijo.

—¡Ay, mira la hora que es!, Hora de irnos— lo apuro Brit, Mart los miró con detenimiento analizando cada movimiento y gestos de sus amigos.

Al final, Brit arrastró a Enzo y se lo llevó. Mart me miró y negó con la cabeza, en señal de que no quería hablar del tema.

Revisamos la casa de arriba a bajo, era de dos pisos y muy espaciosa, tenía cinco cuartos cuando nosotros solo íbamos a utilizar uno.

—Capaz para las visitas— le dije a mi esposa.

—Capaz para nuestros hijos tonto. Mi mamá quiere nietos de inmediato— bufo. Me reí de ella y le contagie la risa, era absurdo. Yo amaba a mart, pero no estabamos preparados todavía—. Por favor, decime que nos estábamos viendo de lo mismo, porque no quiero tener hijos todavía.

—No te preocupes, estamos en la misma sintonía— me beso y acarició mi pelo, últimamente le gusta mucho hacer eso.

La cama era cómoda, pero no hicimos "nada". El viaje nos tenía agotados y además, tenía ganas de dormir abrazos a Mart, como antes de casarnos, solo por el simple hecho de sentirla a mi lado, de saber que era mía durante esa noche y que nadie más en el mundo la podía tener de esa manera.

Al día siguiente, no teníamos nada que hacer. Nuestros padres se habían encargado de mudar todas nuestras cosas a la casa nueva, todo estaba ordenado y lo único en que hagamos tiempo fue en desempacar. Mart estaba de vacaciones y a mí ya me habían aceptado en la universidad.

Hasta que llegó Enzo de nuevo. Deberían ser al rededor de las once de la mañana, Mart no sabía cocinar, pero trataba de hacer algo decente para el desayuno mientras yo colocaba la mesa cuando él timbre sonó.

Otra vez lo acompañaba Brit, y tenía las mejillas enrojecidas y el ceño fruncido. Enzo la obligó a entrar.

—¡¿Quién es changui!?— gritó Mart desde la cocina. Salió de allí y no se sorprendió de ver a Enzo y a Brit.

—Martu, Exe, les queremos decir algo—... Empezó a decir Enzo.

—Por favor decime qué tus impulsos no te dominaron— Mart parecía saber lo que iba a decir Enzo, pero en cambio yo, no tenía ni la más mínima idea.

—Demasiafo tarde para advertirnos— nos dijo Brit, mostrando su mano y un anillo.

Un anillo.

¡Era un anillo de compromiso!

—¡Enzo, ¿Que hiciste?!— le grité, estaba pasmado, de todas las locuras que Enzo había hecho, está era la peor.

—Lo mismo que ustedes— me respondió de mala gana. Mart no decia nada, pero parecía pensar mucho la situación.

—¿Cuando paso?— preguntó ella al fin.

—Antes de que se fueran de luna de miel— le contesto Brit.

—¡Tres semanas Enzo, no podés casarte con alguien que conoces desde hace tres semanas!— volví a exclamar. No podía creerlo, era absurdo, él no podía casarse.

—Tiempo suficiente para enamorarse, ¿No?, Acaso Mart no se enamoró de vos en tres meses— me recriminó. Iba a decirle algo, un millón de insultos pero, Mart me freno a tiempo.

—Primero, conozco a Exe desde los ocho años, segundo, me gusta desde los 14— eso no lo sabía, ¿Le gustaba a mart desde los 14?—. Y tercero, ¿No será que alguien solo se sienta abandonado o celoso?

Enzo se mordió el labio y bajo la mirada.

—No me importa lo que digan, me voy a casar con Brit en un mes, les guste o no. Solo se los quería decir primero porque son mis mejores amigos, y vos mi amante— me apunto con el dedo—. Y también para pedirles si mart quería ser mi mamá de honor, pero si están así, mejor de lo pido a Ana.

Se fue dando un portazo, pero se devolvió y tomo la mano de Brit, a quien había olvidado en su momento de rabia.

Ya solos, mart y yo nos quedamos en silencio, sin saber que decir.

Mart conocía a Enzo, y sabía que cuando una idea se le metía en la cabeza, no había persona en este mundo que lo convenciera de lo contrario, así que nos gustará o no, asitifimos a una boda muy pronto.




















Volviiii señoresss, si otra ves volví Jajaja, primero que nada felicidades por ser campeones mundiales, leo se merecía levantar esa copa y segundo Francia JAJAJAJ. Feliz año bichis que la pasen lindo❣️

Casate conmigo (Exequiel zeballos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora