Capitulo 14. Aire

259 30 33
                                    


14

Amos habitantes en esa pequeña cabaña perdida en medio de una montaña se encontraban nerviosos. ¿Cuál era la razón? La semana del aire.

La semana del aire es donde se ponen todas las cartas sobre la mesa, se habla de desacuerdos e incomodidades; es la semana donde el compromiso crece y la comunicación es de suma importancia, aportando con el nacimiento de una buena comunicación entra alfa y omega.

Trata sobre conocer hasta el mínimo detalle de tu pareja, tal vez notar pequeñas cosas que pasaban desapercibidas, pero ahora son claras con la atención y comunicación.

Harry sabía que era una semana que podría definir su relación, podría ser un tanto peligrosa, pero también podría salir mejor de lo esperado y contar como un gran progreso en su relación. Era bien sabido que si a alguna parte de la relación no les gustaba podrían terminar el cortejo, era la única oportunidad de romperlo, si la pareja avanzaba a la semana de Tierra no habría vuelta atrás.

Louis temía un poco de lo que se podría decir, tenía que ser blando y desenterrar cosas que pensaba jamás volver a pensar o hablar. Pero estaba dispuesto, estaba dispuesto a dar todo para que el cortejo fuera correcto y la relación no se lastimara.

Todo estaría bien.

El alfa llevó bastantes almohadas de plumas a la cama del omega, encontrándolo profundamente dormido en tal posición que dejaba totalmente expuesto su cuello y la luna dibujada sobre la piel caramelo resaltaba; no podía a esperar a dejar su marca permanentemente en tal lugar.

—Luna, es hora de despertar. —susurró, poniendo las almohadas alrededor del omega.

—Shh. —siseó.

—El té se enfriará y no te gusta ponerlo a hervir más de una vez. —dejó un beso en su cabello, tomó la corona de flores que estaba en la mesa de noche para ponerla en el omega una vez se levantara, esta semana la corona de flores era completamente blanca con detalles perlados, al omega le había encantado.

—Eres molesto. —se giró, dándole la espalda.

—Eres un omega perezoso, son las diez de la mañana y ya estás de gruñón.

—No debiste traer estas almohadas, son demasiado cómodas. —abrazó una de ellas, abriendo poco a poco los ojos.

—Limpia tus dientes y traeré el desayuno a la cama, ¿té sin azúcar y poca leche? —preguntó, poniéndose de pie rumbo a la cocina.

—Obviamente. —sonrió ligeramente, podría acostumbrarse a que el alfa le llevara su té a la cama cada mañana.

Louis solía dormir en ropa interior y usar batas de seda, pero al estar en cortejo, usaba pijamas completas que resultaban un tanto incómodo por la costumbre que tenía al dormir semidesnudo. También había algo de pena en mostrarse ante el marinero, tenía que afrontar su miedo antes de la semana de la tierra, donde debían permanecer semi-desnudos y después la semana del fuego, donde se unirían en uno mismo, sería anudado y marcado.

Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, no sabía bien si era por emoción o temor. No lo pensó mucho, es lo que es y esto será.

Harry regresó con la comida e incienso en sus manos, encendiendo uno en la entrada de la habitación.

— ¿Incienso?

—Es para mantener un ambiente relajado durante esta semana. —Louis tomó la mesita de comida, permitiendo que Harry entrara a la cama con él.

—No me agrada mucho, opaca tu olor.

—Mi fuente de aroma está siempre disponible para ti. —sonrió, exponiendo su cuello.

Domador de AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora