𝟽𝟼

6.6K 648 87
                                    

Miré el reloj que tenía en la pared, faltaban pocos minutos para las 9 pm y Juan aún no aparecía. Beto se había quedado conmigo unas horas pero después se había ido para prender directo.

Se escucho como la puerta de la entrada de abría y se cerraba, salí de mi habitación para correr hacia donde estaba Juan, al verlo me dí cuenta que ya no parecía estar molesto, quizás algo decepcionado.

—¿Podemos hablar?.— fué lo primero que se me ocurrió preguntar, él simplemente asintío

Tomé su mano para dirigirnos al sofá y nos sentamos sin soltarnos

—Lo siento.— exclamó rápidamente y lo miré confundida —No tenía porque comportarme así hace rato, me frustré al ver que habías descubierto lo que estaba planeando desde hace días.—

—No, no, no.— negué —Yo tengo que pedirte perdón por no confiar en tí y seguirte.—

—Los dos actuamos mal.— dijo Juan y bajé la cabeza —No debí mentirte y debí presentarte a Nina desde que se mudó a la ciudad pero me cegó la idea de darte otra sorpresa.—

Sonrió un poco y me acerqué para abrazarlo, sentí que me aferró más a donde él estaba, odiaba tener estos malos momentos con Juan pero no todo podía ser perfecto

—A partir de ahora no más secretos.— prometió separandose del abrazo —De todas maneras sé que no te gustan las sorpresas.—

Reí un poco viendo como levantaba una mano y la otra la ponía sobre su corazón como si lo estuviera jurando

—Ni más desconfianzas.— prometí pero me miró burlón, como si no me creyera —Bueno, no desconfianzas sin hablarlas.—

—¿Entonces ya estamos bien?.— preguntó y asentí con una gran sonrisa —Que bueno porque justamente nuestro planeador me envió a mi correo muchas opciones de invitaciones y las quería ver contigo.—

—Enseñamelas.— pedí viendo como sacaba su celular

Me mostró algunas invitaciones, recargué mi cabeza sobre su hombro mientras seguía mostrandome todo

—A mí me gustó esta.— dije viendo una morada con toques dorados y con algunas mariposas —Es preciosa.—

—Esa será.— sonrió dándome un beso en mi cabeza

—¿No hay alguna que te haya gustado?.— pregunté y escuché como rió, me acomodé para verlo mejor —¿De qué te ríes?.—

—Me gusta lo que a tí te guste.— sonrió tocando mi nariz y reí —Incluso si es la comida más horrible la comeré si te gusta.—

—Te amo.— dije dándole un pequeño beso —Es tarde, ¿Podemos ir a cenar?.—

—Yo cené en casa de Nina.— avisó —Puedo hacerte algo de cenar.—

Lo miré con duda, Juan no sabía cocinar aunque lo intentaba

—Mejor pidamos algo.— dije y me miró molesto

—¿No confías en mí sazón?.— preguntó dramatizando y negué —Puedes disimularlo un poco.—

—Está bien, no puedo vivir con mi estómago vacío.— exclamé agarrando mi estómago para quejarme —Solo no me envenenes.—

Se levantó con una sonrisa y se fué rápidamente con dirección a la cocina, yo reí mientras sacaba mi celular para escribirle a Beto

"Ya están las cosas bien con
Juanito :')"

"Que bueno, si seguían peleados
y te ibas de su casa no te podría
traer a vivir con Barca, no hay
espacio JAJA"

"Si seguíamos peleados no me iría
de nuestra casa, sacaría mis
encantos para que me perdonara"

"Deja de ser tan cochina!"

"¿Por qué cochina? Deja de ser tan
malpensado"

"Yo no te conozco ningún encanto
así que debe ser algo que solo
conozca Juan, fuchi"

"Pudrete <3"

"Nos vemos luego, no quiero
estar enmedio de más problemas
entre mis papis"

"¿Desde cuándo somos tus
papis? jajaja"

Beto ya no me respondió así que guardé mi celular, de repente mi nariz se inundó por un olor a quemado, me levanté rápidamente para ir a la cocina

—Huele a quemado.— dije preocupada

—Lo que pasa es que se quemó un poco un trapo pero tranquila, la comida está bien.— exclamó Juan mostrándome el pedazo de tela quemado

—No puedo dejarte solo en la cocina, aprendí la lección.— hablé acercándome para ver lo que estaba cocinando —La comida también está quemada.—

Juan me miró asombrado y reí al ver su expresión

—Hace dos segundos eso no estaba quemado, lo juro.— dijo rápidamente y apagó la estufa —Mejor te llevaré a cenar.—

Asentí riendo aún, él también rió

—Si no dejas de reírte haré que te comas lo que cocine.— dijo y de inmediato mi risa se apagó —Ya vamos.—

Tomó mi mano para llevarme fuera de la casa, subimos a su auto y mientras él conducía yo jugaba con la radio hasta encontrar una buena canción.

—¡Deja esa!.— exclamó haciendo que me sobresaltara

Empezó a cantar y yo reí, minutos después canté algunas partes que me sabía, las cosas esta vez se habían solucionado tan fácilmente

𝐄𝐋 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒 [JuanSGuarnizo X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora