chapter 29.

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[ 𝔖. tua ]

CUANDO LLEGARON A la agencia central de inteligencia de los Estados Unidos, Diego no pudo ocultar su orgullo; después de todo, había logrado pisar aquel anhelado lugar

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CUANDO LLEGARON A la agencia central de inteligencia de los Estados Unidos, Diego no pudo ocultar su orgullo; después de todo, había logrado pisar aquel anhelado lugar.

Algo con lo que soñaba desde hace ya algunos años.

—No está nada mal —comentó con una sonrisa, mientras arreglaba el cuello de su gran traje (cortesía de Luther para la ocasión).

—Ten cuidado con esa corbata —advirtió el grandote, observando al mexicano—. Se engancha en la tanga.

Diego detuvo sus movimientos, confundido.

—Espera, ¿llevas puesta una tanga?

—¿Tú no?

Alessandra llegó a su lado en menos de un minuto, siendo acompañada por su jefe; el cual terminaba de explicarle con discreción y sin protesta, en dónde dejaría a ambos Hargreeves mientras ella se encargaba de investigar.

—Síganme —ordenó el hombre, señalando un ascensor arriba de unas cuantas escaleras.

Diego caminó con entusiasmo, siendo seguido por Luther, el cual se mostraba inseguro y muy confundido. Al entrar, la pelirroja observó como su jefe apretaba un botón que contenía una línea totalmente recostada. Era el sótano.

Pónganse esto —les tendió unos gafetes con sus fotografías, indicando con las siglas de un fuerte tono rojizo que se trataba de invitados especiales.

No se opusieron en lo absoluto.

—¿Podemos quedárnoslas? —preguntó Diego con ilusión, admirando el objeto.

El grandote, por otro lado, negó con sutileza, poniendo una expresión de asco que causó curiosidad en Alessandra.

—¿Puedo?

Luther asintió, y la joven tomó el gafete. Casi suelta una carcajada al verlo con los ojos cerrados, sorprendido por el flash.

—Claro que sí —asintió Ribbons, y las puertas del ascensor se abrieron, provocando que empezaran su camino de nuevo.

—Solo lo pides porque tú saliste bien —acusó Luther a Diego entre susurros.

Probablemente lo botaría de inmediato al salir de allí.

—Caballeros —llamó su atención el hombre, deteniéndose frente a una puerta corrediza de vidrio—, les presento a nuestra unidad de élite. Bienvenidos al Sector R.

SPARROW GIRL, five hargreeves ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora