𝟷𝟿

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Tres semanas pasaron antes de que me diera cuenta, hoy finalmente tendría que llevar los diseños que había hecho durante estos días.

—¿Crees que son lo suficientemente buenos?.— pregunté a Juan por tercera vez desde que comenzó el día

—A mí me encantaron.— respondió lo mismo que las anteriores veces

Estas semanas viviendo juntos habían sido divertidas, desayunábamos, él prendía directo mientras yo diseñaba, le llevaba la comida, apagaba directo y pasábamos el resto del día juntos, nunca había sido fan de las rutinas pero esto me encantaba

Estábamos camino a la oficina. Él me acompañaría a presentar mis diseños y volveríamos juntos a casa

—Deberías llamar a Roberto o quizás mandarle foto de tu trabajo, creeme que le encantarían también.— exclamó

Miré hacia la ventana para ignorar lo que había dicho, desde que me enteré de todo no había podido hablar con Beto, sabía que él quería verme feliz y que gracias a él estaba cumpliendo mi sueño de diseñar pero internamente aún sentía que no merecía todo lo que me dió

—Le alegraría saber de ti, siempre que hablamos me pregunta cómo estás.— agregó —Aún no le dije que vivimos juntos, supuse que no era algo que querías que supiera.—

—Está bien.— fué lo único que se me ocurrió decir

No había día en que no extrañara a Beto pero sentía que me había mentido desde el principio, no solo con lo de Juan, sino también con su vida antes de conocerme.

Llegamos a la agencia, él estacionó el auto y ambos bajamos

—Mientras vas a buscar a tu jefe iré a hablar con un directivo sobre mis patrocinadores y los eventos que tengo próximamente.— avisó y asentí

Caminamos hasta subir al ascensor, yo presioné el botón 7 y él el 9

—¿Me llamas cuando termines?.— preguntó agarrando mi cara con ambas manos haciendo que lo mirara directamente a los ojos, yo solo me puse nerviosa

—Si.— respondí rápidamente mientras intentaba alejarlo pero él solo reía —¡Juan!.—

—Me gusta cuando te molestas.— exclamó soltandome y le dí un pequeño golpe en el brazo

El ascensor se detuvo, era el momento de irme, las puertas se abrieron y estuve apunto se salir pero Juan me tomó del brazo para jalarme a donde él estaba

—Suerte chica hamburguesas, demuestra que naciste para esto.— dijo, besó mi mejilla y me empujó fuera del ascensor

Me giré para verlo, se despidió con su mano mientras sonreía y las puertas se cerraban. Toqué mi mejilla y sonreí, incluso si a mi jefe no le gustaban mis diseños estaría feliz por lo que acaba de pasar

Caminé hasta entrar a la oficina de producción, ahí estaba Barca, era extraño verlo aquí

—Buenos días.— saludé llamando su atención y volteó a verme —¿No has visto a mi jefe?.—

—¿A Fabio?.— preguntó, si, así se llama mi jefe —Creo que fué a desayunar.—

—No puede ser, justo venía para enseñarle lo que me pidió.— me quejé y me fuí a sentar junto a él

—Podemos esperarlo juntos.— propuso y asentí —Quería disculparme contigo por lo que pasó la última vez que nos vimos.—

—¿Disculparte?.— pregunté sin entender

—Fuí impulsivo y te puse en una posición incómoda con mis amigos, no debí ser yo quien te dijera las cosas.— dijo y sonreí

—No te disculpes por eso, estoy agradecida porque prefiero saber la verdad de las cosas.— hablé y él me miró

—Pensé que estabas molesta y por eso no me habías enviado mensaje.— dijo y reí —Vine a buscarte para disculparme pero Fabio me contó que vendrías hasta hoy porque estabas diseñando en casa y no quería que Juan pensara que iba a decirte cosas malas.—

—Se me olvidó que tenía tu número.— confesé y ambos reímos —Ese día pasaron tantas cosas que no sabía que pensar.—

—No estoy seguro de muchas cosas respecto a tí, Roberto y Juan pero por lo que he notado ellos te quieren mucho.— dijo —Roberto es el que daría todo por tí, creo que eres una especie de hermana para él.—

Bajé mi mirada al suelo, sabía que debía hablarle pero mi orgullo no me dejaba

—¿Cómo conociste a Roberto?.— preguntó

—Hace más de tres años él se mudó al mismo edificio donde yo vivía, hacía mucho ruido, fuí a quejarme pero él siguió con lo mismo así que diario iba a tocar su puerta para gritarle.— recordé con una pequeña sonrisa pero sin dejar de mirar el piso —Yo vivía sola y trabajaba hasta tarde, creo que él lo noto porque de repente en lugar de hacer ruido tocaba mi timbre para llevarme la cena, pasábamos el tiempo juntos y creo que desde ese entonces ninguno de los dos volvió a sentirse solo, cuando menos lo esperé ya era mi mejor amigo.—

Hubo un pequeño silencio hasta que pude sentir que tomó mi cara para que lo mirara

—Dejame darte un pequeño consejo.— dijo —No dejes de hablarle, ahora no estás con él y quizás se siente solo, estuvo mal al no decirte todo pero gracias a él estás aquí hoy, no fué el mejor plan pero siento que eres feliz en este momento ¿o me equivoco?.—

Tenía razón y viendolo desde otra perspectiva incluso estaba siendo egoísta. Vimos como mi jefe entró a la oficina, Barca sonrió y se fué.

𝐄𝐋 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒 [JuanSGuarnizo X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora