Atlantis; Izana x sanzu

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No puedo salvarnos ~

No puede salvarlos a ambos, sólo a el.

Dedicado a: TamaraEsparza6

[Universo alterno,
Realeza]

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11:00 P.M hora del escapé. Cogió un par de almohadas y las tapó con una sábana, simulando que aún seguía ahí dormido, se quitó el pijama y sacó ropa totalmente oscura de su armario, un pantalón vaquero, suéter, guantes y unas botas, cuando terminó tomó la mochila escondida bajo su cama, abrió con sutileza la puerta de salida, habían dos guardias frente a ella, la cerró y camino en dirección a la ventana, se fijó en que no hubiese nadie fuera antes de abrirla. Miro la habitación una última vez, cuando estuvo seguro de que no olvidaba nada, saltó por la ventana cayendo encima de unos arbustos, miro a ambos lados antes de avanzar, comenzó a caminar; para darle la vuelta al castillo.

No debía hacer mucho, además de caminar sólo tenía que cuidarse de que alguien lo viera y descubriera lo que hacía, si sus padres se lograban enterar de su escapé, las cosas irían muy mal. Su familia nunca fue del tipo perfecta, o bueno, sólo ante las personas fuera del castillo, pero todo ser viviente que estaba dentro sabía lo rota que estaba esa familia, unos padres sin interés en su hijo del medio, una chica fuerte, pero malvada como ella sola, un hermano mayor que sólo se preocupaba por si mismo, y el; el hijo de enmedio, odiado por los reyes y la hermana que tanto quiso alguna vez, el porqué de su odio era tan fácil de saber, paso su primer celo junto a su hermano, su pureza había sido tomada por alguien de su sangre, y eso hacia enojar a sus padres, su hermana sólo sentía celos, casi el Reino completo siempre había deseado tomarlo, lástima por ellos. El día que despertó junto a su hermano pensó que sólo fue una pesadilla, una horrenda pesadilla, pero no había sido así, empezó a odiar al mayor por tomar algo sagrado e importante.

El sólo se quedó callado, nunca se disculpó o algo por el estilo, de ese momento en adelante se hicieron la ley del hielo, no volvieron a hablar o verse por dos años completos. Ahora caminaba debajo de su ventana para huir de aquel lugar, los castigos que comenzó a proporcionarle el rey no eran nada lindos, su padre había marcado su rostro de por vida, diciéndole que ningún alfa volvería a ponerle las manos encima, o pensar siquiera en hablarle.

Sus cicatrices en algún momento habían destruido todo confianza que tenía, pero no por mucho tiempo, volvió a ser el mismo poco después, el príncipe rebelde, así es como lo llaman, algo divertido para el.

- Príncipe haruchiyo, ¿qué hace paseando a estas horas? - maldición, se había perdido en el pasado, tenía enfrente a dos guardias, tenía que pensar en cómo salir de esa situación.

Ambos hombres cayeron al suelo, levantó la vista y observó al hermano al que no quería ver, este tomó su mano y lo jalo en dirección a un gran árbol cercano.

- Escucha - habló cuando se detuvieron, antes de que pudiera pronunciar palabra alguna - se lo hijo de puta que he sido este tiempo, me disculpo por ello, y por tomar algo tan importante - suspiró - hay guardias en la entrada del castillo, están buscandote, será mejor que trepes y te largues rápido. - finalizó.

- No te agradeceré por esto - el contrario sólo asintió mientras se iba, el agarró una de las ramas y se levantó, puso los pies en ella e hizo lo mismo con las demás, hasta que estuvo a la altura de la pared y se puso encima de ella, observó que tan alto estaba, por lo menos unos siete metros, respiro profundo antes de lanzarse.

¡Music in September! [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora