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Casi una semana había pasado y como Roberto lo predijo Juan no se apareció para comer en mi trabajo, al parecer solo lo había dicho para parecer amable, fuí una tonta al creer que aparecería, tiene muchísimas opciones para recorrer en sus vacaciones, miles de cosas mejores que este lugar.

Hoy era el evento de la empresa de Beto y como le prometí acabé su atuendo, durante esta semana había estado durmiendo poco pero había logrado hacerle un traje estupendo y a él le encantó

—¡A trabajar!.— gritó mi jefe mientras golpeaba la mesa donde yo estaba —Atiende a los clientes.—

"Necesito el trabajo" me repetí mentalmente antes de seguir tomando órdenes y limpiando el desastre que un niño había hecho con una malteada.

Mi celular vibró así que lo saqué de mi bolsillo para darle un visto rápido

"Necesito tu ayuda, ¿puedes venir?".— era Beto

"Estoy en el trabajo y mi jefe está
de malas, no puedo irme como si nada".— respondí

"Por favor, te envío la ubicación :(".— que rápido

Guardé mi celular sin contestar, sabía que se molestaría pero no quería más problemas en mi trabajo, aveces sentía que estaba a punto de perderlo, sentí que mi celular volvió a vibrar pero seguramente era Roberto enviando la ubicación

—¿Puedes traerme otra malteada? Es que mi hijo acaba de tirar la suya de nuevo.— pidió una clienta y me giré para verla —Pero que sea gratis otravez.—

—Ya no puedo hacer eso, es la segunda que tira y según las reglas del restaurante solo puedo rellenarle su bebida gratis si se le derrama una vez.— expliqué mientras volvía a limpiar lo que había tirado

—Niña necesito hablar con tu gerente.— pidió molesta

¿Y esa actitud? Yo me estaba comportando bien a pesar de tener que limpiar esto por segunda vez

—¿Hay algún problema aquí?.— se acercó mi jefe

Mientras la señora le explicaba la situación a su manera yo solamente me mentalizaba para recibir un regaño injustificado. Antes de que eso pasara me fuí hacia la cocina para revisar mi celular rápidamente

"Por favor ven, te pagaré lo que te
descuenten por huir".— el último mensaje de Beto

Intentaba analizar la situación, yo estaba un poco harta de la situación pero como ya era obvio no podía renunciar, no había encontrado un trabajo mejor que este

—Deberías aceptar eso.— exclamó Tomás haciendo que me sonresaltara —Yo aceptaría cualquier cosa con tal de irme de aquí.—

No podía creer que me estaba hablando, llevaba años trabajando con él y jamás me había hablado, ni siquiera una palabra.

—¿Dónde estás _____?.— la voz del jefe retumbó por todos lados, estaba enojado, llegó hasta donde estábamos y Tomás inmediatamente se alejó

—Jefe... Yo...— iba a explicarle mi versión

—¿No sabes que el cliente siempre tiene la razón?.— preguntó molesto

—Pero el reglamento dice que...— intenté defenderme pero no me dejó

—No me importa el reglamento, ahora ve a disculparte con la señorita y dale otra malteada, te la descontaré de tu sueldo.— ordenó y lo miré sin creerlo

No tenía porque disculparme, no hice nada malo, tampoco tenía que pagarle su malteada. Además ya me había descontado bastante está semana, si seguía así no me alcanzaría ni para el alquiler de mi departamento

—No puedo aguantarlo más.— murmuré

—¿Que dijiste?.— preguntó acercándose a mí —Nadie quería contratarte, fuí el único que se arriesgo a contratar a alguien tan tonta.—

Tomé todas mis fuerzas y lo empujé, no permitiría otro insulto de su parte, otro regaño injustificado ni ninguna injusticia

—Renuncio, esto es muy inhumano.— exclamé quitandome la gorra del uniforme y tirandola al piso

De fondo pude ver a Tomás levantando su pulgar para mostrarme aprobación, quedé confundida pero aún así me sentía satisfecha.
Salí corriendo de la cocina para después salir del restaurante, tomé un taxi y le pedí que me llevara a la ubicación que me había mandado Roberto

"Voy en camino, más te vale que tengas
cómo pagarme :)".— escribí

"Gracias a dios, te veo acá".— respondió de inmediato

Mientras el taxi avanzaba empecé a pensar, ¿Para que me necesitaba Roberto? ¿Debería ir primero a casa para cambiarme el uniforme? ¿Cuál era la urgencia de verme en su reunión? Eran muchas preguntas que no dudaría en hacerle cuando lo viera.

El auto se estacionó frente a un gran edificio, pagué y me bajé. Entré al edificio y saqué mi celular para llamar a Beto, debía avisarle que había llegado

—¿Chica hamburguesas?.— escuché su voz y me giré inmediatamente a verlo

—¿Chico de las estrellas?.— pregunté y él me miró confundido

Juan, mi chico de las estrellas, no podría explicarte lo mucho que deseaba volverte a ver.

𝐄𝐋 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒 [JuanSGuarnizo X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora