Aquella noche me quedé hasta muy tarde leyendo El precio del amanecer. (Os fastidio el final: el precio del amanecer es sangre). No era Un dolor imperial, pero el protagonista, el sargento Mario Mayhem, no era del todo antipático pese a matar, según mis cuentas, a como mínimo ciento dieciocho personas en doscientas ochenta y cuatro páginas.
A la mañana siguiente, jueves, me levanté tarde. Mi madre nunca me despertaba, porque uno de los requisitos del enfermo profesional es dormir mucho, de modo que al principio, cuando me desperté sobresaltada con sus manos en mis hombros, me quedé un poco confundida.
-Son casi las diez -me dijo.
-Dormir va bien para el cáncer -le contesté-. Me quedé leyendo hasta muy tarde.
-Debe de ser un libro bueno -me dijo.
Se arrodilló junto a la cama y me desenroscó del gran concentrador rectangular de oxígeno, al que yo llamaba Philip, porque tenía pinta de llamarse Philip.
Mi madre me enganchó a una bombona portátil y me recordó que tenía clase.
-¿Te lo ha pasado ese chico? -me preguntó de repente.
-¿Te refieres al herpes?
-Te pasas -me dijo mi madre-. Al libro, Nefertari. Me refiero al libro.
-Sí, me lo ha pasado él.
-Juraría que te gusta -me dijo alzando las cejas, como si a aquella conclusión solo pudiera llegar el instinto de una madre.
Me encogí de hombros.
-Te dije que el grupo de apoyo te compensaría.
-¿Estuviste esperando fuera todo el rato?
-Sí. Llevaba algo para leer. Bueno, ha llegado el momento de plantarle cara al día, jovencita.
-Mamá, tengo sueño, y cáncer, y tengo que luchar contra él.
-Lo sé, cariño, pero tienes que ir a clase. Además hoy es...
Mi madre no podía disimular su alegría.
-¿Jueves?
-¿De verdad lo has olvidado?
-Puede ser.
-¡Es jueves, 29 de marzo! -exclamó con una sonrisa de loca dibujada en su cara.
-¡Ya veo qué te entusiasma saber qué día es! -dije también yo a gritos.
-¡Nefertari! ¡ES TU MEDIO TREINTA Y TRES CUMPLEAÑOS!
-Ohhhhhh -dije.
Mi madre era toda una especialista en celebraciones. ¡ES EL DÍA DEL ÁRBOL! ¡VAMOS A ABRAZAR ÁRBOLES Y A COMER PASTEL! ¡COLÓN TRAJO LA VIRUELA A LOS NATIVOS, ASÍ QUE TENEMOS QUE REMEMORAR LA OCASIÓN CON UN PICNIC!, etcétera.
-Bueno, pues feliz medio treinta y tres cumpleaños para mí.
-¿Qué quieres hacer en este día tan especial?
-¿Volver de clase y batir el récord mundial de ver episodios seguidos de Top Chef?
Mi madre alzó el brazo hacia un estante por encima de mi cama y cogió a Bluie, el oso azul de peluche que me habían regalado cuando tenía más o menos un año, en aquellos tiempos en que era políticamente correcto llamar a los amigos por su color.
-¿No quieres ir al cine con Masha, con Max o con quien sea?
Masha y Max eran amigos míos.
Era una buena idea.
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Nefertari
RandomNefertari Merienmut es una adolecente de dieciséis años que tiene cáncer terminal. Ella sabe que esta muriendo ya que pasa su vida pegada a un tanque de oxígeno y sometida a constantes tratamiento, lo que la lleva a entrar a una depresión. Para cons...