Semanas habían pasado tras aquella noche, y pues todo iba viento en popa, la empresa se encontraba en su mejor estatus y mi relación con Thiago cada vez se fortalecía más y más, teníamos nuestros conflictos como toda pareja, pero no pasaban ni cinco minutos y ya nos estábamos pidiendo disculpas y no faltaban besos y abrazos de reconciliación.
Después de tanto trabajo decidimos tomarnos unas vacaciones y ir a visitar a nuestra antigua casa de campo.
Nos levantamos temprano y después de un no tan silencioso desayuno partimos a nuestro destino, fueron las cuatro horas mas tortuosas de mi vida. Estábamos con muchas ansias de llegar, desde el desfile no veíamos a nuestros padres. Al bajar del auto el primero que nos vió fue papá Pedro, el cuál al vernos corrió adentro gritando emocionado en busca de mamá. Al instante salieron ambos y nos dieron una cálida bienvenida, prácticamente corrieron a abrazarnos.
-Dijimos que vendríamos y pues aquí estamos- dijo Marcos sonriendo.
-La casa se siente sola sin ustedes- dijo mamá mientras dejaba un beso en cada una de nuestras frentes.
-También los extrañamos mucho. Pero prometemos venir por lo menos una vez cada mes- dijo Naty mirándonos a todos.
Entramos a la casa, la cual fue mi segundo hogar, todo estaba igual de caluroso que siempre. Nos instalamos en nuestras antiguas habitaciones las cuales estaban igual que como las habíamos dejado. Dejamos algunas de nuestras pertenencias aquí para cuando vinieramos de visita.
Nos encontrábamos en el jardín de la casa haciendo una barbacoa. Nosotras nos encargamos de asar la carne, ya que los chicos no pueden hacer nada con fuego, el día que les dejamos hacerce cargo de la comida casi incendian la casa.
-Como va todo con la finca, si necesitan ayuda con algo diganlo de inmediato.-Brian rompió el silencio que se encontraba en la mesa.
- Está todo bien chicos... Aunque los caballos están últimamente un poco inquietos.- dijo papá Pedro.
-Bueno papá no sé porque...
- Campo- dije interrumpiendo a Thiago a lo que todos me miraron.
-Los caballos necesitan tomar el sol, correr libremente por el campo, pasan mucho tiempo allí encerrados.- continúe.
-Habló sabelotodo- dijo Marcos.
- Es lo más seguro, mañana salgamos a cabalgar, así los caballos toman un poco el aire.-dijo papá Pedro.
-Ya dejen de hablar de animales y a comer- dijo mamá a lo que todos callamos enseguida, lo menos que queríamos era ver a mamá enojada.
Al caer la noche Brian y Marcos se encontraban tocando sus guitarras mientras todos juntos cantábamos la letra de las canciones. Sobresalía la voz desafinada de Naty por encima de todas. Pasadas las dies me fui a dormir a la antigua habitación de Thiago. Me acosté a su lado y le abracé por la espalda.
-Recuerdas la primera vez que dormimos juntos -le susurré.
-Si, como no recordarlo.
Fue hace unos seis años, Thiago se encontraba con gripe y yo me ofrecí a velar su sueño, mamá dijo que no, que me podía contagiar yo también, pero soy muy cabezota y pues sufrí las consecuencias.
Recordando sentí como Thiago unía nuestros labios en un beso de buenas noches.
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*El destino que nos unió*
RomanceAmalia y Pedro son una pareja de casados que no ha podido tener hijos. Su sueño se rompió el día en que el doctor de Amalia le dió la peor noticia que una mujer podía recibir, no podía ser mamá. Al pasar los años decidieron que concebir un bebé no e...