"Acuerdo mutuo"

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23 años




Las medias de Exequiel eran un desastre, por más que le dijera que lavara el mismo su ropa, la dejaba desparramada en cualquier lugar de la casa y está mañana había encontrado un par de medias en la cocina.

—¡Exe vas a llegar tarde!— le grité. Era su primer día de entrenamiento de jugador en primera y ya iba tarde. Le había contagiado el germen de la impuntualidad y eso no era bueno, porque Exequiel era muy estricto consigo mismo cuando las cosas le salían mal.

—¡Exequiel, levantate ahora o te llevo a Nana!— en menos de un minuto de encontraba de camino a la cocina, todavía medio dormido, e bóxer negro y descalzo. Ya no quedaba rastro del Exequiel flaco de hace unos años, en cuanto entró en primera de había obsesionado con el ejercicio, y a pesar de que lo dejó al mes, ahora comía saludablemente y salía a correr todas las mañanas..

Me había invitado muchas veces, pero no pudo convencerme de abandonar la comodidad de las sábanas hasta que un día mencionó a una tal "Sabrina", una chica de 19 años que corría junto a él por las mañanas y que estudiaba en la misma universidad. Eso fue más que suficiente para que comprara un equipo deportivo y q las seis de la mañana estuviera despierta y preparada para correr kilómetros con tal de alejar a esa arpía.

Sin embargo, mi plan no había funcionado muy bien. A los cinco minutos estaba exhausta y me faltaba el aire, Exequiel cargo conmigo hasta la casa, solamente había corrido tres cuadras y me dijo que si no quería que no corriera.

Supuse que después se dio cuenta del por qué lo había hecho y dejó de correr en las mañanas, para hacerlo en la tarde. A veces lo acompañaba, aunque yo iba en bicicleta a su lado.

Sabía que Exe necesitaba levantarse temprano todas las mañanas porque al final nunca había aprendido a manejar bien un auto, el primer año de casados choco dos autos y mi papá se aburrió de comprar un auto tras otro. Así que le ofreció una moyo y con eso Exe estuvo muy bien. Hasta que les dijo que estaba estudiando.

A mí papá casi le dio un ataque, consideraba que Exe tenía mucho potencial y que no podía desperdiciarlo de esa manera. Él quería que mi chango se hiciera cargo del negocio familiar, aunque papá ya tenía a Sofi que era más que suficiente para que el negocio prosperará.

Mi mamá no se lo había tomado tan mal, aunque podía notar que al igual que el resto, esperaba mucho más de Exe. Lissy, su madre, estaba feliz, si su hijo cumplía sus metas, eso era más que suficiente. Y yo, no podía estar más orgullosa de él, sabía que sería un excelente profesor.

Entró a la cocina y beso mi mejilla, me abrazó por la espalda y pego su cuerpo al mío. Beso mi cuello como todas las mañanas y escondió si cara en mi pelo, que ya tenía gan largo que me llegaba hasta la cintura.

—No me vas a convencer con eso, tenés que aprender a guardar tu ropa en un lugar decente.

—Nadie los va a ver, además, yo no los deje allí, fuiste vos.

—¿Como que fui yo....— pero dejé la pregunta en el aire al acordarme. La noche anterior habiamos tenido un arrebato y terminamos en el sillón, medio desnudos, y desde allí recorrí toda la casa en brazos de eze hasta llegar a nuestra habitación.

Enrojeci como siempre, los años no compensaban lo abrumador que era el pensamiento de saber que me había acostado con Exequiel, no importaba cuantas veces lo hubiéramos hecho o cuánta confianza teníamos, seguía siendo vergonzoso que lo dijera de esa manera tan natural.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2023 ⏰

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Casate conmigo (Exequiel zeballos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora