Capítulo 1. Alfas

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- ¿Inconvenientes? – preguntó mientras levantaba la mirada. Su día ha estado muy ajetreado con tantos inconvenientes presentados a lo largo de la semana, no toleraría uno más.

-Está siendo investigado señor. Me comenta el capitán que encontraron a un alfa, nivel 9, escondido entre un contenedor. – Lo que faltaba, pensó el omega. El alfa al no observar ningún indicio de habla por parte del omega prosiguió. – Responde al nombre de Edrick Wilson, 27 años, capitán de fragata en florida.

- ¿Posee historial criminal?

-No señor, su hoja de vida comienza a escribirse a partir de los 16 años.

Antes de que el omega emita palabra alguna, el walkie-talkie en el pantalón del alfa emitió una señal, indicando un llamado, el hombre inseguro alzó la mirada.

-Puede contestar- concedió para nuevamente concentrarse en sus papeles, 500 denuncias en Londres por lazos rotos, violación y desaparición de omegas. Sencillamente increíble pensó Louis. A lo largo de los años, y a pesar de sus esfuerzos, siempre había en los noticieros aquellas desagradables noticias, omegas abandonados, encontrados maltratados o si su futuro era mejor, muertos a manos de sucios alfas, la mayoría de sus agresores eran alfas nivel 9, políticos, dueños de grandes empresas, personas que el gobierno de cualquier país no pondría tras las rejas por la cantidad de dinero que le generaba. Inaceptable según Louis, asqueroso y repugnante según su omega.

-... solo causa inconvenientes, ¡Ahora les está disparando! - tras aquella frase emitida por el aparato Louis alza nuevamente la cabeza, su rostro notablemente enfurecido. Nadie hace disturbios en su empresa. - El joven asustado frente a el lo mira con temor, captando su olor, olfateando su creciente enojo. -Señor.. -

-Mátenlo- ordenó, vio en los ojos del alfa confusión - ¿Debo repetírtelo?

El alfa negó apresuradamente acercando el aparato a sus labios -Orden del jefe, maten a Horan.

El omega detuvo cualquier acción, inclusive su respiración – ¿Horan? – al obtener únicamente como respuesta el asentimiento del alfa gruñó con un deje de desesperación -Cancela la orden -quizás su tono de voz fue exageradamente duro, tanto que el joven frente si no respondió, mirándolo notablemente congelado.

Como acto desesperado el omega saltó de su escritorio para alcanzar el aparato, al emitir la señal y no obtener respuesta, su omega gimió desesperado. A toda prisa salió de la habitación dirigiéndose a la sala de desembarque no sin antes advertirle al alfa- Si Horan está muerto, considera a tu omega, futura omega, madre, padre, quien sea como mercancía para mi siguiente encargo, alfa inútil. – era mentira obviamente, el nunca haría daño a personas inocentes. Tras ese pensamiento se encontró corriendo por aquellos largos pasillos de lugar.

A medida que se acercaba, un potente olor metálico llegó a sus sentidos, sus latidos aumentaron, al igual que la desesperación y nerviosismo dentro de sí, al entrar al lugar observó como un par de alfas se encontraban malheridos en la esquina de la habitación, y a lo lejos dos balas yacían en el mármol.

-Estoy impresionado Niall - y algo aliviado pensó- estos dos se veían fuertes- rió observando como dos de sus empleados gemían de dolor. Sintió como unos delgados pero fuertes brazos rodeaban su cintura y lo volteaban para estamparle un caluroso beso de bienvenida en la mejilla, sonrió y en un aco juguetón pateó la entrepierna del alfa, adorando el sonido de dolor en su amigo.

-Eres cruel omega.

-Lo soy. – El omega volteó para observar cómo las dos alfas heridas salían de la habitación. Aclaró su garganta llamando su atención -Al ser atendidos vengan a limpiar este mugrero, apesta a sangre.

Domador de AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora