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Febrero, segundo año.

—Hey.— Sacudes tu cabeza.

Desde la distancia que nos separa, tu voz apenas se escucha. Empujas al chico que está durmiendo frente a ti, burlándote cuando él deja escapar un gemido gutural y tira su mochila encima de su cabeza.

Miro desde lejos como empujas a tu amigo de nuevo.

—Hace calor, Seungmin. Déjame dormir— dice, tirando de su mochila, dándote un golpe en la frente.

—Realmente quiero, pero debemos hacer esto hoy y tú no has empezado todavía— le recuerdas al chico sentado frente a ti.

Tu amigo se queja en voz alta, llora haciendo un eco ligeramente en medio del patio. El sonido desagradable de las suelas de sus zapatos contra el suelo suaviza tu risa.

—¿Por qué estamos aquí? Estos bancos están quemando mis muslos, Seungmin. Voy a ser un pollo frito al final del día.

Entrecierras los ojos, tu flequillo oscurece un poco tus ojos y frunces los labios. Dices algo pero no puedo escucharte por los gritos furiosos del entrenador. Todo lo que veo son tus labios moviéndose, inclinas la cabeza hacia un lado, mientras tu expresión se funde de nuevo en una sonrisa divertida.

Es estúpido, ¿verdad? Estas sentado a unos pocos metros de distancia en el banco cercano, sin embrago, no puedo incluso decirte ni una sola palabra.

—¡Hyunjin!— de mala gana aparto mi mirada de ti, mirando a Chan.

—¿Hyung?

El sol cae sobre nosotros, el sudor se arrastra desde nuestra nuca y empapa nuestros uniformes. Chan se sienta a mi lado en los escalones, bebiendo de su agua. Vuelvo mi atención hacia la cancha, el entrenador aún sigue dándole instrucciones a mis compañeros de equipo para hacer otro circuito.

—Estabas bastante distraído hace un momento, durante el entrenamiento— se asoma un poco, dirigiendo su mirada hacia donde yo había estado observando. —Andas en las nubes, incluso ahora— se ríe. —¿Supongo que es por eso que pediste tiempo para hidratarte?

Me encojo de hombros con nerviosismo, mirando hacia el piso, en caso de que él te vea en la esquina.

—¿En qué estabas pensando?— Chan desenrosca su botella, tragando toda su agua.

Resuena tu risa por el pasillo y gritas el nombre de tu amigo.

—¡Jeno, sólo has tu trabajo ya!

Te miro de nuevo, sólo para ver cómo te alejas con tu amigo. Doblo mi cuello tratando de verte por última vez.

Seungmin... ¿Cómo sería sí dijeras mi nombre?

El pensamiento se va de mi mente en el momento en el que desapareces de mi vista. Me pregunto si vas a ir a casa pronto. Me levanto, lanzando mi botella en una esquina, mirando hacia atrás a Chan.

—Nada.— le respondo. 

𖦞 𝗁𝗂𝖽𝖾 𝖺𝗇𝖽 𝗌𝖾𝖾𝗄 𖥧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora