𝗱𝗶𝗮𝗺𝗼𝗻𝗱𝘀 ━ ❪emmett cullen❫

𝟢𝟢𝟥. (𝖾𝗆𝗆𝖾𝗍𝗍 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇)

CAPÍTULO 3
❪emmett cullen❫
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Año 2005
Dayanne

Después de ver como los cinco abandonaron la mesa, al mismo tiempo, escasos minutos después. Todos se movían con mucha elegancia, incluso el forzudo. Me desconcertó verlos. El que respondía al nombre de Emmett me miró de nuevo y me guiñó un ojo, haciendo que mis mejillas se sonrojaran. No permanecí mucho tiempo con Bella y sus nuevas amigas, de hecho segundos después de que aquellos cinco se levantaran y se fueran, les seguí.

Me despedí de Bella con un beso en la mejilla y me fui a mi clase de Química, pues yo a diferencia de Bella, no elegí Biología. Odiaba Biología con todo mi ser.

Caminé tranquilamente hacia la clase, viendo aquel mapa que nos había entregado la mujer de recepción. Nada más entrar a la clase, observé como todas la mesas estaban ocupadas, salvo una. Reconocí a Emmett Cullen, que estaba sentando al final del pasillo de la clase, junto a la única silla vacante.

Lo miré nerviosa, pues me había dado una mirada acompañada de una pequeña sonrisa. Me acerqué al profesor y le entregué mi comprobante de asistencia para que lo firmara. Sin embargo, su rostro se tornó rígido y se veía tenso, aunque no dudó en darme una pequeña sonrisa de lado, bastante tensa. Me aparté molesta el cabello de la cara, que había caído ahí por el aire acondicionado. Me sonrojo de nuevo y pido a el Universo que no me deje ser tan obvia ante la belleza de ese chico.

Gracias a la torpeza heredada de papá, tropecé con el bolso de una chica, que estaba en el suelo y me aferré a la mesa. La chica del bolso soltó una risilla y la dirigí una mirada llena de molestia.

Tomé asiento junto a él y sentía mis nervios a flote. Respiré profundamente y lo observé de reojo, dándome cuenta que sus ojos eran dorados, dorados como el oro. "Qué extraño color", pensé. Me parecieron bastante bonitos para ser exacta. Bonitos y extravagantes. El Señor Stilinski me firmó el comprobante y me lo entregó, donde me senté. Supe que íbamos a caernos bien, en cuanto me dijo que no presentara, que eso daba aburrimiento. Me entregó el libro y me deseó buena suerte en su clase.

Deposité el libro en la mesa en cuanto el profesor se fue y saqué el folder donde estaba guardando el mapa y el comprobante. Siempre me he destacado por mantener mis cosas en completo orden, y esta no es la excepción. Así que al terminar de guardarlos en ese folder de color púrpura, lo metí en mi bolso y suspiré para comenzar a poner atención a la clase.

De reojo, pude ver como se acomodaba en su silla, de modo que mantenía una distancia de mí. Me sentí un poco mal, quizá no olía bien, o le parecía demasiado amargada y parecía ser buena idea mantenerse apartado de mí. Me olí disimuladamente el cabello, y el champú de arándanos, mi favorito, me inundó. Quizá estaba muy fuerte el olor. Escuché una risita a mi lado y lo observé disimuladamente, para verlo sonreír con gracia, sin dejar de poner atención.