𝟢𝟤𝟨. (𝖺𝗍 𝗍𝗁𝖾 𝖻𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋)

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CAPÍTULO 26
al borde
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CAPÍTULO 26❪al borde❫•:◦ 💎

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Año 2005
Dayanne

Estaba con una capa cubriendo mi cuerpo tembloroso y apenas sostenía mi propio peso en mis pies, me abrazaba a mi misma en busca de una pequeña marca de consuelo, porque aunque mi corazón se sentía estrujado y con dificultad para respirar correctamente. La llovizna sobre Forks se había intensificado de sobre manera, las luces parpadeantes de las patrullas y los faros encendidos, iluminaban la calle. Papá estaba justo al lado mío con una linterna sobre el capo de la patrulla, con un pequeño mapa de Forks. Yo temblaba del frío, de la incertidumbre, del miedo, del dolor de mi pecho, la tristeza y soledad que me empezaban a consumir.

—Sam —escuché la voz de papá hablarle al joven muchacho de la reserva que parecía tomar más esteroides que cualquier otra persona común podría tomar. Sus ojos negros se detuvieron en papá y en mí— ¿Podrías....?

Papá no tuvo que terminar de formular su pregunta para darse a entender. Los nervios, la incertidumbre y el miedo de haber perdido a Bella en el bosque eran palpables en la temblorosa voz, aunque firme, que salía de él. Sam Uley rápidamente asintió y se internó en el bosque con solo tres o cuatro pasos rápidos de su trote. Era imposible que una persona común pudiera tener tal velocidad.

—Anne, ¿te sientes bien? —la mano de Jacob sobre mí hombro me sobresaltó por lo cálida que se sentía.

—Sí, eso creo —respondí con la voz un poco átona, casi como si no fuera capaz de formular una sola palabra antes de empezar a llorar.

—Estás pálida —me dijo y yo negué. Estaba mal, lo sé, pero Bella importaba en este momento. Si ella no aparecía, ¿qué haría yo? Me sentía pésima hermana mayor, si ella no aparecía, me empezaría a culpar por haberla dejado a solas con Edward.

Me percaté que realmente lo que siento y me hace temblar, no es solo la incertidumbre y el dolor en mi pecho de la falta de esperanza, sino, que era más una punzada de culpabilidad por sentirme responsable de lo que le pasé a Bella.

Realmente no podía dejar de darle vueltas a las palabras de Edward, y eso me provocaba el desconsuelo, pero había una parte de mí que confiaba ciegamente en las palabras de Emmett, que se rechazaba por completo a aceptar las cosas que Edward decía y sabía que podía haberlo dicho para perturbarme, porque Emmett jamás me dejaría, no sin haberme dicho su decisión antes, y mucho menos después de haberme prometido que se quedaría. Emmett no era de esos que decía promesas en vano, jamás.

El jaleo que había fuera de casa inmediatamente se detuvo cuando la voz resonante de Sam inundó la constante bulla de voces y sirenas de policías.

—¡La tengo!

𝗱𝗶𝗮𝗺𝗼𝗻𝗱𝘀 ━ ❪emmett cullen❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora