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Al día siguiente, estuviste allí una vez más, pero nunca nos volvimos a encontrar. Es estúpido, ¿eh? Yo estaba allí en la estación de tren, pero estaba tan asustado de que descubrieras que era realmente sólo un chico aburrido que haría las cosas incómodas para ti y tu mejor amigo, así que no mostré mi cara.

Después de esa mañana, nunca estuviste en la estación de tren de Woonmyung otra vez. Me quedé solo allí en las frías mañanas y el destino no fue amable con nosotros, nunca tomé el mismo tren que tú y de miles de compañeros, supongo que no es sorprendente que nunca nos volvimos a ver.

Volví a esperar infructuosamente a las 7 en la estación de Woonmyung, preguntándome cuando tomaste el tren a la escuela. Changbin y yo entramos en el equipo de baloncesto mientras que tú entraste en el equipo editorial de la escuela. Cuando me enteré, no pude evitar pensar que debías estar decepcionado, ya que querías que ambos estuvieran en el mismo club.

Entonces, Younghoon me golpeó con el balón en nuestra primera práctica y me rompió las gafas. Me llevó a que me cortaran el cabello como disculpa y me dijo que debía usar lentes de contacto. Jinyoung no parecía feliz con la idea, pero los consiguió para mí de todos modos.

Yo seguía siendo el flacucho y callado chico del miércoles por la mañana, pero parecía que solo con mi aspecto era capaz de cambiar lo que decían a mí alrededor. De alguna manera, le comencé a gustar a las chicas. Los chicos empezaron a hablarme por su propia cuenta, bromeando conmigo de que mi ser tranquilo era quizás sólo una fachada para parecer misterioso y atractivo.

Pasó el tiempo y encontré a mis propios amigos. Changbin nunca se enteró de que yo era ese chico hilarante cuyo nombre te equivocaste, el que esperaste dos veces sin resultado. En medio de las escasas prácticas de baloncesto en nuestros primeros meses, me mantuve alejado de él, ya que no quería que se enterara nunca de quien era yo, un niño extraño que dejó plantado a su mejor amigo. Si lo hubiese sabido, tal vez te lo hubiese dicho y no me hubiera atrevido a enfrentarte porque sabía que estarías tan furioso conmigo por hacerte esperar y no aparecer.

Fue unas semanas después de nuestro primer encuentro que te vi de nuevo entre la multitud, me entretuve en la estación de Hyunyoung, preguntándome si tomaste el tren anterior o el tren posterior. Los días antes de que te volviera a ver siempre eran así, un poco demasiado optimista, aunque sabía que en realidad si te viera, correría lo más lejos que pudiera.

De alguna manera, me las arreglé para ver a un niño pequeño en medio de los miembros de una clase superior con su mejor amigo ese día. Sin embargo, todavía tenía miedo. Tenía miedo de que pensaras que era una persona horrible por haberte abandonado y tal vez ahora, dirías que tenía razón. Nadie querría ser amigo de un estudiante arrogante y callado que se negaba a ser tu amigo a pesar de que se quejaba de no tener ninguno.

Así fue como pasaron mis días hasta el martes por la tarde. Me quedé atrás en la multitud, viéndote y Changbin hablándote de todo bajo el sol. Me mantuve lo suficientemente lejos para que nunca me vieras.

No estaba seguro de lo que este estúpido estudiante de primer año deseaba. Por una parte, esperaba que volvieras atrás y me vieras, me saludaras y me presentaras a Changbin como el chico que no sabía cómo ir a la escuela por su cuenta. Por otra parte, esperaba que nunca miraras hacia atrás, porque no quería verte fruncir el ceño y te quejaras de que yo era el chico que te dejó esperando en el frío amanecer.

Tomó un mes para que nuestros ojos se encontraran de nuevo entre la bulliciosa multitud de pasajeros que nos separaba. Habías estado solo esa tarde, mirando alrededor mientras te aferrabas a los manillares y yo te miraba desde la esquina del vagón. Habíamos salido de la escuela a la misma hora y abordamos el mismo tren.

𖦞 𝗁𝗂𝖽𝖾 𝖺𝗇𝖽 𝗌𝖾𝖾𝗄 𖥧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora