Flufftober 2021 [Henray]

#5 Extra: Almas gemelas.

Ambientado en el universo de Henry Danger

Relacion adulto/joven adulto.

Henry: 18 años

Ray: 35 años

Las almas gemelas son conocidas por ser ese ser que está destinado a ti, esta persona que complementa tu ser, tu otra mitad, tu media naranja. Puras patrañas, si le preguntas a Ray Manchester.

En el mundo, estas almas gemelas están destinadas a encontrarse, desde que naces, sabes que tiene una mitad en el mundo que te esperará hasta que llegue el momento en que se encuentren. Las almas gemelas son conocidas por tener una marca, una marca representativa en el cuerpo, mediante ella sabes quién será tu alma gemela por el resto de tu vida. Sin embargo, puede que nunca la encuentres.

Ray Manchester tenía su marca, como todos, la suya aprecio en los 18 años; pero para él eso no significaba nada, venía de una familia que nunca se expresó amor, siempre se preguntó si alguna vez sus padres llegaron a amarse. Por eso, cuando vio su marca a un costado de su cuerpo, no se emocionó. Poco le importaba si encontraba a su alma gemela.

Y así pasaron los años, Ray creció, se convirtió en capitán man y en el hombre más deseado de la ciudad; se volvió un mujeriego, saliendo y acostándose con quien se le pusiese en frente, él no era un devoto a las armas gemelas y con el pasar de los años confirmó que él no tenía ninguna. Entonces, se convirtió en un hombre narcisista, sin sentimientos o emociones.

Todo eso cambio, cuando Henry Hart llegó a su vida. Ese pequeño niño, quien al principio, solo era su asistente, terminó convirtiéndose en su amigo, su mejor amigo; compartían todo, pasaban la mayor parte del tiempo juntos, más que un superhéroe y su asistente, eran algo más especial, eran Henry y Ray, juntos por siempre.

Henry era un chico energético, alegre y lleno de vida. Ray amaba todo eso, lo absorbía todo, volviendo a ser una persona llena de emociones, lo que siempre debió ser. Era extraño para él, pues siempre había sido serio, sin sentimientos. Pero Henry movía algo en él, lo hacía ver el mundo tan diferente, y lo amaba, Ray amaba lo que Henry provocaba en él.

Pero se abstenía, lo de ellos no podía pasar, muy en el fondo, Ray deseaba que Henry fuera su alma gemela, esa que aunque le costará admitirlo, siempre deseo encontrar. Era una idea que desechaba rápido; Henry merecía estar con alguien mejor que él.

Pronto Henry cumplió dieciocho años, y como toda persona destinada a encontrar su alma gemela, el niño estaba emocionado y así lo demostró cuando llegó a basura y más, a la capicueva y les mostró a todos la marca que lo unía con su alma gemela.

Ray no era de esos que le gustaba mostrar con orgullo su marca, consideraba que eso es personal, sin embargo, Henry y él eran tan opuestos y su generación era tan distinta a la suya; ahora todos mostraban sus marcas con emoción. Por eso no se sorprendió cuando el joven Hart llegó muy sonriente y le mostró a sus amigos, su marca.

Lo que dejó estático a Ray y más que consternado, fue ver su marca en la piel de Henry, al principio pensó que estaba viendo mal, que estaba mezclando las cosas, pero no, la misma marca que él tenía en su costado izquierdo, Henry la tenía igual, pero en su costado derecho. Se supone que ambas deben complementarse y al juntarse, forma una silueta, Ray no era estúpido, sabía que al conectar su marca con la de Henry, algo se formaría.

Comenzó a hiperventilar, su mente comenzó a dar vuelta, sus pensamientos eran un desastre y sus emociones eran un revoltijo; un cóctel de sentimientos comenzó a crearse en su interior. Casi creyó que iba a desmayarse cuando Henry se le acercó, aun con su sonrisa y animadamente le preguntó si le gustaba su marca. Ray no respondió, rápido se apartó, y corrió hacia su habitación; dejando a todos confundidos y a Henry algo triste.