Casate conmigo (Exequiel zeballos)

"Neverland"

—¡Exequiel, salí de acá, vos no podés ver el vestido de la novia!— gritaba Sabrina a todo lo que le daban sus pulmones. Estaba estrangulando a Exequiel con la puerta para que saliera de mi habitación.

Era algo exagerado, todavía llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado la cara, así que no tenía nada de especial como para que sabiena se volviera loca.

—Solo quería darle un beso de buenos días, sabri— protesto él y asomó la cabeza por el umbral.

Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de Enzo y Exe, pero yo me apiade de él y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la pobre Sabri que hoy estaba con los nervios de punta.

—¿Con un beso nos vas a dejar tranquilas?— le pregunte.

Él sonrió de lado y asintió, así que hice a un lado a sabri y bese a Exe en el cachete.

—Para, eso no se vale— reclamo.

—Vos nunca especificaste donde tenía que ser el beso, ahora andate o Sabri te va a arrancar uno por uno los mechones teñidoa que tenés.

Le cerré la puerta en la cara y suspiré agotada, controlar la risa en un día como este iba a ser difícil.

Sabri se puso a trabajar de inmediato, ordeno las cosas que utilizaría y mando a mis amigas a llamar a la "estilista" que me prepararía. Era algo incomo ser analizada desde todos los ángulos por Sabrina como para que viniera otra persona a hacer lo mismo.

En diez minutos, Mel volvió con una mujer alta y flaca vestida en un traje con estampado de leopardo, me asusto que ella fuera mi estilista. Me asusto muchísimo.

Pero resultó que para vestir a otras personas no era tan mala. No cambio nada del vestido que elegimos y dijo que lo mejor sería maquillarme con una capa suave para que no pareciera un payaso.

Estuve de acuerdo con ella y le caí bien.

Me dijo que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, que sabía que era un día muy especial para mí, pero que también sería estresante. Le dije que no estaba nerviosa, aunque solo se lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante el día. Más la estilista era astuta y me obligó a tomar un baño de esencias florales.

Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Exe y yo dinermls el "si". Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de la escuela así que la espera tampoco sería muy extensa. De todas formas, sabía que tanto Exequiel cómo yo estábamos muy nerviosos con respecto a ese viaje y lo que sucedería allí, sería la máxima prueba de si es que este matrimonio funcionaria o no.

La boda sería a la puesta del sol, a pedido de Exe que decía que era elemental que fuera a esa hora. Como a mí no me había importado, le dejé hacer lo que quisiera, pero ahora me arrepentia. Estar toda la mañana siendo arreglada para una cuantas horas era desvelador, y el que Ana, Mel y Abi se burlaran de mi y los tubos que tenía en la cabeza para el peinado no era gratificante.

A las una bajamos a comer y nos dncontrls con Exe y Lissy que iban de un lado para otro hablando por celular. Lissy se encargaría de que todo saliera de acuerdo con el plan de Exe y sabri de que nada se arruinara, mi mamá seguro estaba arreglándose en su habitación y mi papá buscando la torta. Todos tenían una tarea para la boda, excepto yo.

Cuando le comenté eso a Abi en el almuerzo, Exe alcanzo a escuchar y rechisto.

—Por supuesto que no podes hacer nada, tu tarea es verte hermosa para mí y ser feliz por el resto de tu vida, no quiero abrumarte con los preparativos— dijo robándome un beso y volviendo a la carrera interminable a través del celular.