Domador de Alfas

Capitulo 15. Tierra

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Louis nunca había sentido complejo alguno por su cuerpo, al contrario se sentía orgulloso de él, pero no lo suficiente como para estar mostrándolo sin pudor alguno. Volvió a inspeccionarse frente al espejo y suspiró, tenía puesto un bóxer celeste y nada más que eso, giró para ver otro ángulo de su cuerpo, sonrió. Escuchó pasos y se apresuró a meterse bajo las cobijas, le daba un poco de vergüenza que el alfa lo viera así.

La tercera semana del cortejo adoraba a la tierra, comerían solo cosas provenientes de la tierra, hablarían de su futuro -después de haber hablado sobre su pasado en la semana del aire-. Un acto simbólico durante esta semana es mostrar su cuerpo sin morbo alguno, no obstante, debían esconder sus órganos sexuales. El alfa debía mostrar control sobre su lobo, admirar físicamente a su omega pero no mostrar intenciones más allá de lo espiritual.

La puerta se abrió y un radiante Harry entró a la habitación, Louis no podía dejar de ver los tatuajes que adornaban su cuerpo, no había preguntado por los significados, podría ser momento de hacerlo. A medida que el alfa se acercaba a la cama, la mirada de Louis bajaba, vio de reojo el desayuno y se centró en las piernas del alfa, simplemente perfectas (si se fijó en algo más privado, lo mantendría en secreto).

—Buenos días, omega —observó la mirada juguetona de Harry al verlo dar un brinco — ¿Interrumpo el acoso?

— ¿Acoso? Tengo fascinación por los pancakes, no podía dejar de verlos —respondió a la defensiva—. Pero por lo visto, olvidaste la miel, anda traerla, por favor. —pidió, mientras colocaba el desayuno en su regazo.

—Debo verme bien, lo pediste por favor. —rió; y sin más salió de la habitación permitiéndole al omega inspeccionar su ancha espalda.

Pasó la hora del desayuno y fue turno de Harry embelesarse con el cuerpo de su futuro, simplemente perfecto, parecía que brillaba cada que pasaba frente a el, esa pequeña y casi inexistente pancita, con sus regordetes muslos, y ni hablar del trasero, aquel omega era la definición del arte.

— ¿Sabes que el alfa no debería estar completamente desnudo? El omega viste de batas y el alfa usa mínima ropa interior. —recordó, viendo al ojiverde lavar los trastos.

—Me gusta estar desnudo, no iba a desaprovechar la situación. —respondió, sin pudor alguno.

—Realmente eres un narcisista, Harry Styles.

—Gracias Louis Tomlinson, tus miradas y acusaciones solo aumentan mi ego. —bromeó, dándole un beso en la punta de su nariz, se apartó un poco, mirando al omega.

— ¿Qué? —preguntó al tener la mirada fija sobre él.

—La corona de flores combina perfectamente con esa bata rosada, nunca te había visto de rosa, te queda bien. —sonrió, mostrando sus hoyuelos.

—Solo lo dices porque es una bata un tanto traslúcida. —se mofó, rodando los ojos.

—Solo es un extra —rio, recibiendo un leve empujón del omega—. Igualmente todos los colores te van bien.

—Deja de verme así. —trató de cubrir los ojos del alfa, pero este tomó sus manos, entrelazando sus dedos.

—Eres tan bonito, con esa corona de flores que hice para ti, bata rosa ajustada a tu cintura y ese cabello desordenado. Lo mejor es que puedo decir que eres mi omega. —dejó un beso sobre sus manos.

Louis hubiera respondido con un comentario a la defensiva diciendo que aún no era su omega, pero en ese momento, otro pensamiento cruzó por su mente.

—No, tú eres mi alfa, eres mío. —respondió, siendo totalmente territorial y mostrando su ladodominante.