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Lo había extrañado bastante, podía respirar un aire limpio de feromonas, solo el y la naturaleza. De seguro extrañaría esa sensación de tranquilidad toda su vida.
A la lejanía el omega ojiazul admiraba como una manada de lobos caminaba sobre la nieve; dos cachorros jugueteando unos metros por delante de lo que concluyó eran sus progenitores.
Soltó un último suspiro mientras disfrutaba sus últimos momentos de paz, tratando de memorizar cada brisa invernal, cada árbol bailando al compás de aquellos finos copos de nieve que caían del cielo. Luego de escapar de sus responsabilidades por tanto tiempo, estaba seguro de que aquel alfa rubio que lo había acompañado toda su vida no lo dejaría volver a pisar siquiera una hierba fuera de su territorio, mucho menos lo dejaría descansar.
Hace tantos años no se tomaba un respiro para eliminar aquella carga que tenía siempre presionando su espalda. Se levantó de aquella roca, y con sus ropas húmedas caminó hacia el hotel, donde esperaban sus maletas; ya era hora de volver con su manada.
La batería de su celular se había agotado noches atrás, por lo que su llegada sería una sorpresa. El enserio esperaba no tener alguna de regreso. Deseaba fuertemente no tener que hacer nada al llegar, se sentía desganado, y decepcionado con su ser.
Tras la última llamada que tuvo con Niall y el ojiverde, se había sentido de aquella manera, no podía explicar o conocer la causa específica, simplemente su omega se apagó; no lo había escuchado desde hace un par de días atrás y aquello lo consumía lentamente.
A pesar de siempre reprimir su naturaleza, siempre encontraba su compañía agradable y nunca antes había desaparecido, dejándolo solo contra sus pensamientos.
¿Había sido correcto ceder nuevamente ante los deseos del alfa? ¿Porqué a pesar de todo el enojo que sentía se apiadó de él? ¿Ya había caído? ¿Tan rápido? ¿Así funcionaba el destino?
Al finalizar la llamada se obligó a enojarse consigo mismo, alegando no ser esa clase de omega que complacía a como de lugar a su alfa, discutió con su parte animal y su lobo simplemente cedió ocultándose de el. Harto de el.
Se obligó a pensar en otra cosa mientras llevaba sus maletas al coche, para luego dirigirse al aereopuerto. Tenía dos seres que esperaban por su llegada, y secretamente estaba ansioso por conocer a aquellos omegas. También debía hacerme cargo de levantar nuevamente su reputación ante el ojo público y dentro de su empresa, y sobre todo, dejarle en claro a Harry que él no era el problema, simplemente así funciona el mundo, o cazas o eres cazado. Debía hacerle entender su posición y enseñarle a obedecer sus órdenes.
Con su omega fuera del juego, estaba completamente decidido a no doblegarse más. Había dejado de lado la información de vida de aquel marinero, debía estudiarla y buscar sus puntos débiles; bajar la guardia no era una opción viable. Un alfa tan recto como presumía ser, no se cambiaría de bando ni aunque el amor tocase a su puerta. Y Louis no debía olvidarlo.
***
Londres, Inglaterra.
Tras pasar los controles del aeropuerto y pedir un cargador para su celular se encontraba esperando a su transporte. Cabía la posibilidad de que Niall viniera a verlo, y le reproche todo el trayecto a casa acerca de su comportamiento. Louis no iba a soportarlo, no tenía el ánimo para discutir, y mucho menos para escuchar quejidos de algún alfa.
Algún Dios existente en los cielos pareció escuchar sus plegarias no rezadas. Uno de sus trabajadores lo fue a retirar y sin emitir más que un asentimiento de cabeza se encontró siguiéndolo.
Viajar a su hogar fue una tarea sencilla, lo difícil fue controlarse, sentía aquellas sensaciones de emoción por ver a aquel marinero, y se encontraba en un debate por ello, esta vez no podía culpar a su omega, el ya no estaba cerca. Quedaban aún unas cuantas horas para llegar a la residencia, por lo que decidió jugar en su celular un rato, quizás luego dormiría un poco. No tenía caso seguir pensando en eso, solo empeoraría.
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Domador de Alfas
FanfictionUna gran construcción se alzaba en aquel puerto. Donde llegaban millones de productos de alta calidad, productos ilegales. La densa niebla impedía ver el maravilloso paisaje que poseía el lugar, empezando por sus altas montañas cubiertas de una can...